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Ejercicios de meditación para la relajación muscular

Esta técnica de relajación muscular comprende unos ejercicios muy sencillos y precisa en total de unos veinte minutos de desarrollo…

Muchas personas la han encontrado útil para afrontar de modo específico sentimientos de ansiedad y nerviosismo, pero también constituye una forma eficaz de relajarse después de un día agotador.

Para conseguir mejores resultados, deberá escoger un lugar en el que pueda estar tendido. es importante completar los ejercicios sin quedarse dormido, aunque probablemente deseará dormir al terminar el período de relajación. 

Para empezar, afloje cualquier tipo de ropa que lo apriete y quítese los zapatos. Ahora tiéndase. a lo largo de los ejercicios relajará progresivamente cada parte de su cuerpo, empezando por los pies y acabando por los músculos de la cara. Para todas las partes del cuerpo se aplican las mismas instrucciones, que son las siguientes:
 

Cierre los ojos y ponga en tensión una parte de su cuerpo (por ejemplo los pies). mantenga esta tensión hasta contar 5. Mientras cuenta, procure aumentar la tensión: 1 (fuerte), 2 (un poco más fuerte), 3 (todavía más fuerte), etc. hasta el máximo que pueda.

Inspire profundamente y al hacerlo libere la tensión que había cogido. Repítase: relájate, relájate, relájate.

Concéntrese sucesivamente en cada parte de su cuerpo. En cada fase, tense y relaje los músculos según las instrucciones:

          – pies: engarfie los pies y ténselos vigorosamente, manténgase así unos segundos. relájelos.

          – tobillos: dirija las puntas de los pies hacia su cuerpo y tense los músculos de las pantorrillas manteniendo la tensión. relájese.

          – nalgas: empuje fuertemente las nalgas contra la silla, sofá, cama o suelo. relájese.

          – abdomen: tense el abdomen como si esperara encajar un puñetazo en el estómago. relájese.

          – pecho: tense los hombros apretando las palmas de las manos una contra otra. relájese.

          – hombros: tense los hombros encogiéndolos tan altos como pueda. relájese.

          – garganta: tense la garganta hundiendo la barbilla en el pecho. relájese.

          – nuca y cabeza: presione con la nuca y la cabeza contra la parte posterior de los hombros. relájese.

          – cara: arrugue la frente y apriete, luego relájese. arrugue las cejas y apriete, relájese. Cierre los ojos apretando fuertemente, relájese. apriete las mandíbulas y los dientes, relájese. Apriete los labios vigorosamente y luego deje que se entreabran lentamente. 

Observe en todo momento el contraste entre la tensión y la relajación. Ahora, con los ojos todavía cerrados, experimente la energía que su cuerpo le está proporcionando: un sentimiento de potencia y calor, tal vez incluso un leve hormigueo.

Finalmente, vuelva a cada parte de su cuerpo, dígale sencillamente que se relaje cinco veces. No tense los músculos. intente conseguir una relajación más profunda. A medida que repite la palabra "relájate", deje que su mente se vacíe por sí misma de pensamientos.

Ejercitar el cuerpo, hacer deporte, caminar, bailar o respirar tienen claros efectos terapéuticos, y se consideran un espléndido recurso para reducir la ansiedad, la tensión, la agresividad y la frustración.

Además, aumentan la sensación de bienestar, mejoran el sueño y el apetito, y fomentan la concentración y la creatividad.

En sentido inverso, potenciar la mente a través de la meditación y la relajación, mejora la salud, aumenta la longevidad y la resistencia a la enfermedad.

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