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La verdadera esencia de la mujer

Durante aproximadamente 13 años he tenido la fortuna de trabajar con mujeres, y yo siempre digo que después de eso, bien puedo domar leones…

A pesar de ser mujer, no puedo dejar de reconocer
que las mujeres somos realmente especiales y en algunas ocasiones un poco
complicadas, aun para nosotras mismas; aunque,  por supuesto, llenas de cualidades que nos convierten en
adorables criaturas; a veces un poco difíciles de comprender.

Podría
escribir un amplio tratado acerca de las múltiples cualidades de la mujer, por
ejemplo,  de su perseverancia
infinita, que hace que cuando una mujer se propone algo no existe poder humano
(y a veces ni divino) que se interponga entre ella y su objetivo, de su energía
sin fin, que le permite ser madre, esposa, amante,  profesionista, empresaria o mujer trabajadora, y en algunos
casos todavía estudiante (y luego dicen que somos el sexo débil!) Podría
hablar también de su ternura infinita y su inmensa capacidad de comprender el
alma humana, pero si yo hablara de todas las grandes cualidades de la MUJER,
parecería que lo hago porque soy una de ellas y estoy aprovechando para echarme
flores, así que no mencionaré nada de esto y me limitaré simplemente a
compartir los descubrimientos que acabo de hacer en el terreno de su esencia.

Pues
bien, como mencioné al inicio, desde hace 13 años trabajo con mujeres. ¡Ah!
Pero aun no he dicho a que me dedico. Doy cursos de “personalidad”, que yo
prefiero llamar de Imagen y Arreglo Personal porque pienso que todos tenemos
personalidad y el arreglo es solamente una manifestación física, por decirlo
de alguna manera, de la personalidad que cada una de nosotras tiene y que vamos
modificando, construyendo, o reforzando en algunos casos, a lo largo de nuestras
vidas, siendo este tema de la personalidad un concepto muy amplio; también me
ha apasionado siempre este asunto de para qué en la vida, no tanto el por qué…..
Bueno, así se oye un poco confuso, quiero decir, para qué nos suceden las
cosas que nos suceden, no tanto por qué son de tal o cual forma; y también la
diferencia enorme que existe en la visión que tenemos de la vida hombres y
mujeres.

Bueno,
creo que el preámbulo ha sido demasiado largo, vayamos al grano. ¿Cuáles son
esos descubrimientos de los que estoy hablando? Pues bien, básicamente son dos,
por el momento y, al menos a mí, me han parecido muy interesantes. El primero,
es la verdadera razón por la que la mujer se viste, se maquilla, en general se
arregla: es porque en el fondo de nuestro corazón, todas las mujeres, y
quiero recalcar TODAS, sin importar su nivel social, cultural, su profesión, su
edad, tendencias políticas, nacionalidad ni creencias, TODAS, lo que anhelamos
es vernos bonitas.  Tampoco
importa si la mujer es alta o bajita,  bonita
o fea, todas queremos vernos bonitas, lo admitamos o no, lo sepamos
conscientemente o no. Por supuesto, sin que esto sea lo único que le importa ni
lo más importante;  también esto
quiero recalcarlo.

Para
hablar de mi segundo descubrimiento,  como
introducción quiero decir algo que seguramente no es nuevo para nadie. Las
mujeres, en nuestras ansias locas de amar y ser amadas, (porque para nosotras en
la vida lo más importante es el amor) nos convencemos de que el hombre que está
en nuestra vida ES EL HOMBRE DE NUESTRA VIDA, nos gusta lo que le gusta, nos
apasiona lo que le apasiona, vemos a través de sus ojos, para acabar pronto, 
lo convertimos en un príncipe, más que en un príncipe, en un rey (al
menos en nuestra imaginación), y perdemos nuestra propia identidad y de pronto
ya ni siquiera sabemos quienes somos, hasta que la triste realidad, tarde o
temprano (en algunos casos más bien tarde que temprano, depende de que tan
necia sea la mujer) nos demuestra que el presunto príncipe es en realidad un
sapo más corriente que común y nos quedamos, una vez más, vacías y en espera
de una siguiente oportunidad para volver a perdernos en el laberinto sin salida
del “verdadero amor”.

Luego
entonces, mi segundo descubrimiento es que igual que en el punto anterior, no
importa el nivel social, cultural, la edad, la nacionalidad, las creencias políticas
o religiosas, la profesión o actividad, la MUJER lo que más desea en el fondo
de su corazón es encontrarse con el príncipe azul y saben ustedes ¿quien es
el verdadero príncipe azul?

Pues
el príncipe azul es una mezcla de Bradd Pitt, Sean Connery, Pierce Brosnan, Mel
Gibson y  Richard Gere (ver la Novia
Fugitiva), aunque la mezcla ideal es variable, depende ya de las preferencias y
gustos de cada una. ¿Sus características? TIERNO, CARIÑOSO, APASIONADO,
CONSIDERADO, SENSIBLE, FUERTE, FIRME, SEGURO DE SI MISMO, EXITOSO, CON SENTIDO
DEL HUMOR.  Un hombre capaz de ver y
escuchar a su mujer, de amarla y apreciarla y considerarla un ser humano, NO UNA
COSA. ¿Acaso pedimos demasiado? ¿Parece como un cuento de hadas? Pero bueno,
yo lo único que iba a hacer era  relatar
cuales son mis dos más recientes descubrimientos en el terreno del alma
femenina y su esencia, pero como soy MUJER, no dejo de proyectarme y apasionarme
más allá de hacer una mera descripción de los descubrimientos en cuestión,
así que como ese no es el propósito inicial, no diré nada de lo posterior ni
de lo periférico……. a mis dos descubrimientos, por supuesto.

La
conclusión es que todas las mujeres somos UNA MUJER, con una misma ESENCIA, con
diferentes apariencias, gustos, formas de pensar, etc., pero UNA, unidas en una
misma forma de sentir. Muy interesante ¿no les parece?

Ah!!,
por cierto… parece que acabo de encontrar
AL HOMBRE DE MI VIDA………..