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Ocho caminos para ser un mejor amigo

La amistad es algo que siempre se puede mejorar. ¿No lo merecen tus amigos?

Para
ser un mejor amigos, hay cosas que podemos aprender y poner en práctica.
 

Quererse
a si mismo


El
primer paso para tener una buena relación con un amigo es tener una buena
relación con uno mismo. Cuando genuinamente nos queremos a nosotros mismos,
resultamos más atractivos para otra gente. Tenemos más que ofrecer a los demás
porque no estamos constantemente focalizados en nuestra propia imagen y reputación.

Nos
convertimos en mejores amigos porque no nos aferramos. Estamos lo
suficientemente seguros de pasar tiempo con un amigo porque lo queremos, y no
porque lo necesitamos. Y relájese, el camino de la aceptación mutua es largo
como la vida. Practique esto en pequeños pasos a lo largo del camino.
 

Elegir
con sabiduría


Las
relaciones entre verdaderos amigos requieren de una dosis de tiempo y energía
–dos recursos limitados para todos nosotros. Identifique los amigos con los
que desea tener un vínculo cercano. Está perfectamente bien si no todos sus
conocidos integran esa lista. La cercanía con sus conexiones es más importante
que la longitud de su lista.
 

Hacerse
un tiempo



Los amigos son importantes en varios sentidos –mucho más cuando esa relación
a menudo tiene vida propia. Usted mismo debe (y sus amigos) hacer de esa relación
una prioridad.
 

Hacer
el primer movimiento


Este
punto es el más problemático. Si usted quiere mejorar sus relaciones, ponga su
miedo al rechazo a un lado y comience corriendo más riesgos. Invite a su amigo
a almorzar. Organice un grupo de juego. Invítelo a cenar. Muy frecuentemente
caemos en el error de olvidar a nuestros amigos. No los extrañe –haga el
primer llamado telefónico. Sus amigos son tan ansiosos como usted.
 

La
regla de oro


Trate
a sus amigos como les gustaría ser tratado a usted. Piense de otra manera:
“Para tener un amigo, sea un amigo”.

Enfóquese
más en estar interesado que en ser interesante. Sea entusiasta y enérgico.
Evite las quejas, los chismes y las críticas.
 

Atender
los pequeños detalles


Haga
sentir a sus amigos que significan algo para usted recordando los pequeños
detalles. Dése cuenta de su nuevo corte de pelo. Recuerde preguntar por la
cirugía de su suegra. Envíele flores o simplemente un e-mail cuando sepa que más
lo necesita.

Saber
escuchar


Los
buenos escuchas son difíciles de encontrar y afilar su destreza puede ser un
proyecto de largo plazo.
Algunos
consejos:

           
Vaya despacio. No trate de terminar las oraciones de su amigo. Si se
descubre a usted mismo elaborando la respuesta cuando su amigo aún está
hablando, recuerde focalizar a quien habla.

         
Muéstrele que lo está escuchando. Mantenga el contacto visual. Haga
gestos o comentarios que indiquen que está comprendiendo su punto de vista. 

           
Minimice las distracciones. 

           
Haga preguntas. 

                    
  Sea cuidadoso con sus
consejos. Asuma que su amigo quiere dejar salir sus frustraciones, no
preguntarle por un plan de acción. Evite la frase “lo que deberías hacer
es…” Ofrezca su opinión sólo si su amigo específicamente pregunta por
ella (y usted cree que lo beneficiará). 
 

Ser
leal


Todos
necesitamos a alguien en la retaguardia. Si su amigo no está allí para
defenderse a sí misma de los chismes y las críticas, hágalo usted, y sepa que
en su lugar ella haría lo mismo que usted.