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La marginación implícita y la clausura anticipada del futuro

Los que viven en la denominada tercera edad, a quienes se les hace sentir tal condición aunque trabajen o estudien o se desorienten por el entorno que se les impone, se consideran útiles y necesarios, aunque no lleguen a manifestarlo.

 

El
transcurso del tiempo, situación en la que muy pocos reflexionan, parecería
imponer una sanción que la mayoría considera inevitable y, a esa
inevitabilidad se le acumulan consecuencias que se consideran obvias,
precisamente por quienes se consideran fuera del "circuito del túnel".

Siempre
es mas tranquilizador y emocionante creer en la existencia de otras vidas en
cualquier lugar de las galaxias, lo contrario es angustiante, precisamente
porque implica una revalorización de nuestros semejantes y se pondría un mas
fuerte acento en nuestras injusticias y en la pérdida de una vida por dolo o
culpa.

El
derecho positivo que aplicamos sería moralmente más cuestionable. En la
avalancha informativa que nos envuelve, el conocimiento se puede llegar a
presentar como la apresurada digestión de los bits y se constata que nuestro
"tempo" es insuficiente para afrontar este fenómeno, por lo cual todo
tiende a compartimentarse aún más, con cada vez mas cantidad de
especializaciones de otras especialidades, en una alineación cuyo destino no
pude llegar aún a dibujarse.

Son
cada vez mas necesarios los jóvenes ultra capacitados, rápidos, incansables, súper
informados y decididos que se dirigen, sin embargo, al túnel inevitable de la
nueva y última experiencia. Gladiadores que tendrán un último combate, que no
dejará de serlo aunque traten de evitarlo.

Ese segmento, en la plenitud de su
utilidad juzgada por otros, sin embargo genera las posibilidades de que los
"últimos" sean cada vez más numerosos. Por lo menos, no se han
organizado, ni existe entre ellos una conciencia pluralizada de su número; quizás
poco les interesa, como una respuesta meditada o procesada en el inconsciente.

La
comunicación ya no es bidireccional, aunque se presente el monólogo como diálogo,
los resultados se identifican con lo primero.

En
Japón han pretendido hallar un ghetto, por razones que consideran muy
atendibles y lo trataron de encontrar fuera de sus tierras, como un geriátrico
construido con la experiencia de la exportación y un managment afiatado y
correlativo de su historia productiva.

Detengámonos
a reflexionar, no solo sobre ellos como personas, sino sobre ellos como
productos nuestros. El sentirse útil es grato y es curativo, posibilitarlo es
benévolo y tiene que ver con nuestra naturaleza impugnada por la velocidad que
no podemos sincronizar con la biología de nuestro metabolismo y si podemos
somatizar neurologicamente, en un desfasaje dicotómico que, al fin y al cabo,
nos lleva con mayor velocidad a la "papelera de reciclaje" que
programamos como un residuo útil pero sin posibilidad de "restaurar".

No
tenemos un Miami a alcance de los nuestros, es más dramático, tenemos mas de
ese personaje que nos recuerda siempre Dustin Hoffman en "Perdidos en la
Noche".

Intentemos de una vez poner en marcha la comprensión, la
consideración, la templanza, la benevolencia, la piedad y el conocimiento para
no anticiparles "la nada" a quienes la medicina dice que serán una
mayoría y un mayor problema pero, no por tal situación, sino porque debemos
comportarnos como humanos en el plexo del conocimiento que nos podría brindar
la ola informativa. Es necesario construir un proyecto constatable de
participación social ocupacional de nuestros mayores.

El
primer paso es brindarles la posibilidad de acceder a la información y
habilitarlos, con los medios que disponemos, para que procesen conocimientos;
deben , verdaderamente, sentirse parte del presente y del futuro que le quede,
tal tarea es nuestra.

Debemos explicarles lo que sucede, demostrarles que tal
cosa también es parte de sus vidas, en forma organizada, sistemática, cómoda
para sus años, con respeto, abriendo las aulas de cientos de escuelas e
institutos, que por meses se encuentran desoladas (no se porque aún tenemos ese
lujo), creando ,lo que me atrevo a denominar, la restitución de la sabiduría
de la experiencia.

Es
decir, una especie de programa RESEX, apócope que entusiasmaría a muchos
amantes de la ciencia y la tecnología "propiedad" de los jóvenes,
todos rápidos y decididos, cuando no, en muchos casos, crueles. La informática,
las telecomunicaciones, los accesos a Internet, el despacho y recepción de E.
Mail, etc, son los campos o actividades donde miles de nuestros mayores pueden
trabajar si ponemos empeño en que se sientan parte de un futuro, del que aún
no sabemos si estamos construyendo como debiéramos.

Miles
de aulas vacías se pueden utilizar para reunirlos en las zonas o barrios donde
viven, para invitarlos a informarles qué está aconteciendo en este nuevo
comienzo de otro milenio. Miles de voluntarios podemos, seguramente, encontrar
para tal digna tarea, el saber enseñar algo a nuestros mayores.

Esta actividad
debe nacer desde las ONG y los Municipios, donde en la mesa de entrada no nos
encontremos con el personaje de Gasalla, sino con uno de nuestros
"alumnos".

En
determinado momento de nuestras vidas, sentirse útil y participando es mas sano
para todos, deseo convocar a un esfuerzo de ésta naturaleza, porque se lo
debemos a nuestros mayores, desde la posición que tenemos quienes podemos tener
un empleo o una ocupación que nos permite llegar a nuestros hogares con
dignidad, todos los días.

Solo
dispongo del teclado y la pantalla que me miran atónitos , así lo siento, para
escribir estas líneas a mis compatriotas, a mis paisanos, a nuestros hijos, a
nuestro pasado, para que encontremos menos reproches en nuestro futuro y en
nuestra vejez.

Construyamos desde el ejemplo, que nuestras palabras no lo
describan, que solo estén destinadas a lo que iniciamos construir, nosotros,
nuestros compatriotas, nuestra nación lo necesita. Apelo al talento de nuestros
empresarios, de los que tienen talento para concebir y talento para realizar, a
los que tienen constancia y continuidad en el esfuerzo y coherencia en sus
conductas y sus espíritus.