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El cigarrillo y las arrugas en la piel

Son muchas las investigaciones que demuestran que los fumadores tienen una piel con más arrugas y menos saludable debido al daño que causa el tabaco en los capilares de la piel

¿Existe una
“cara de fumador” distintiva?

Las arrugas faciales de los fumadores de entre 40 y
50 años son similares a las de aquellos no fumadores de 20 años.
Parte de este efecto puede depender de las carencias nutricionales que provoca
el fumar, pero los efectos son reversibles si se dejara de fumar lo
suficientemente temprano.  

Pero, ¿cómo es “la cara de fumador”?
La condición es una combinación –única en los fumadores- de arrugas, rasgos
afinados, y un cutis extrañamente coloreado.
Un estudio mostró excesivas arrugas aún en personas de entre 40 y 50 años que
sólo fumaron durante su  adolescencia y
los veinte años.
Los fumadores que dejan de fumar recobran sus mejillas rosadas pero nunca
pierden sus arrugas.

Fumar
provoca arrugas, y un informe en “The Lancet” –una de las publicaciones
médicas más prestigiosas- sugiere que fumar activa un gen involucrado en la
destrucción del colágeno, la proteína estructural que da elasticidad a la piel.
También se ha descubierto que fumando se activa el daño a las células que
reciben oxígeno y se desordena el flujo de la sangre a la piel.

La
piel del fumador
 

Los fumadores desarrollan arrugas prematuras y
hundimientos en la piel similares a aquellas provocadas por el envejecimiento,
y son propensos a adelgazamiento y pérdida prematura del cabello.
Los hombres que fuman tienen dos veces más posibilidades de llenarse de canas
que aquellos hombres que no fuman -y el encanecer prematuro es 3 a 6 veces más
común en los fumadores-.

Simplemente 10 minutos de cigarrillo provocan una
disminución del suministro de oxígeno a la piel durante casi una hora, pues la
nicotina estrecha los vasos sanguíneos e impide que la sangre llegue a los
capilares (diminutos  vasos sanguíneos)
en la capa superior de la piel.

Además, los efectos nocivos del tabaco sobre el sistema
circulatorio y cicatrización de las heridas interfieren con la recuperación de
los pacientes luego de los procedimientos quirúrgicos, y de hecho muchas veces
se aconseja a los fumadores dejar de fumar antes de la cirugía plástica. 

En suma: esa piel rozagante mostrada en las publicidades de cigarrillos se
contradice plenamente con la realidad.