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Las cuatro preguntas e inversiones de Byron Katie

La salud puede ser uno de nuestros principales motivos de estrés. Quizás tienes una enfermedad que te preocupa, o tienes que ser operado o tienes miedo de enfermar…

Pensamiento:
“Sentiré dolor físico”


1. ¿Es verdad? Lo primero que me viene a la mente es que sí.  


2. ¿Puedes saber que es verdad con total certeza? No (en mi caso, era la
primera vez que me operaban y no sabía exactamente como sería…todo eran
suposiciones). 


3. ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando tienes el pensamiento que sentirás
dolor?
Me trae mucho estrés, miedo, me preocupo mucho antes de las pruebas
imaginándome que sentiré dolor, me cuento historias negativas, trato a los
médicos con recelo, no me gustan, me siento tensa. Le doy vueltas al mismo tema
una y otra vez.   


4. ¿Quién serías sin el pensamiento de que sentirás dolor? Pues estaría
tranquila, no me preocuparía antes de tiempo, seguiría mi vida normal, enfocada
en el presente, en el ahora y no en unas pruebas que vendrán una semana después.
Recuperaría mi vida, volvería  a este momento, aquí, escribiendo estas líneas en
lugar de tener la mente en la consulta del
médico una semana más tarde.


Ahora le damos la vuelta a este pensamiento estresante para ver como lo opuesto
puede ser tan verdadero o más:


Inversión hacia el opuesto: “No sentiré dolor físico”.

Busca ejemplos reales de cómo eso puede ser verdad. En mi caso:

1) Cuando me
hicieron el análisis de sangre observé lo que realmente sentía, y no era
dolor,
solo nerviosismo, se lo comenté al enfermero y respondió: “Todo está en la mente
aquí vienen niños y no sienten dolor ni se quejan, pero vienen los grandes, con
ideas preconcebidas y ellos si la pasan mal"

2) Pude descubrir (después de la
operación), lo maravillosa que resultó la anestesia, unas cuantas respiraciones
y desperté en otra habitación y ya estaba todo terminado.  


Inversión hacia mi mismo o hacia “mis pensamientos
”.
“Mis pensamientos me hacen sentir dolor”. Ejemplos de cómo puede ser tan
verdadero o más esto:

1) Sí, días antes de las pruebas mis pensamientos se
imaginan ya el dolor, un dolor que no existe, que solo está en la mente

2) Sí,
la biopsia dura solo unos segundos, pero mi mente se la ha imaginado muchas
veces antes y sufro muchas veces por anticipado por algo que duró solo unos
segundos  


El cuestionarme los pensamientos que aparecían en mi mente y comprobar cada vez
más que todo lo que vivo es la experiencia perfecta para mí me dio mucha paz y
tranquilidad.

Nuestra interpretación negativa de lo que vivimos es lo que en
realidad nos hace sufrir y nos impide ver que incluso lo que “consideramos”
crisis y circunstancias negativas contiene un regalo por descubrir. 

Recuerda,
puedes vivir tu enfermedad desde el rechazo y el estrés o desde la paz y la
aceptación. ¿Qué eliges? 


Por Sandra Iozzelli

www.sandraiozzelli.com

Anterior:
Cómo lidiar más
saludablemente con la enfermedad


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