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El boom de los abuelitos

Una investigación sobre la imagen que los mayores tienen de sí mismos y de la vejez.

PENSAMIENTO

“La gran sinfonía de la vida deberá terminar en un gran final de paz y
serenidad, de seguridad material y emocional así como de atención espiritual; y
no con el golpe estridente de un tambor que se rompe o unos címbalos que se
estrellan.” Lin Yutang.
   

 Un mundo cada vez más viejo

En los últimos 50 años la población mundial ha envejecido a pasos agigantados.
Actualmente, el 10% de la población mundial mayor de 60 años ya cuenta con más
de 80 y la proporción aumentará a un 25% antes del año 2025. Imaginemos que en
50 años la población mayor de 65 años aumentará en ¡268 000 000!.

En 1999, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, dio el pistolazo de salida
al “Año Internacional de las personas mayores” . Con tal motivo se promulgaron 5
derechos a favor de este colectivo: independencia, cuidados, participación,
autorrealización y dignidad.

Consideramos que lo realmente prioritario es que se produzca un cambio que
derive en una nueva mentalidad ante la situación que se está creando. El
envejecimiento supone cambios importantes en el sistema biológico del hombre, el
reto del anciano es enfrentarlos y adaptarse a ellos.

Aunque en nuestra sociedad se justifica la vejez por la edad cronológica,
entendemos por vejez: la percepción y asignación social del proceso de
envejecimiento a partir de cierta edad y en un sentido cultural globalizador.

Objetivos

Determinar la autoimagen o autoconcepto que poseen los ancianos de la vejez,
como elemento influyente en la calidad de vida de los mismos.

 Metodología

Nuestra investigación fue realizada en el Hogar de ancianos Lidia Doce y en los
círculos de abuelos pertenecientes a los Policlínicos Bayamo y Jimmy Hirtzel.
Emprendimos una investigación cualitativa, donde se utilizaron las técnicas
siguientes:

•Observación encubierta no incluida.
•Entrevista enfocada.
•Técnica de los duelos básicos.

¿Qué piensan los mayores del envejecimiento?

A través de las técnicas aplicadas se pudo constatar que el envejecimiento es
percibido por los ancianos como:
•“La última carta de la baraja”.
•Una maldición.
•La mayor desgracia.
•Incapacidad de valerse por sí mismos.
•Llegada de enfermedades.
•Pérdida de esperanzas e ilusiones.
•Un engaño.
•Recta final de la vida.

 Solo una minoría expresó que la vejez significaba para ellos:
•Toma de experiencias.
•“Algo grande”.
•Ganancias de bienestar, sinceridad y cariño.

Cómo nos afecta la vejez

Se reflejan síntomas de la vejez fundamentalmente en el cambio de la apariencia
física, no así en la esfera de los sentimientos, emociones, aspiraciones e
intereses.

Los ancianos consideran que la vejez les impone limitaciones físicas, mentales,
económicas y afectivas; que son aceptadas en mayor o menor caso y a las que se
ajustan a través de mecanismos de defensa como la racionalización y/o la
compensación, con el objetivo de hacer corresponder la imagen social de la vejez
con su autoimagen, como una forma más de atenuar su conflicto interno.

Se evidencian temores asociados a la proximidad de la muerte, ansiedad de
separación por la pérdida de sus seres queridos, sentimientos de nido vacío,
malestares relacionados con su ajuste y adaptación a sus limitaciones y en gran
medida por la repercusión de una imagen social peyorativa o desfavorable de la
vejez en su propia imagen del fenómeno y en su calidad de vida de forma general.

Este fenómeno es asociado frecuentemente a conceptos erróneos como: senilidad,
inutilidad, estorbo o carga; lo que hace que el anciano llegue a sentirse como
tal, afectando su calidad de vida y su propio bienestar subjetivo.

La vejez y la imagen de nosotros mismos

 • Las consecuencias biológicas, psicológicas y sociales del proceso de
envejecimiento se interrelacionan en la conformación de la autoimagen que el
individuo tiene de su proceso.
• La autoimagen de la vejez que poseen los ancianos, es fundamentalmente
negativa, prevaleciendo conceptos estereotipados como inutilidad, enfermedad,
deterioro y carga.
• La percepción y asignación social del proceso de envejecimiento es ante todo
un producto socio – cultural.
• Desde el punto de vista socio – psicológico afloran problemáticas que
condicionan la formación de la autoimagen de la vejez, entre los que se
encuentran: estereotipos, prejuicios, actitudes y comportamientos de negación y
rechazo.
• El papel que asume la familia ante el proceso de envejecimiento de sus
miembros influye en la autoimagen del anciano y en su calidad de vida.