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ARCI y SUS AMIGOS,la valentia es mejor que todo

Hace algunos años, la gente común de Buenos Aires y sus alrededores, rindió un examen ante el mundo.


Fue algo muy distinto a lo visto en la historia de las
Américas y de Europa.

Los protagonistas no eran ni agricultores, ni “campesinos”- ni
“labriegos” -como dicen en otros lugares, no eran una clase social, eran
solo Argentinos, de toda clase o condición.

Lo que hicieron fue un acto de REIVINDICACIÓN MORAL ANTE TODO EL MUNDO”
Por eso, lo que hicieron, CAMBIO LA OPINIÓN DE TODOS LOS PUEBLOS DEL MUNDO
RESPECTO A LOS ARGENTINO COMO SUJETOS.

Lo que hicieron descalificó el contenido de la palabra “sudaca”, quienes la
quisieron seguir utilizando quedaban mal vistos en donde querían expresarla.

La gente, en otros países comenzó a ver que los Argentinos no eran como, hasta
antes de esas jornadas, creían que eran.

Los gobiernos de esos países debieron guardar respetuoso silencio y revisaron rápidamente
su trato conlos Argentinos, ahora se veía con claridad que había una clara línea
divisoria entre la gente y lo formal de los gobiernos de esos días. Y el
respeto por lo que los Argentinos ERAN, se impuso, como un ejemplo que nació
unitariamente, en una ciudad llamada Buenos Aires, que era vista como un “país
distinto” del resto, y del “sur también”, pero, los integraba.

Y esa
integración que los contenía ahora a ellos, a los de allí, a los de las otras
argentinas del interior, debían ahora ellos otorgarles el contenido que se
esperaba. Se esperaba también desde el exterior y, los siguieron, a los de
Buenos Aires, vistos ahora con respeto desde muchos lugares del mundo.

Todo comenzó cuando cambiaron el eje de su presencia, antes era tangencial, en
un semicírculo, en la Plaza de Mayo, en cambio ahora los hechos nacieron en el
centro geográfico de Buenos Aires, lugar al que se podía acceder desde los
trescientos sesenta grados, para TODOS.

Le dieron la espalda a esa plaza, a la del Congreso y a la Plaza Lavalle.

Primero llegaron algunos pocos miles, pero todos de una forma que se impuso, sin
banderas, sin gritos, sin carteles, sin redoblantes, sin parlantes, inclusive
sin banderas argentinas, la que tantas veces se utilizo para romper cosas, como
ser corazones y almas.

Al llegar se sentaron, habían pedido a todos los vecinos que si pudieran
filmaran todo lo que valiera la pena, desde las terrazas o balcones.

Se sentaron con la idea de no irse nunca sin lograr lo que querían, EL RESPETO
DE TODOS LOS PUEBLOS DE LAS NACIONES DEL MUNDO, y demostrarles que VALIAN, pedían,
en miles de pequeños papelitos que llevaban y otros reproducían solo tres
cosas: PRIMERO : Pedimos que sepan que somos honestos. SEGUNDO : pedimos que
sepan que deseamos y amamos la justicia. TERCERO: Pedimos que quienes
circunstancialmente están en cargos de gobierno den testimonio de lo mismo ante
el mundo, que también nosotros integramos desde aquí.

No decía nada más.

Pasó un día y llovíó, algunos más llegaron, también otras personas con
sueldos miserables, tenían uniforme y al principio se limitaron a rodear la
zona y nada más. Pero siguió llegando gente el tercer día y los que habían
llegado no se volvieron para ir a trabajar, faltaron y NADIE DECLARO HUELGA
ALGUNA, simplemente no fueron, y hacia sus necesidades por allí, donde el hedor
debian soportarlo y, luego, algunos vecinos comenzaron a llevarles agua y algo
de comida y llegaban periodistas que entrevistaban a alguna gente cuyas
declaraciones se seleccionaban para al ser expuestas por los medios se lograra
desmovilizar y otros se sumaban para desde allí cometer tropelías o desmanes o
pelearse con los que con sinceridad habian llegado.

Entonces comenzaron a pegarles, con algunos palos, con correas, los amedrentaban
con gritos y los tiraban desde los pelos y los pateaban y escupían con un
despliegue de sus propias banderas partidarias y, la gente que recibía ese
castigo lloraba, se quejaba, no devolvía los golpes, sangraba en el lugar y, la
gente, al ver lo que pasaba por testimonio ,al principio, por pocos medios,
comenzó a llegar más y más, entonces la gente tambien empobrecida de uniforme
y entrenada recibió ordenes para disolverlos y comenzaron a tirarles gases y
palos y pasar con sus caballos entre ellos y sobre ellos, entre los gritos de
dolor y la nueva sangre de quienes, seguían allí sin irse, con los ojos llenos
de lagrimas en un fondo rojizo por los gases y cayo la noche y cortaron las
luces y la gente seguía llegando.

Entonces, como seguían llegando a sentarse hasta donde les permitían llegar,
las personas de humildes sueldos y de uniformes, temiendo represalias, debieron
crear otro cordón mas alejado de los primeros acontecimientos, pero al seguir
llegando mas gente, quedaban encerrados entre mareas humanas sentadas y en
silencio, mojadas, ateridas, con hambre, sin moverse y dándose aliento.

Cargó una caballería y quedaron en el aire mas gritos de dolor, y más heridos
y comenzaron muchos a morir, solo rodeados por sus más cercanos argentinos que
evitaban los siguieran golpeando. Entonces, al cuarto día, los que habían
llegado primero estaban casi desfallecientes y recibían la ayuda que se podía,
pasándose las cosas, como el agua o frazadas de mano en mano, como también
algo de comida, en medio de los olores de los excrementos y los orines y los
gases y el olor de la sangre.

Al quinto día, la gente era una multitud, no una turba y en el exterior se
comenzó a rumorear sobre lo que sucedía.

Al sexto día las cosas empeoraban, había discursos de políticos que le gente
les gritaba que callaran y seguían repartiendo papelitos con los tres pedidos,
así hasta que se convirtió en una cantidad de gente temible por su numero y su
pacifismo y su resistencia al martirio, ya eran cientos los muertos y miles los
heridos y muchísimos jóvenes de conceptos fatuos revieron su conducta y se
fueron sumando a lo que se presentaba como una gesta.

Los organismos de derechos humanos de Argentina quisieron intervenir y la gente
que era mártir y seguía allí y seguía llegando NO LOS ESCUCHO. Les gritaban
que se callaran igual que a muchos dirigentes de todo tipo que se acercaban para
darle una “dirección” a los hechos y, la gente no les hizo caso.

A séptimo día, eran cientos de miles y los hombres de sueldos miserables y de
uniforme se replegaron hacia él la parte mas exterior de ola multitud, para ver
como evitar que, si se lo propusiera, no avanzara sobre las tres plazas a las
que le habían dado la espalda, además, se necesitaban muchos efectivos para
posicionarse en trescientos sesenta grados, como a diez cuadras del centro del
comienzo de los hechos iniciales, donde las victimas era numerosísimas y
quedaban tendidas.

Entonces, desde algunos países hermanos y algún que otro Europeo comenzaron a
tener en cuenta a ese pueblo Argentino y a su valentía, que nacía desde la
valentía de lo personal de cada uno de los primeros miles que, “sabían”
iban a morir.

Es así, amigo ARCI, como Argentina comenzó a cambiar y la gente de otros
pueblos y naciones del mundo nos comenzaron a ver con respeto y a expresarlo y
los hombres de uniforme, volvieron a sus hogares con imágenes que nunca olvidarían
y desde sus pupilas se seguían infiltrando a sus espíritus lo que habían
visto y se lo contaban a sus hijos que ahora deseaban ir allí.

No se pidió la renuncia de nadie, pero todos aquellos que se habian presentado
como candidatos a algo comprendieron que las cosas JAMAS, volverían a ser como
antes y, SABIAN que les podría pasar a ellos y los cientos y cientos de
victimas pacificas, valientes, persistentes y sacrificadas, “construyeron la
democracia” desde un mundo no virtual, sino, desde el propio ejemplo y, cuando
hoy un argentino es reconocido como tal en algún aeropuerto, siempre le
preguntan “como fue esa extraordinaria revolución donde la voluntad de la
mayoría derroto a la voluntad de los representantes”

Y lo más notable, las FF.AA. no salieron de sus cuarteles, y por primera vez en
la historia del mundo, sus vidas fueron mejores por los que salieron en lugar de
ellos.

Cariños

Cacho