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No mientas en la cama, haz algo

Muchas veces la rutina y las preocupaciones a lo largo de la vida atentan contra la vida sexual. Y hombres y mujeres lo viven de diferentes formas. Esté atento a las necesidades del otro y ayúdelo a recuperar el placer de la sexualidad.

Los hombres parecen imposibles de complacer. La mayoría de ellos son niños grandes, y por eso es justo alejar algunos deseos. 
Pero de las mujeres, también hay que admitirlo, los hombres se quejan todo el tiempo. Ellos dicen que algo se ha perdido en el dormitorio. Que ya no es lo mismo, que lloriquean o que no les interesa nada más. Que desean que sus esposas quieran tener sexo otra vez.

Ahora, veamos cómo pueden ser los hombres . Es comprensible que muchos de ellos aún quieran llevar a cabo sus imposibles fantasías adolescentes, pero antes de que su hombre la llame una de estas noches, dése un momento para pensar en algunas cuestiones. Y no se preocupe, habrá algunas palabras para decirle a los hombres también.

Pero primero, este problema común tiene algunas causas habituales. El más simple es el tiempo. Después de un tiempo, el sexo se vuelve rutinario. Lo disfrutamos, pero también disfrutamos viendo una reposición de una vieja serie en televisión. A menudo la pasividad le gana a la pasión. Además, por supuesto, las mujeres tienen que afrontar otros cambios en su vida –los hijos, la menopausia, etc.-. Todos esos acontecimientos producen una disminución de la libido en las mujeres. No es su culpa, simplemente ya no están tan interesadas como antes.

La rutina y la pérdida del apetito sexual pueden ser combatidas a través de un retorno a lo simple. ¿Qué es lo que su hombre quiere? ¿Qué es lo que disfruta en el dormitorio? Cuando usted comenzó a hacer el amor ¿qué fue lo que hizo que lo volvió loco?

Las desigualdades se deben a que las cosas han cambiado, pero el tiempo que ha transcurrido entre sus primeros encuentros sexuales y los últimos nos ha hecho olvidar cómo disfrutarlos.

Hacer el amor supone una decisión. Tenemos que entrar al dormitorio queriendo complacer a nuestros compañeros. Los hombres no quieren una mujer simplemente tendida en la cama hasta que ellos lo decidan. Los hombres quieren sentirse queridos y deseados mucho más que las mujeres, y el camino para mostrarle eso a un hombre es su participación en la cama. El tiempo en la cama no es para dormir, es para ejecutar.

Sin embargo, los hombres no piensan que su compañera sea la única que necesita dar forma a su compromiso en hacer el amor. Una vez que su pareja ha perdido el interés por alguna razón, ellos a menudo dejan de buscar el complacerlas en forma deliberada, y se enfocan sólo en su propio goce. El resultado: un círculo vicioso que terminará haciendo que ella tenga menos interés aún en el sexo.

Pero las mujeres pueden decírselo, muchachos. Ellas saben cuando un hombre está solamente enfocado en su orgasmo y no en brindarles placer. Vayan al dormitorio habiendo hecho la elección de complacerlas. Si ambos se deslizan entre las sábanas listos para seducir y complacer al otro, seguramente la mujer encontrará que su deseo retorna.

A medida que crecemos, los cambios aparecen y la cantidad de responsabilidades crece, y el sexo se convierte en una rutina. Necesitamos recordar cómo podemos sentirnos, y que podemos sentirnos mejor sólo si prestamos atención a lo que hacemos y a las necesidades del otro. Si olvidamos cómo complacer al otro, entonces ambos miembros de la pareja deberán decidirse a enseñárselo al otro nuevamente. Esto puede resultar muy divertido.

Mujeres, el sexo no es complacer a su pareja con la presencia pasiva en la cama, como si se tratará de un trámite. Eso hará crecer el resentimiento. 
Y, caballeros, si notan esta actitud en su compañera, hagan algo al respecto. Ambos necesitan tener la responsabilidad del placer del otro. El sexo nunca debe ser pasivo. El sexo es una actividad. Conlleva atención. Al darlo, ambos se encontrarán a sí mismos en un final de placer recibido.

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