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Causas de la celulitis

El papel de las hormonas, el ejercicio, y los alimentos

Cosas
de mujeres




La
hormona femenina conocida como estrógeno es responsable de sostener los tejidos
fibrosos que cierran el útero luego de haber dado a luz. Sin el rol de esta
hormona, el nacimiento de los niños sería imposible.

Sin
embargo, esta acción de los estrógenos no se limita al nacimiento de un bebé. Un
exceso de estrógenos en la mujer puede causar el debilitamiento del tejido
conectivo que se refleja en los depósitos de grasa en la piel.


Por eso el exceso de estrógenos es considerado como una de las principales causas de
celulitis, y tal vez por ello la gente la relaciona con una herencia genética
defectuosa. Pero esto no significa que nada pueda hacerse. Existen varios
tratamientos para normalizar las hormonas.


Las drogas artificiales que actúan sobre las hormonas pueden prevenir (pero no
curar) la celulitis. Aunque, desafortunadamente, tienden a tener desagradables
efectos colaterales.

Los
roles de las hormonas en el cuerpo son tan complejos que los especialistas no
pueden predecir los resultados.

Cuando usted está intentando reducir la
cantidad de estrógenos a través de una droga, ¿cómo saber que no está
reduciendo también la absorción de calcio de sus huesos? O ¿cómo saber si
los tejidos del útero podrán estar aptos para un nacimiento? Y esos son sólo
dos de los roles de los estrógenos. Piense en los desequilibrios que podrían
producirse en los otros cientos de acciones que tienen.



Aunque
los estrógenos son una de las causas del debilitamiento de los tejidos conectivos, existe
una teoría de que la verdadera causa de la celulitis es el pobre funcionamiento
linfático y de la circulación sanguínea.

 


Podría ser algo normal para las mujeres tener tejidos conectivos más blandos,
pero cuando esto está combinado con una pobre función linfática y de la
circulación sanguínea, las células de la piel acumulan toxinas que causan
inflamación
debido al fluido y la retención de grasas.

Esta inflamación se extiende a las
fibras conectivas dando como resultado la celulitis. De otro modo, con una buena
circulación, la grasa sería fácilmente absorbida por el cuerpo.



Mejor,
sin excesos




Así
como el ejercicio es esencial para la prevención de la celulitis, no cabe
ninguna duda que el exceso de esfuerzo causa un aumento de la aparición de
radicales libres en los tejidos.


Médicos y científicos están cada vez más convencidos de que las más serias
enfermedades que existen comúnmente hoy en día comienzan -o se relacionan- con
el
efecto de los radicales libres. Los tejidos que se encuentran debajo de la piel
son muy vulnerables a ese daño, particularmente en las mujeres, y por eso
cualquier acumulación de radicales libres en esta área causaría serias
anomalías en la circulación.


El cuerpo puede tratar con los radicales libres producidos durante cortas sesiones
de esfuerzo físico intenso, como las que se sufren durante una competencia
deportiva, levantamiento de pesas o práctica de resistencia, pero cuando el
exceso de esfuerzo es sostenido, como en una carrera de larga distancia, entonces el daño comienza a acumularse.


La
importancia de la digestión


Lo
que la mayoría de la gente no sabe es que la digestión es un simple pero
importantísimo factor para mantener la buena salud.

Investigaciones
sobre el aparato digestivo han demostrado que cada uno de nuestros procesos
digestivos depende de que la comida sea completamente masticada y mezclada con
la saliva.


La única forma de hacer esto es desmenuzar completamente la comida y
retenerla en la boca durante el tiempo necesario para fabricar suficiente saliva
para ser mezclada con ella.

Tragar
el alimento muy rápidamente no sólo evita la debida trituración y mezclado,
sino que también envía malas señales al aparato digestivo causando una
interrupción en la eliminación de enzimas y hormonas.

Cuando los alimentos desmenuzados llegan a los intestinos, donde la digestión
es completada mediante la acción de bacterias benéficas, los grupos de
alimentos no procesados atraen bacterias perjudiciales y les proveen un rico
medio para multiplicarse.


Esto tiene como resultado la producción de gases (inflamación) así como un
enorme surtido de perjudiciales moléculas digestivas que no sólo dañan el
intestino (incluso provocando cáncer) sino que son absorbidas por el cuerpo.
Esos residuos tóxicos son entregados al hígado donde se dividen en inofensivas
moléculas y removidas fuera del cuerpo.

 

Nuestro
hígado puede tratar sólo con un número limitado de dichas toxinas y cualquier
exceso es enviado a las células grasas debajo de la piel, para proteger al
cuerpo de algún daño potencial.

Así como la circulación debajo de la piel se deteriora con la temprana aparición
de la celulitis, esos residuos tóxicos también están implicados en el desarrollo de la
celulitis que provoca esa familiar y desagradable “piel de naranja”.

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