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Castagnino: El pintor

Se lo ha denominado “pintor social”, queriendo significar que nos encontramos ante un artista que utiliza la pintura para denunciar situaciones de injusticia.

Su búsqueda excede las circunstancias inmediatas y las del momento histórico, por lo tanto su obra no se reduce a una simple denuncia política. Debemos diferenciar su definida filiación política, ya que toda su obra no se ubica dentro del “realismo socialista”, ni es panfletaria; un hombre concreto de la personalidad creadora y sus búsquedas.

Tuvo dos relaciones importantes en su formación; una fue con Gómez Cornet, que admiraba por su simplicidad y profundidad, la relación con el pintor santiagueño le permitió descubrir la realidad del país y sus personajes como posibles motivos plásticos. 

La personalidad de Spilimbergo, que reconociéndolo, “el maestro de los maestros”, a pesar de sus marcadas diferencias, uno con un lenguaje de dibujo ceñido y áreas cerradas, y en el caso de Castagnino, el estilo de su etapa madura, está caracterizado por el lirismo del color y las formas abiertas.

Pero si, fue marcado por palabras del viejo maestro “lo más importante es el hombre”, de aquí la inquietud formativa, tanto de Castagnino como de Carlos Alonso: la búsqueda del hombre y su entorno.Castagnino, asimiló en Europa (1939), la influencia constructiva y la búsqueda de una composición sólida.

Las vanguardias argentinas ORION, de tendencia surrealista; el grupo ARTE CONCRETO INVENCIÓN: investigaba las posibilidades de la pintura abstracta y el movimiento MADI, intentó rescatar la gracia y el humor del arte y sondeó las posibilidades abstractas del cuadro.

Todas estas vanguardias importadas no influyeron en absoluto en nuestro artista, buscando la realidad del país y de sus hombres sin caer en el folclorismo simplemente anecdótico; la problemática de su tiempo, no era para manifestar un discurso político, sino el pretexto para elaborar un discurso plástico, porque su sentir necesitaba de formas y colores, su mirada abarcaba el paisaje nacional, la llanura, la costa del río, las secas tierras del norte; y el hombre que lo
habita.

La pintura de este período buscaba al hombre ante la naturaleza, su duro sobrevivir en algunas regiones. Su color es poco luminoso, casi sucio; no se propuso el desborde colorístico sino que intentó asimilar pausadamente el drama del hombre. 

Su obra, de sobrias gamas, nos propone reflexionar sobre la condición humana.A partir de la década del ’60, el artista reelaboró todo su lenguaje, influido por escuelas aparentemente superadas (el impresionismo, el cubismo, el futurismo); esto se advierte, en la serie “las playas”, intenta captar el movimiento incesante y cambiante del mar mediante la técnica
futurista.

En la serie “los idilios”, le permite desarrollar su lirismo pictórico.“Los homenajes” dedicado a Goya; la serie “las masacres” se relaciona con la guerra de Vietnam.

No fue un artista de un solo registro, paralelamente con lo lírico, se comprometió con la circunstancia histórica. Toda esta obra representa la búsqueda de la esencia del protagonista de nuestro tiempo y su dramática existencia, su sensible preocupación por humanizar al hombre.

(Próxima nota Carlos Castagnino “Muralismo”-Galería Pacífico-“Ejercicio plástico”)