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Padres organizados, la alternativa para el cuidado de los hijos

Cada vez es más común que los padres de hijos adolescentes se nucleen para ayudarse con la prevención y el cuidado de sus hijos adolescentes, conscientes del peligro en el que pueden encontrarse cuando salen durante la noche.

Los tiempos han
cambiado. Y mucho. Todo padre de hijos adolescentes lo experimenta en carne
propia, cuando escucha, de boca de un tercero o de su propio hijo, las formas de
diversión que puede mantener el mismo al momento de salir con sus amigos.

En
efecto, en nada se parecen las salidas de la actualidad con las clásicas
reuniones que se organizaban tiempo atrás en la casa de los amigos, en donde
unas gaseosas, convites y LP mediante, se solía mantener una diversión amena y
fraternal.

Muy
por el contrario, hoy en día es habitual que los adolescentes se alcoholicen
hasta grados preocupantes antes de concurrir a bailar, lleguen a coquetear con
la droga, sean maltratados por la seguridad de los boliches, deban permanecer
largas y extenuantes horas en las discos o en las frías colas que deben formar
para ingresar, organicen mega-fiestas con miles de invitados con los que ni
siquiera conocen, o experimenten otros tipos de conductas riesgosas para su
salud psíquica y mental.

Aún
así, son muchos los chicos que entienden todo lo negativo que existe en llevar
adelante este modo de vida, pero las presiones sociales por no quedar fuera de
su grupo de pares, los lleva a soportar estos esfuerzos y humillaciones, los
cuales son preferibles a la soledad.

El
circulo se cierra por algunos empresarios inescrupulosos que, aprovechando esta
presión social, lucran con el mismo descontrol que ellos promueven. En efecto,
la “diversión” para adolescentes pueden representar grandes ingresos, y
cuanto mayor consumo haya, más negocio habrá, más allá de la salud de los
chicos.

Padres en acción  

Conscientes
de que los adolescentes, por sí solos, no pueden hacer frente de forma madura y
responsable a semejante bombardeo, cada vez más los padres de escuelas deciden
organizarse, con el fin de asistir a sus hijos en la tarea de enfrentar sus
salidas.

De
ese modo, los padres intercambian experiencias y sugerencias, y planifican, de
forma conjunta, ciertas medidas de seguridad para sus hijos.

El
objetivo no debería ser entrometerse en la vida de sus hijos, planificarles sus
actividades, o estar con ellos durante las salidas.
Simplemente, lo hacen para consultarse entre sí para saber como responder, y
prevenir, mejor ante los problemas que se les plantean cuando sus hijos
adolescentes salen en plan de diversión.

Estos
problemas tienen que ver con la seguridad, las adicciones, las malas compañías,
los horarios de boliches (que cada vez empiezan y terminan más tarde), la
bulimia y anorexia, el sexo inseguro, las fiestas de egresados (que son en gran
cantidad y durante la semana, por lo que en los últimos meses de año a los
chicos les cuesta mucho llevar una vida normal) o la falta de comunicación
entre padres e hijos.

Como
la idea no es establecerles prohibiciones a sus hijos, la búsqueda está
orientada a encontrar alternativas que les permitan a sus hijos estar más
felices y seguros, y a sus padres dormir tranquilos durante las noches en que
ellos salen.

En
este sentido, si un grupo de padres se opone conjuntamente a que sus hijos
concurran a una fiesta determinada, esta oposición no será igual que un
prohibición “clásica”, pues el mayor conflicto para ellos no es no poder
asistir a la fiesta, sino quedarse fuera del grupo de pares. Pero como todos los
padres le negaron a sus hijos el permiso a concurrir, deberán buscar, todos
juntos, una alternativa para salir en grupo pero a un lugar más tranquilo, como
el cine.

De
esta forma, los padres pueden evitar el clásico reproche “¿Por qué yo no
puedo ir y ellos sí?” y sus hijos la triste alternativa de pasar una noche en
soledad.