Los
especialistas afirman que utilizando una buena técnica podemos obtener el doble
de resultado. En cambio si se lo utiliza en exceso eso producirá gastar el doble
de plata y además poner en relieve todas las imperfecciones y arrugas de la
piel.

¿Con qué
productos generalmente se producen más excesos? Con los polvos y las bases de
maquillaje. Generalmente un frasco suele durar un mes pero si se lo aplica bien,
puede llegar a durar hasta 3 meses.

Uno de los
trucos es aplicar una cantidad mínima sobre la denominada zona T, es decir
frente, nariz y mentón, y utilizar una esponja de látex húmeda para ayudar a
alivianarlo y no recargar la esponja. Otra alternativa es mezclar la base con
una crema hidratante muy liviana.

Con los
productos en polvo (desde sombras hasta rubores) en cambio conviene aplicarlos
con una brocha de pelo natural que son más dóciles, ya que cuando la cerda es
demasiado dura arrastra mayor cantidad de producto.

También
existen los fijadores de maquillaje en aerosol, que se colocan después de haber
maquillado todo el rostro. Estos favorecen a que el maquillaje no necesite
retoques durante el transcurso del día.

Otro problema
es el corrector de ojeras. Lo mejor es aplicarlo con pincel y después esfumarlo,
pero sin utilizar esponjas ya que absorben la mitad del producto.

Otros secretos:

También se
puede utilizar un solo producto como sombra y rubor. Por ejemplo un polvo
compacto en tonalidad, sobre todo cuando lo que se busca es un look natural.

Además
existen sombras satinadas en crema de colores claros (beige, salmón, nacaradas)
que son ideales para los labios. Otra alternativa es un rubor en gel de color
claro (tonalidades rosa y roja) y esparcirlo sobre los labios y los ojos.

Otra opción
económica es tener lápices crayones de ojos y utilizarlos como sombras.
Aplicarlos desde la mitad del ojo hacia las extremidades y esfumarlos.

Herramientas para lograrlo:

Lo esencial
es además tener los accesorios ideales para hacer rendir a los productos. Los
imprescindibles son:

·
Una
brocha (lavarlos con agua y jabón de glicerina)

·
Una
esponja de látex (lavarlas con agua y jabón neutro luego de cada uso)

·
Un
cisne de terciopelo (lavarlos a mano y después centrifugarlos, para que vuelvan
a quedar esponjosos).

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