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¿Qué medicaciones tradicionales rechaza la homeopatía? y ¿Por qué?

Resulta habitual escuchar que la Homeopatía reniega de los tratamientos tradicionales o alopáticos. Pero esto no siempre es cierto…

 

Mucho se sigue discutiendo después de 100 años acerca de cuáles son los
productos químicos y las medicaciones de la Medicina oficial que según la Homeopatía son nocivos para la salud humana.

Históricamente toda aquella medicación que tiende a suprimir un síntoma en lugar de exteriorizarlo para que agote su acción, es criticada por la Homeopatía Unicista.

Los Antibióticos: son sustancias que actúan matando los agentes productores de una enfermedad, anulando así su acción patógena.

Los homeópatas decimos que las infecciones no son causadas por los gérmenes en sí mismos, sino por las toxinas que ellos producen y que actúan sobre un terreno preparado y debilitado por la herencia o por otras enfermedades adquiridas durante la vida.

Para la Homeopatía, un antibiótico suprime la enfermedad pero no la cura, lo que hace es trasladar la enfermedad a otro lugar del cuerpo, muchas veces con una apariencia distinta a la inicial, y difícil de identificar.

En cambio el medicamento homeopático al ser semejante a la enfermedad, acelera su evolución y eleva las defensas del cuerpo para que ésta termine más rápido y regrese el estado de equilibrio.

Las Vacunas: el criterio homeopático tradicional es evitarlas. Mi criterio personal subraya la importancia de las vacunas como medio preventivo, sólo que no deben ser administradas de una manera intempestiva (varias juntas en un mismo actos ) ya que agotan al sistema defensivo provocando lo que se llama depresión inmunitaria. Recomiendo que haya un intervalo mínimo de 20 días entre vacuna y vacuna.

Las Vitaminas: si realmente existe una carencia en el cuerpo, suministrarlas en forma natural, con las comidas. Si aún así persistiera esa falta, es señal de que algo en el organismo no funciona, por ende primero solucionar la causa y luego administrar las vitaminas.

Lo mismo vale para los minerales. Si el cuerpo carece de ellos desde que nace es señal de un trastorno de asimilación en los tejidos, y la Homeopatía lo soluciona en forma rápida e infalible.

Las Hormonas: si el cuerpo es sano el equilibrio hormonal es perfecto, si existe una desarmonía hormonal, es debido a que una causa profunda envió señales equivocadas a las glándulas, por consiguiente siempre es mejor solucionar la causa en lugar de administrar hormonas que empeorarían el equilibrio ya inexistente. Todos conocemos los efectos colaterales indeseados de las hormonas en general.

Los Analgésicos: por lo general no se contradicen con los tratamientos y la filosofía homeopática.

Los tranquilizantes y anti depresivos: en homeopatía no los tenemos en cuenta, ya que contamos con un arsenal inmenso e infalible para todos los desórdenes emocionales, puesto que en nuestras consultas individualizamos al paciente por lo que es en realidad, y por lo que siente al enfrentar los problemas cotidianos, y le administramos el remedio simillimum que más se adapta a su realidad existencial.