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¿Cómo calmar la angustia oral?

Consejos para dejar de comer cuando uno está mal emocionalmente.





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Si
podemos estar alerta al por qué de nuestro problema de angustia oral, podremos
estar mejor equipados para saber cómo combatirlo. La angustia oral es la práctica
de consumir grandes cantidades de alimento- generalmente comida “chatarra”-
en respuesta a otras sensaciones que no son el hambre. Algunas de estas
sensaciones son:

1.     
Enojo: Si usted está enojado consigo mismo, o con otra persona o debido
a una situación específica, usted tapa estas sensaciones utilizando la comida
más que enfrentándolas. Es más fácil sofocar un problema que tratarlo.

2.     
Desesperanza: usted piensa que nada le importa de todos modos. Nada va a
cambiar o ser mejor para usted. ¿Así que para qué cuidar su peso? Además
comer lo hace sentir mejor (etnga en cuenta que estas sensaciones extremas son típicas
de la depresión. Consulte a un médico psiquiatra si usted se siente así).

3.     
 Carencia de control: usted
piensa que su vida está fuera de control. No hay nada de lo que usted se haga
cargo. Todo lo que lo rodea regula su vida. Excepto la comida. Usted puede comer
lo que desee, siempre que lo desee.

4.     
Sentirse despreciado: Quizás usted haya logrado algo excepcional en el
trabajo y nadie lo ha notado. O usted ha obtenido un logro personal que haya
deseado mucho. Pero nadie lo reconoce.

5.     
Aburrimiento: No encuentra nada para hacer. Ningún lugar adonde ir. Se
siente solo también. No hay nada en su casa que lo ocupe por horas. Pero hay
una heladera repleta de comida que matará ese tiempo vacío.

Si
usted cumple uno de estos cinco perfiles, debe tratar de sentar cabeza y
reflexionar para encontrar comportamientos alternativos a comer. 
Por eso a continuación le brindamos algunos consejos para contener la
angustia oral:

1.     
Darse cuenta es el mejor cambio:

Desde
que la madre le da una galleta al hijo como recompensa de buen comportamiento,
uno asocia el alimento a una forma de premio. Es duro cambiar este pensamiento.
Pero si usted se siente con sobrepeso, enfermo y cansado, la decisión de
cambiar llega más fácil. Usted tiene que ver a un terapeuta que pueda ayudarle
para aprender a alimentar más su alma que su estómago.

2.     
Encontrar recompensas más sanas:

Poder
llamar a un amigo e ir a caminar, comer un pedazo de fruta o algo sano
ayuda  a combatir la angustia oral. Un baño de inmersión caliente,
escuchar buena música o leer un buen libro. Hacer algo creativo ayudará a
paliar las ganas de comer.

3.     
Tomar agua:

Beber
una cantidad importante de agua antes de comer cualquier cosa. Muchas veces
luego de hacerlo, el deseo de comer disminuye porque el agua llena el estómago.

4.     
Despreocuparse:

Hacer
ejercicios de alta intensidad física ayudan a despejar su mente de los
problemas cotidianos.

5.     
Mantenerlo en perspectiva:

Si
usted come comida chatarra de vez en cuando no hay problema. Si lo hace
regularmente usted tendrá que cambiar su vida además de su dieta.

6.     
Retrasar:

Espere
entre 5 o 10 minutos antes de ir a buscar una barra de chocolate. Para el
momento de hacerlo usted estará enojado consigo mismo y no irá por ella.

7.     
Escríbalo:

En
su diario o donde sea, charle con sus impulsos. Luego lea lo que escribió en
voz alta, hágase preguntas. El comer compulsivamente sirve para tapar lo que
realmente le pasa, pero esto permitirá que sus impulsos sean oídos.

8.     
Desempeñe otro papel:

Parece
una cosa tonta pero ayuda. Jugar a ser una persona a la cuál usted admira, ya
sea real o ficcional, y preguntarse si comería tanto como usted.

9.     
No entre en pánico:

Ningún
alimento está prohibido. Lo incorrecto está en lo que usted come cuando en
realidad no tiene hambre. El alimento está siempre disponible. Es imposible que
usted no lo consiga. No alimente su alma con cosas que no lo satisfacen y lo
dejarán más hambriento que antes.

10.
Diviértase:

Cuando
no tenga nada que hacer vaya a un parque, camine, no responda al reloj. Tenga
tiempo para divertirse. Y aunque tenga un mal día en el trabajo no significa
que el resto del día será igual. No deje que el resto del día se arruine por
un mal momento.

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