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¿Cómo planificar una inversión de la manera más redituable?

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Para asegurarse un futuro, para mudarse, cambiar de auto o brindar mayores beneficios a la familia, es necesario pensar la mejor forma de invertir de modo de asumir los menores riesgos. Entérese cómo hacerlo.

Al
pensar en realizar alguna inversión, tratamos de buscar la mejor oportunidad de
ganar o tener menores
riesgos
de pérdida de nuestro dinero colocándolo en títulos,
papeles que nos brindarán sus resultados recién después de un tiempo.

Al
invertir, siempre se corren riesgos debido a los vaivenes del mercado que hacen
que las situaciones se modifiquen a cada momento según los intercambios de la
oferta y la demanda y teniendo en cuenta la posibilidad que se produzcan
imprevistos. Además, muchas inversiones suelen ser promesas potenciales de
altas retribuciones de dinero.




Casi siempre la regla es que los mayores
dividendos se dan en inversiones de alto riesgo. En estas épocas de globalización, lo que ocurra en los
mercados externos suele repercutir en el interno, modificando el rendimiento de
ciertas inversiones.

Sin embargo, desde lo particular, desde nuestras propias
perspectivas e inversiones, buscamos la posibilidad de asegurarnos un futuro, de
tener otra fuente de ingresos para poder mudarnos, cambiar el auto, costear la
universidad de nuestros hijos o brindarnos la posibilidad de algún viaje de
placer. Y para ello, necesitamos incrementar nuestros ingresos.

¿En
qué invertimos?

Los
plazos fijos que otorgan los bancos tienen un techo dado por la tasa de interés
del momento. Con el tiempo, las inversiones en acciones y sociedades de inversión
han proporcionado mayores rendimientos que los otros tipos de cuentas de ahorro
o inversión.

Pero el riesgo que trae invertir en ese tipo de instrumentos es
mayor: no hay garantías en los rendimientos, es posible perder la totalidad del
capital invertido y los precios de estas inversiones varían.

Planificar
una inversión a largo plazo significa mucho más que dividir nuestro dinero
entre distintos tipos de inversiones.

Se trata fundamentalmente de: pensar los
objetivos a corto y largo plazo y transformarlos en metas financieras a
alcanzar, es decir, el monto de dinero a invertir y en qué término de plazo.

Decidir cuánto dinero estamos dispuestos a perder en el caso en que no obtengan
resultados positivos.


Y pensar un esquema de inversiones que sean más factibles
de obtener éxito y que se pueda adaptar a los cambios de la vida cotidiana. La
planificación de una inversión no debe tener un esquema rígido, debe ser
flexible de modo de poder realizar cambios con facilidad cuando sea necesario.

Pero
lo más importante en un boceto de inversión es estar dispuesto a esperar y a
realizar un esfuerzo, y sobre todo, darle un rumbo a nuestro proyecto, para que
las inversiones se hagan según una determinada idea y que luego, los cambios de
momento inesperados, puedan hacerse siguiendo esta idea, y no queden a la deriva
según los ritmos de la situación económica general.

Sin
una adecuada planificación de nuestras inversiones, contando con la información
necesaria podríamos caer en el error de asumir más riesgos de los necesarios,
o se podría estar sosteniendo un riesgo que no es el necesario para alcanzar
nuestras metas y sería necesario reducirlas, o aumentar el riesgo.

Si
un inversionista se sobreexpone demasiado, quedándose sin protección frente al
riesgo que ofrecen los mercados, le suma inseguridad a su futuro y al de su
familia.