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Consejos para las mujeres que truenan con sus parejas

Manual de los truenes, ya sea que a ti te truenen o tú truenes al susodicho.

Primero, es
muy importante deshacerte de todo lo que te recuerde al aludido. Alguien
después de su reciente ruptura agarró todas las cosas del ex, las echó a una bolsa negra de esas enormes de
basura, y las botó. ¿Para qué guardar las reminiscencias del pasado, de algo
que ya fue y no volverá a ser? Hacer esto te ayuda a estar libre para comenzar
lo nuevo que viene, que seguramente será mucho mejor.

Es imposible
pensar que porque tú lo decidiste no lo volverás a ver. Eso no pasa ni en las
películas; como dicen, el mundo es un pañuelo. El día que una mujer se veía
peor, ya sabes andaba en el super sin pintar, en la depre, ojeras
hasta el piso, y casi
en pijama, al momento de tomar una lata de chocolate alcanzó a ver a su ex. 

O
sea…

Aunque creas
que jamás lo volverás a ver, lo mejor es salir arreglada siempre. Y no sólo por
si te lo encuentras, sino para estar preparada con un posible ligue, ¿no crees?

No hay que
confiar en que un clavo saca a otro clavo. Verás; a una persona le arreglaron
una cita a ciegas en el mejor de los planes; todo iba de maravillas hasta que
en un alto volteo vio a su ex en su coche. 

¿Te imaginas? Coche con coche y ella
con este nuevo prospecto a escaso un mes de ruptura. Disimuló e hizo como que
no lo había visto; incluso platicaba con más entusiasmo con su prospecto, pero
al llegar a casa el quiso darle un beso y ahí sí se desplomó. 

No pudo, no era el momento, y créeme que era
el mejor partido de los últimos tiempos; definitivamente todavía no estaba
preparada para iniciar una nueva relación, extrañaba a su ex como una loca y en
ese momento  necesitaba tiempo.

Durante el
proceso, en uno de esos días en que se sentía mejor y creía que ya lo había
superado todo, fue a una cena con amigos en una zona a la que su ex jamás iría
y a un antro que estaba segura ni siquiera le gustaba, pero de repente escuchó
su voz.

Levantó la mirada y lo primero que vio fue a él de la mano con su nueva
novia. Aunque estaba segurísima de que no era más bonita que ella ni lo ama
tanto, llegó a casa hecha pomada. Al día siguiente, en medio de la resaca se
lanzó a un shopping: se fue a una orgía de compras, adquirió lo que no necesitaba y
muchas cosas que jamás usaría. Claro, a su crisis emocional se sumó la
económica. ¡Jamás vayas de compras después de una ruptura!

Lo bueno de todo esto es que te das cuenta de tus
verdaderas amistades. Cuando una amiga que vive en Monterrey se enteró de su
ruptura, envió un e-mail de diez hojas diciéndole lo maravillosa que era, y
cómo la vida le había dado golpes más duros y los había superado. 

Otra amiga
que estaba de viaje en Guadalajara, la llamó en cuanto lo supo y estuvieron al
teléfono casi una hora. El amigo de toda la vida, aunque no se habían visto
hacía tres años, la llamó y fueron a tomar el mejor café. Y bueno, la familia también es muy
importante; no tengo que decirte que su familia estaba más que encantada con su
ruptura porque su ex no era santo de su devoción.

Lo más
importante, creo, es recordar que el dolor pasará, aún cuando ahorita sientas
los pensamientos nublados y te vuelvas obsesiva pensando en él, en la relación,
en todo eso. Además, te habrá servido la experiencia, porque estas cosas te
hacen más fuerte. 

Vas a ver cómo después de un tiempo, cuando lo vuelvas a ver
pensarás con la cabeza más fría: ¿cómo es posible que haya sufrido tanto por
él?

Seguramente a la vuelta de la esquina estará el hombre de tu vida, uno
que sea un hombre en toda la extensión de la palabra y que se entregue por
completo. Acuérdate que “hay que besar a muchos sapos antes de encontrar a tu príncipe azul”… 

¡Suerte!

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