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Comentarios al pie de los Andes: ¿Machismo o lapsus? (II)

El famoso tango “Mi Buenos Aires querido”, ¿tiene un título machista?

Retomo un tema que por razones espacio y paciencia del cibernauta debí
desarrollar en dos partes. El tiempo en el ciberaire es precioso y además debe
ser compartido.

Hablaba sobre la letra del tango "Mis
Buenos Aires Querido"
o mejor dicho, "querida".

Si alguien creyó hallar la respuesta en que Alfredo Le Pera pretendió que querido
rimara con olvido, nos encontramos
– así lo intuyo – ante un desliz mucho más grosso,
licencia literaria a un lado.

Olvido no "encaja"
ni poética, ni semántica, ni
humanamente hablando en la primera estrofa del tango que estoy analizando. ¿Lo
expresé bien o yo también cometí algún lapsus? Y aquí va una pregunta en
busca de respuesta: ¿nunca nadie tomó en consideración que esa palabreja
carece de toda lógica? ¿Por qué la utilizó Le Pera? Veamos.

Nadie en el exterior – viajando, exiliado, huído o simplemente "Anclado en París"
– puede olvidar su ciudad natal, sus ancestros, sus amigos. La añoranza no deja
de embargar. Se está siempre pendiente del terruño. La experiencia así me lo dicta.

Tomen en cuenta que el intérprete comienza diciendo que, cuando esté
nuevamente en Buenos Aires, "ya no
habrá penas ni
olvido".

Pero en el resto del poema la
reminiscencia aflora: al farolito
de la calle en que nació y que fue centinela de sus promesas de amor; a la
canción de la cortada más maleva; a los
recuerdos
que en caravana pasan con una estela dulce de emoción; a la
ventanita de su calle de arrabal donde sonreía una muchachita en flor… etcétera.

Entonces, ¿porqué afirmar que al pisar otra vez el suelo argentino ya
no habrá más olvido ¡si jamás existió!
Las penas sí debieron sentirse, no me cabe ninguna duda, pero nunca olvido. El
mismo Le Pera lo confirma de manera
incontrovertible.

Ya lo dije en mi comentario anterior que carezco de datos sobre si
alguien trató de esclarecer este y otro llamativo desliz
reiterando que se desmenuzó a fondo toda la vida y la obra de Alfredo
Le Pera
a partir de su asociación tan promisoria con Carlos
Gardel
.

Sé que corro el grave riesgo de una crucifixión literaria promovida por
intelectuales que tengan un mejor manejo que yo de nuestro multifacético
idioma, y existan en este comentario más contradicciones que las del propio Le Pera. Pero siempre hay que arriegar.

Y si se me tiene un poco de tolerancia, solo les pido que aguarden,
porque como Gardel y Le Pera voy a "volver" sobre el tema. Existen más
“bloopers”, permítaseme el término, incurridos por otros célebres autores
que merecen puntualizarse.

(Nota:
Juan Isidro González, jubilado y periodista, es un porteño radicado en
Bariloche desde comienzos de año. Disfruta la naturaleza en todo su esplendor
en la puerta de acceso al paraíso).