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¿Por qué se escapan los perros?

¿Tiene que ver la raza, el carácter o un comportamiento desacertado de su dueño? ¿Por qué algunos perros deciden huir una y otra vez ante un descuido humano?. Le proponemos algunos consejos para acostumbrar al animal a no irse del hogar:

Los motivos por los cuales un perro abandona su hogar están relacionados a su herencia genética y en menor medida a una actitud adquirida y asociada a la educación o falta de ella.

“No hay que olvidar que los lobos se ausentaban del grupo por necesidades de caza y por aspectos sexuales. Muchas razas siguen manteniendo este patrón genético entre sus conductas y es un comportamiento que es complejo de erradicar”, comenta el veterinario argentino Rodrigo Guarnieri.

Hay razas que se escapan con mayor facilidad que otras porque tienen un carácter independiente y curioso. “Los humanos muchas veces decimos cómo puede escaparse mi mascota si tiene todo lo necesario, si siempre tiene comida y un lugar calentito para dormir, pero un perro no piensa sino que actúa por instinto y si ve la puerta abierta, sabrá que esa es una oportunidad inmejorable para salir a rastrear o a unirse a la manada”, explica el profesional.

Hay perros que son expertos cazadores y son capaces de localizar comida aunque ésta se encuentre muy lejos. “Es un motivo lo suficientemente tentador para que un perro decida salir de paseo sin permiso.

Si han olfateado a un gato a o una perrita, intentarán seguirla a toda costa aunque ya no esté cerca. Hay que corregir estas conductas antes de que el animal se escape y no consiga regresar”, establece el veterinario.

Recomendaciones para que los perros no se escapen

1.- El contacto con los humanos es fundamental. “Hay que plantearse primero para qué se tiene un perro. El animal debe poder ser un miembro de la familia. Esto no significa que tenga que ocupar espacios limitados a los humanos, pero debe ser integrado en algunos juegos y paseos.

Por más espacio que se tenga en el hogar, los perros que disponen de un gran jardín para ir y venir, deben salir a la calle a dar paseo siempre con sus dueños. Esta medida los ayudará a conocer el territorio y a acostumbrarse a que cuando se abre la puerta no existe un mundo desconocido detrás.

El no saber a qué se atienen, en muchos casos actúa como disparador para que el perro salga enloquecido cuando ve la oportunidad y no sea capaz de regresar”, argumenta Guarnieri.

2.- Establecer muy bien los límites por donde puede moverse el perro. “La mascota debe saber que no es la que manda. No puede irse cuando lo desee sino cuando su dueño lo determina.

Para educar a un perro es importante la rutina y la paciencia. Por más nervioso que sea el animal, hay que hacer pequeños paseos con él todos los días y no dejarlo suelto, sino que debe ir sujeto con su correa y collar.

A medida que pasan los días, los minutos de salidas pueden alargarse. De a poco se irá entreabriendo la puerta. Nunca hay que cerrarla bruscamente. La mascota se irá acercando, olfateará la zona y no sabrá que hacer.

Es importante que estén cerca de la puerta de calle, pero que sean capaces de no traspasarla. Este ejercicio debe hacerse todos los días hasta que el perro se sienta tranquilo y vea que afuera no hay nada tan interesante como lo que tiene adentro de su hogar”, especifica el experto.

Si el perro se escapa por que tiene un carácter excesivamente ansioso y nervioso, y decide huir porque su dueño se ha ido, “lo más acertado es atarlo, si la mascota puede saltar una valla o la puerta con facilidad.

Esto hay que hacerlo si estaremos pocos minutos fuera y no podemos llevar a nuestro perro. Una dueña me comentaba hace unos días que su perro Beagle siempre se escapaba cuando ella salía a recoger a su niño al colegio.

No se demoraba más de veinte minutos, pero el perro no soportaba quedarse solo. En estos casos, se lo puede encerrar para salir del paso, pero una forma de adiestrarlo es dejarlo suelto en el jardín mientras la persona abre la puerta para irse, pero quedarse fuera de la vivienda, cerca de la casa a ver qué hace el perro.

Si comienza a llorar, conformarlo hasta verificar que se ha calmado. Es lo que le recomendé a esta mujer. La reeducación tardo tres meses, pero ahora puede salir sin problemas a recoger al hijo al colegio mientras el perro la ve irse con total naturalidad”, destaca el veterinario.

Si el animal se escapa y lo recuperamos porque salimos a buscarlo, “nunca debemos regañarlo cuando estamos volviendo al hogar con él porque la mascota entenderá que lo castigamos o gritamos por haber vuelto a casa.

Hay que ser cuidadosos y tener paciencia. En la mayoría de los casos, no es un comportamiento que ellos eligen para hacer indisponer a sus dueños, sino porque lo llevan en la sangre. Convivir con animales tiene este problema.

Nosotros queremos humanizarlos, pero lo normal para un animal es la libertad, el buscar constantemente, el convivir con miembros de su manada y no estar sentaditos en un mullido cojín mirando la televisión junto a una persona”, finaliza diciendo el especialista.

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