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Celulitis, ¿trastorno circulatorio?

Las causas de la celulitis son complejas, pero cada vez hay más evidencia de que se trata más de un problema circulatorio que de uno relacionado con la obesidad.

En el pasado, la celulitis era directamente interpretada como un desorden vinculado con la obesidad. Sin embargo, a través de recientes investigaciones médicas se ha descubierto que es primariamente una enfermedad del sistema circulatorio que deforma los tejidos conectivos.

Se creía que la celulitis era causada por la obesidad pero entonces, ¿cómo era posible encontrarla en gente delgada?. De hecho, en la actualidad la padece el 95 por ciento de las mujeres.
 

Si bien son los acúmulos de grasa los que causan la irregularidad en la apariencia de la piel, la causa real parece estar originada en la sangre y los vasos de drenaje linfático que mantienen el suministro de nutrientes en los tejidos así como remueven los subproductos del metabolismo potencialmente dañinos.
 

Esto resultado en un daño del tejido conectivo que “modela” el tejido adiposo, lo que se manifiesta con la apariencia típica de la celulitis.
 

Reduciendo las grasas uno puede mejorar la apariencia de la piel, pero esto no elimina sus causas. 

Alteraciones en la circulación

Una reciente investigación realizada en Europa confirma que la celulitis es el resultado de problemas en la circulación y drenaje de los tejidos debajo de la piel.

Existen muchos caminos por los que la delicada microcirculación y los vasos de drenaje linfático debajo de la piel pueden dañarse.

Los radicales libres ocupan un rol importante, y también el daño físico está involucrado en el comienzo del ciclo de este deterioro que termina en celulitis. Ejemplos de este daño físico pueden ser el sedentarismo, el permanecer sentado durante largos períodos de tiempo, y el uso de ropa ajustada. 

Aún cuando el ingreso de sangre fresca o el egreso de sangre “usada” es restrictivo, los radicales comienzan a avanzar y el oxígeno se vuelve escaso. Esto causa mayor daño en la circulación así como el deterioro de la función de las células que manejan la estructura del tejido conectivo.

Esas células son conocidas como fibroblastos y cuando funcionan mal causan dos problemas: debilitan las fibras que mantienen a las células grasas en su lugar y cubren a los grupos de células grasas con una impenetrable capa de proteínas que impide la circulación hacia esas áreas.

La falta de ejercicio 

Si bien muchos científicos creen que la causa primaria de la celulitis es el exceso de estrógenos que provoca el debilitamiento de los tejidos conectivos, muchos especialistas consideran que esto se debe a un pobre funcionamiento linfático y de la circulación.

Ellos afirman que mujeres con los mismos niveles de estrógeno y con celulitis, revirtieron los síntomas de la celulitis a través del ejercicio regular. No obstante, el exceso de esfuerzo ha demostrado ser una de las principales fuentes de radicales libres que contribuyen a la celulitis.

La teoría es que la falta de ejercicios apropiados causa un empobrecimiento del sistema linfático y de la circulación sanguínea, en particular del drenaje linfático.

El sistema linfático depende del movimiento para que el fluido linfático circule, lo que significa que el bombeo del corazón no facilita su circulación a través del cuerpo.

 

El fluido linfático se acumula debajo de la piel debido al pobre drenaje (posiblemente causado por las toxinas), que hace que no pueda circular.

 

La piel comienza a abultarse con el exceso de fluido. Es ese exceso el que impide el ingreso de la sangre a los tejidos, y causa la aparición de los metabolitos conocidos como radicales libres.

Esos radicales libres atacan activamente los tejidos causando serios daños en la microcirculación y las células de las fibras conectivas.

Muchas personas suelen tratar de reemplazar la necesidad de ejercicio con alguna droga que actúe como un acelerador artificial del metabolismo.

 

Pero los aceleradores artificiales del metabolismo son peligrosos porque no pueden reconocer los procesos que necesitan aceleración, ya que actúan en forma indiscriminada sobre una amplia franja de procesos metabólicos (tenga en cuenta que hay más de 1000 reacciones químicas diferentes en cada célula de nuestro cuerpo al mismo tiempo).

Cuidado con las toxinas 

Los investigadores creen que el pobre drenaje linfático, que causa el abultamiento de la piel debido al fluido linfático, es también causado por una acumulación de toxinas y dañinos químicos conocidos como radicales libres. 

El primer lugar en donde el cuerpo almacena toxinas provenientes de la alimentación que el hígado no puede metabolizar, es en las células que se encuentran debajo de la piel.

Esas toxinas se originan en la comida chatarra y en una incompleta digestión. Causan retención de fluidos y grasas en las células, que se hinchan y reducen la circulación sanguínea y bloquean el fluido linfático impidiendo el correcto drenaje. 

La reducción del drenaje linfático y de la circulación sanguínea causa la acumulación de grasa, el estiramiento de las fibras conectivas debajo de la piel y el desagradable abultamiento conocido como celulitis. 

Se cree también que la razón de la mayor prevalencia de celulitis en los centros urbanos es el alto consumo de proteínas. Si bien el cuerpo necesita proteínas, cuando son consumidas en exceso, requieren un trabajo duro del hígado para procesarlas, entonces, los radicales libres y las toxinas comienzan a acumularse.

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