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El complejo de Wendy

Por qué nos convertimos en madres de nuestros maridos.


Estaba cautiva, prisionera de su temor al rechazo. Su único solaz era el que
ofrecía la identidad del
autosacrificio.


Tenía miedo de abandonar, pero moría por dentro cada día que seguía con él.

La causa de sus problemas no es un hombre, es Ud.
Nunca es aburrida o repetitiva, la forma en que maneja la vida. Ud. controla su
propia vida y espera que las personas cercanas a usted hagan lo mismo.
Constantemente, está a la búsqueda de nuevos modos de expresar su libertad.

Sufrir cierto grado de temor al rechazo, por medio de una voz interior de
inferioridad y volverse tan dedicada a su imagen social que deja de examinar su
auténtica vida personal.

Ella "no era querible".


Complicada telaraña de temor e inseguridad que envolvía y comprimía su
personalidad.
Cree equivocadamente que otras personas pueden "hacer" que se sientan seguras.
De modo que cuando el temor al rechazo estimula la inseguridad, ellas se
precipitan a recobrar el control sobre sus vidas complaciendo a otros y vuelven,
por lo tanto, a la seguridad.

Su apariencia y sus ropas de buen gusto, compensaban en cierta manera, su
timidez.
Sus lágrimas parecían avergonzarla.


"Tengo todas las razones para creer que puedo convertirme en lo que yo quiera"

"Si no sigues estas líneas de orientación, eres mala y no serás apreciada"

Complaciendo a otros y obteniendo, por consiguiente, respeto. Ella cree que
agradando a los demás, conquistará respeto de sí misma. Nunca da resultado.

En realidad está huyendo de la desaprobación, tarea eminentemente inútil.
"Leyendo los indicios que emanan de los invitados se convierte en una experta de
observación del lenguaje no verbal".
Una vez que ella decide ignorar a alguien, lo hace en un estilo convincente.


La mujer es dominante (aunque no necesariamente autoritaria) y el hombre es
pasivo (aunque no necesariamente un débil fácil de manejar). A menudo cambian
palabras tensas sin estar enfadados.

Sus juicios sobre lo que es correcto son frecuentemente astutos. Su memoria para
los detalles es pasmosa. Puede hacer tres cosas a la vez, todas bastante bien.

Es, sí, extremadamente competente.


Ella juzga, dirige e implementa todo dentro de los confines de los sentimientos de
rechazo e inferioridad. Está muy preocupada por su imagen social y demasiado a
menudo es motivada por vagos sentimiento de culpa. No está segura de qué es
culpable, pero sabe que tiene que ser de algo.

Esta mujer se unirá a cierta clase de hombre. El, habitualmente, será
considerado un buen muchacho, algo tímido. Pero tiene una forma de trazar la
línea en defensa propia si la mujer se vuelve demasiado agresiva. Se afirma a
sí mismo en un estilo reflexivo de resistencia pasiva.

Ninguna de las partes de la relación presiona demasiado sobre la otra.


La juzgadora astuta lee el nivel de desazón en su hombre y retrocede antes de
alentarlo a lanzarse a maniobras encubiertas de venganza.
Ninguno tenía problemas psicológicos serios.

La mujer juzgadora soporta una carga de responsabilidad muy pesada. Ella soporta
sus propios problemas más los de su marido y los de sus hijos. Responsabilidad
exagerada y autoimpuesta, pero se vuelve tan habitual que parece natural.

Aunque ella da la apariencia de valentía teme por su seguridad emocional. La
lectura de pensamientos promueve esa inseguridad.


Tocar fondo puede ser el primer paso hacia el cambio constructivo.
Su ego fue construido sobre el tembloroso terreno del autorechazo, la
inferioridad y un impulso de agradar siempre a los demás. Encontrar un hombre
que la necesitaba fue a la vez su salvación y su ruina.

El protegió a la niñita asustada que se ocultaba dentro de ella.
No es suicida, aún no, por lo menos.

El huir constantemente del rechazo y la desaprobación finalmente se cobraban la
cuenta.
Lo primero que tiene que hacer es no exigirse tanto.


Suena como si lo que Ud. realmente necesita es que alguien la abrace. 
Yo, una
mujer grande y tonta, no creo merecer un abrazo. No es un mal hombre, trata de
ser bueno conmigo. 

Imagine a Wendy como una niñita atemorizada pero no la
condene. Derribar la muralla de defensa que la protege a usted del temor al
rechazo y de los sentimientos de inferioridad, será importante.


Primero hay una niñita atemorizada, hay una seudo madre. Que protege a la niñita
asustada siendo juzgadora y posesiva. Trata de proteger de daños a la niñita.

Es
una alianza formada cuando Wendy era muy pequeña. La madre sabe que la niñita
puede ser rechazada. En realidad espera el rechazo, de modo que cuando usted
rechace a la Wendy que lleva adentro, ella estará preparada.

Hay necesidades de seguridad, de comodidad y de pertenencia, que si no son
satisfechas se convierten en temor al rechazo.

Las razones por las cuales
cayeron en la trampa de Wendy fue que aceptaban ciegamente una restrictiva
definición de rol de lo que se supone tiene que ser una mujer.


Ya no le causa pánico la posibilidad de la desaprobación. Uno de los más fuertes
indicadores de salud mental es el sentido del humor. Sin él es imposible hacer
cambios duraderos en nuestra vida.

Quizás Ud. se preocupa constantemente por sus hijos, pero debería pensar en alterar
su estilo de ser madre. Con el propósito de interrumpir la progresión de su
pensamiento.


Algunos me querrán, otros no, yo seguiré siendo simplemente yo.
Ya no se abruma por los problemas de él. Es prudente esperar una sensación de
pérdida.

La tentación de asumir la responsabilidad de todo el problema, será tremenda.

Yo no causo tus problemas y no puedo salvarte de ellos. Soy responsable de haber
asumido contigo un rol maternal y de hacerte creer equivocadamente que soy la
gran salvadora del mundo.


Si su único objetivo es darle a él tiempo para pensar, correrá el riesgo de
perder el tiempo.

Fuente:
Estela Pereyra

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