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Nuevos escenarios, nuevos ejecutivos

El arribo de una nueva década trajo consigo la necesidad de las empresas de encontrar un nuevo tipo de ejecutivos, más consustanciados con las condiciones reales que con las lecciones de la universidad. Entérese por qué esto puede significar una oportunidad para los profesionales con mucha experiencia

Van pasando los años, y la década
del noventa va quedando cada vez más atrás. Y con ella, muchas de las
características que se les solicitaban a los antiguos gerentes, como edad
joven, un MBA (Master en Administración de Negocios), o una agresividad total
para lograr los objetivos.

En efecto, hoy en día, crisis
mundiales mediante, las características que solicitan las compañías de los
nuevos gerentes distan mucho de ser las anteriormente citadas, y esto puede ser
una gran ventaja para los profesionales de mayor experiencia, pues, de hecho,
uno de los principales cambios radica en las edades preferidas.

Por eso, si los noventa fue el
tiempo de los yuppies, yetties, o los golden boys, hoy en día se está
privilegiando mucho más la experiencia por sobre el la edad en el documento de
identidad. Sucede que,
frente a épocas turbulentas, la madurez emocional juega un factor clave, y, por
supuesto, la misma suele estar mucho más presente en quienes cruzaron la
barrera de los cuarenta, que en quienes acaban de salir de la universidad.

Por cierto, esto tampoco se puede
concebir como un total cambio de paradigma, sino como una tendencia que
lentamente está emergiendo, en donde, si bien la mediana edad continúa siendo
un estigma para muchos empleadores, ya no existe un prejuicio tan férreo como
el que se pudo observar durante la década pasada.

En efecto, muchos empleadores
continúan creyendo que, pasados los cincuenta, no será tan fácil para una
persona desarrollar su tarea de gerenciamiento en un mundo globalizado, donde
las capacidades en informática, los frecuentes viajes, cambios de dieta y
hábitos, y extensas jornadas de trabajo son moneda corriente; pero sin embargo,
también se dan cuenta que la experiencia de estos profesionales como pilotos de
tormenta durante crisis pasadas, -como la crisis del petróleo a mediados de la
década del setenta u otras que generaron diversos tipos de inflación-, sumada a
su madurez emocional, le otorgan un amplio background que los pone un escalón
por encima de sus pares más jóvenes.

Un
nuevo perfil

Las crisis económicas que se
pudieron observar en la mayoría de los países, trajeron aparejadas un escenario
muy diferente al que se soñó durante el Consenso de Washington, a principios de
los noventa, en donde parecía que la receta neoliberal solucionaría todos los
problemas económicos.

Un década más tarde, las empresas
deben lidiar día a día con rupturas en las cadenas de pago, recesiones,
huelgas, inflación, y demás variables, por cierto bastante menos visibles pocos
años atrás. Todos estos factores, en gran parte desconocidos por los más
jóvenes y poco vistos en sus planes de estudio académico, han promovido la
búsqueda de un nuevo perfil de gerente, que además de tener una mayor edad, y
por ende experiencia, debería contar con las siguientes características:

1.
Manejo de situaciones
extremas

Los nuevos gerentes deben tener
un estado mental y emocional que les permita sobrevivir en medio de una selva,
en donde el estar siempre alerta a los riesgos, pero a la vez atento a las
nuevas posibilidades que se generan, es un componente esencial para su
desempeño. Según los expertos, esto es algo que, en parte, se puede aprender,
pero que también requiere de condiciones innatas con la que mucha gente, por
más capacitada que esté, no cuenta.

2.
Habilidades
relacionales

En la actualidad, el ámbito de
trabajo se ha deteriorado significativamente, pues los despidos, conflictos,
recortes salariales, y falta de motivación, son moneda corriente. Por lo tanto,
los nuevos gerentes deben ser gente honesta y solidaria, que sepa orientar,
motivar, y ser capaz de ponerse en el lugar del otro.

En este sentido, es clave también
mantener una importante habilidad para las relaciones interpersonales, en donde
la flexibilidad, creatividad, buena comunicación con el entorno externo e
interno, sentido ético y disposición a la escucha y la contención, son
fundamentales; de hecho, todas ellas son cuestiones cuya necesidad hoy en día
está a la par con las habilidades técnicas adquiridas en las universidades.

3.
Apertura mental

Ser un profeta
sólo en su tierra
ya no es algo tan aceptado por los headhunters (cazadores de talentos). Hoy en
día, las compañías buscan personas que puedan pensar más allá de las paredes de
la empresa, teniendo en cuenta no sólo la competencia en el propio rubro, sino
el estado de las organizaciones, similares o diferentes, tanto dentro como
fuera del país.

Según señalan los expertos, la
posibilidad de conocer diferentes mercados le brinda a los gerentes la
capacidad no sólo de saber manejarse mejor frente al propio, sino incluso de
crearlo allí donde el mismo no existe, algo sustancial para épocas de recesión
y baja en el consumo.

4.
Una mayor ética

El nuevo gerente debe ser,
además, una persona con una fuerte ética, tanto en su relación con el personal
como en la que instaurará con sus potenciales clientes. Sucede que, luego de
una década en donde muchos gobiernos y empresas exhibieron todo tipo de
acciones fraudulentas, como los casos de las empresas Enron o Worldcom en los
Estados Unidos, o los distintos gobiernos que se han sucedido en varios países,
la sociedad comenzó a reclamar una mayor dosis de trasparencia, que sólo un
gerente con una fuerte ética es capaz de imprimir a una empresa.

5.
Diferente educación

Si tiempo atrás el MBA era una
sigla sagrada para el currículum de cualquier persona que aspiraba a ocupar un
puesto de nivel gerencial, hoy en día esta educación pos-universitaria en
administración sigue siendo importante pero ya no es imprescindible, sobre todo
porque las empresas ya no tienen tiempo para esperar que se concreten las promesas
representadas por las personas, que, recientemente, han hecho uno de estos cursos.

Incluso, muchas compañías están
focalizándose en profesionales que hayan tenido una educación no tan cerrada al
ámbito de los negocios, y es por eso que suelen inclinarse por antropólogos,
historiadores, filósofos, psicólogos, o licenciados en comunicación que puedan
contar con nuevas y diferentes formas de razonar y ver las cosas. No obstante,
deben haber cursado algún posgrado en administración, pues esas cualidades
deben combinarse con un entrenamiento en el mundo de los negocios.

6.
Más finanzas que
marketing

Frente a los contextos
inflacionarios que se viven en muchos países, los nuevos gerentes deben tener
un cierto conocimiento financiero, que les permita dialogar con facilidad con
personal de los sectores económicos de la organización. Por eso, un
conocimiento en estas áreas es mucho más importante que otros que brillaron en
la década del noventa, como el marketing, que son más útiles cuando el consumo
mantiene un cierto nivel.

7.
Capacidad de visión
futura

Este último punto está más
reservado para los propios gerentes, antes que como requisito de los
reclutadores o las compañías. Aquel ejecutivo que esté más pendiente de su
retribución inmediata que de las posibilidades que le pueda abrir, a futuro,
una empresa, también perderán los mejores lugares.

Sucede que aún hoy se mantiene la
modalidad de pago de los noventa consistente en “variabilizar” las
remuneraciones según los resultados, por lo que, en un contexto depresivo, es
posible que muchos gerentes deban aceptar un sueldo que se encuentre por debajo
del que alguna vez supieron obtener.

Sin embargo, si estas personas
tienen un talento especial para mantener la motivación, estimular a sus
equipos, planificar los años por venir, y tener una visión a futuro, podrán
lograr no ser dominados por la crisis, sino dominarla, y poder así comenzar a
recrear una empresa que le podrá dar grandes satisfacciones, incluso
monetarias, en el futuro.