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Cuando el perro envejece

Al igual que las personas, los perros cambian su comportamiento en la vejez, al punto tal de parecer un animal distinto del que supimos tener. Aquí le explicamos las razones, y como puede afrontar mejor la situación


Ya no es tan juguetón, ahora se la pasa durmiendo y gruñendo, parece otro
perro
” Tal vez usted se haya encontrado repitiendo esta frase, al ver que
el otrora divertido pichicho que supo tener, es hoy en día un perro malhumorado
y fácilmente irritable.

Sucede que al envejecer,
no son pocos los perros que experimentan estos cambios en su “personalidad”, en
gran parte debido a razones exclusivamente físicas.

Es justamente por eso que
los veterinarios afirman que estos desagradables cambios pueden ser modificados
ya que, al poder corroborarse trastornos orgánicos, los problemas se pueden
tratar con una medicina adecuada.

En muchos casos, estas
mutaciones se explican por el deterioro de las áreas vinculadas con el sistema
nervioso central, como, por ejemplo, el avance de la senilidad, que provoca que
los perros pierdan la memoria de lo que antes les agradaba, por lo que ahora
solo pareciera molestarles, como por ejemplo zamarrearlos en el jardín. En la
misma línea, podemos encontrar la perdida de visión, olfato, o capacidades
auditivas.

Además, la perdida de su
propia respuesta física, los puede hacer sentir mas tensos y temerosos en todas
sus acciones, con lo que se activan sentidos instintivos que pueden llegar a
tener como resultado una respuesta inesperada a nuestros estímulos, como por
ejemplo un tarascón.

Es menester entender que,
así como las personas, los perros también sufren los “achaques” de la vejez, lo
cual cambia varios de los comportamientos comunes, sea de forma voluntaria como
involuntaria.

Pero, a diferencia de
nosotros, los perros pueden soportar mucho más el dolor físico provocado por el
decaimiento físico. Por caso, se ha comprobado que los perros pueden vivir con
artritis sin ningún tratamiento especial, puesto que rápidamente asimilan este
trastorno y aprenden a convivir con él.

Lo importante, es saber
comprender que estos cambios son normales y no responden a la voluntad del
perro, por lo que es importante tenerles paciencia y tratar de suministrarle
toda la atención posible para poder disminuir sus padecimientos.