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Cuando el divorciado se queda solo

La situación del divorciado cuestiona y ataca el ideal social sobre el matrimonio eterno, debiendo soportar muchas veces la exclusión y discriminación por parte de sus pares casados…

A
esta situación se agrega en ocasiones, una salida maníaca hacia
nuevas
relaciones.

Cuando
una pareja se enfrenta con la
separación, sobrevienen sentimientos de desamparo
y frustración, que afectan casi siempre a ambos cónyuges.

Los integrantes de
la pareja sienten que han fracasado en un ideal importante para la sociedad, y como consecuencia de esto se ven
excluidos del espacio social que antes ocupaban.

Al
disolverse el matrimonio se pierde la pertenencia no sólo en el nivel de la
pareja, sino también en un nivel más amplio.

El divorciado descubre, en su
nueva etapa, que ya no puede contar con muchos de sus antiguos vínculos, que
debe cambiar los lugares que frecuentaba, como así también las actividades que
realizaba en familia. Se pasa a ser “el ex marido” o “la ex mujer“, lo
cual cambia la mirada de los otros, tanto de los familiares como de los amigos.

Por
otro lado, a veces simultáneamente, comienzan a gestarse nuevas relaciones
dentro de un grupo social desconocido hasta entonces, el de los solos y solas.

Estos grupos, ya sea a través de encuentros reales o virtuales, pueden servir como ayuda para mitigar el
dolor por los vínculos resignados junto con la ruptura matrimonial.

En
muchos casos, la primera etapa que sigue a la separación, suele caracterizarse
por un entusiasmo exagerado por establecer nuevos contactos, como forma maníaca
de borrar el pasado.

Este modo de transitar la separación implica no enfrentar
la situación de pérdida, no terminar nunca de elaborar el duelo, y por ende,
no acceder a la posibilidad de una futura pareja.

Todo proceso de cambio
requiere, ante todo, tiempo. Pero la urgencia por renovarse que siente el divorciado, a veces le impide ver esta simple
realidad.

Para
no quedar encerrado en este modo de funcionamiento regresivo y caótico, típico
de la primera etapa, es necesario que cada uno vaya construyendo su nuevo
equilibrio, en el seno de un nuevo espacio social.