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El apasionante mundo de los baños públicos

O: dónde ir cuando tienes que ir (al baño)

Todos hemos atravesado por esas situaciones incómodas, y alguna vez hemos estado al borde de la desesperación al no encontrar el lugar donde hacer lo que ya no puede esperar.

Te retuerces y sientes que hay una bomba de tiempo en tu interior, que está a punto de explotar y que te transformará en el hazmerreír del vecindario.

Incluso alguien podría estar filmándote con un teléfono celular y el video de tu accidente podría pronto aparecer en el afamado Web site que permite difundir videos.

Cierto es que nunca nos preocupamos por saber dónde están los baños hasta que necesitamos imperiosamente saberlo.

Cuando estamos en apuros, y estos apuros ocurren fuera de casa, los baños públicos se transforman en grandes igualadores sociales.

Todos, ya sea que vivamos en la gran ciudad o en un parque de casas rodantes, usamos las mismas instalaciones.

Ciertamente es una hermosa sensación descubrir un baño público bien cuidado cuando más lo necesitamos.

Por el contrario, no hay nada más desagradable que lidiar con la mugre de un lugar cuando también debemos luchar con nuestros propios “demonios internos”.

A continuación, algunos consejos para los usuarios de baños públicos:

Dónde encontrar un baño público

El disgusto y la indignación que pueden ocasionar los baños públicos han llevado a un usuario a generar una base de datos de “toiletes” en todo el mundo. www.thebathroomdiaries.com

Este sitio presenta más de 12.000 baños en 110 países y en toda clase de ubicaciones, desde un baño en una estación de servicios en Des Moines hasta el baño del Cementerio de la Recoleta en la Ciudad de Buenos Aires.

Cada año, este sitio otorga la “Sopapa de Oro” para el baño que obtenga mejores calificaciones. El año pasado, el premio fue para un baño de mujeres en el teatro de Tabuchi en Branson.

Este baño posee una fuente, incrustaciones de mármol italiano y oro, candelabros estilo Donald Trump y orquídeas vivas en cada lavabo de granito y ónice.

Las calificaciones están basadas, en primer lugar, en la limpieza, aunque también son tenidas en cuenta la seguridad, la accesibilidad, y la inclusión de mesas para el cambiado de bebés.

Lo único que tienes que hacer es imprimir una lista con todos los baños públicos ubicados en la zona que estarás visitando y, básicamente, planificar tu día de modo que tengas la posibilidad de acercarte a un baño decente en caso de que tuvieras que ir a uno.

Esto será por demás apropiado para todos aquellos que no se sientan muy a gusto en baños sucios o descuidados. Somos muchos los que sufrimos al tener que hacer lo nuestro en condiciones deplorables.

Cómo mantener las manos limpias

Siempre que estés en un baño público, procura tocar tan pocos elementos como sea posible. Siempre son recomendables baños con sensores automáticos en los grifos de los lavabos y dispensadores de toallas de papel.

No obstante, en aquellas situaciones en las que debes tocar algo después de haberte lavado las manos, será apropiado que cortes un pedazo de papel para cubrir tu mano de los gérmenes, por ejemplo, al abrir la puerta para salir del baño.

No obstante, para los más perezosos, podrán usar la manga de la camiseta para cerrar el grifo y el codo para encender el secador de manos eléctrico…

Resulta gracioso pensar en lo contradictorios que son los dispensadores de papel que utilizan el mecanismo de palanca.

Piensa que lavas tus manos para luego usar la manivela que todos usan en su camino de salida del baño.

Para evitar esto, corta un trozo de papel cuando entras al baño. De esta forma, evitarás tocar la manivela una vez que te hayas lavado las manos.

Gel antiséptico para manos

Siempre es bueno tener un gel antiséptico para manos, sobre todo si piensas pasar tiempo en lugares públicos como museos, estaciones de tren u hoteles, donde cientos y miles de manos se sujetan de las mismas barandillas, empujan las mismas puertas, y tocan las mismas manivelas.

Este producto será también apropiado para las visitas a baños públicos, y no sólo librará a tus manos de gérmenes sino que les dejará una agradable sensación de frescura.

También existen toallitas antibacterianas, que puedes transportar fácilmente en tus bolsillos, y que resultan ideales para limpiar los asientos de los retretes.

Lleva una provisión de papel

En gran parte del mundo, el papel higiénico no es considerado tan importante como en los nuestros.

Suele ocurrir que en los países de escasos recursos es menos frecuente encontrar toallas de papel o papel higiénico en los baños públicos.

En consecuencia, si sabes que viajarás a un área donde los dispensadores de papel de baño suelen estar vacíos —si es que siquiera existe—, lleva contigo un pack de toallitas de papel tissue.

También puedes empacar trozos de papel higiénico y guardarlos en una bolsa plástica con cierre tipo zip lock, o puedes directamente llevar un rollo de papel —desde luego, con algunas vueltas menos— en tu bolso, cartera, o mismo en el auto.

Las toallitas antibacterianas antes mencionadas también sirven a este propósito. En consecuencia, no hay razón para empacar dos veces lo mismo. Sería verdaderamente paranoico.

Busca restaurantes

La experiencia común dice que los baños de los restaurantes son, generalmente, los mejores cuidados.

Cada vez que vayas a un restaurante a almorzar o a cenar, a tomar un café, o a comer un snack, asegúrate de visitar el baño.

Si te desagrada la idea de un baño sucio, es conveniente que visites los baños de los distintos sitios que visitas —sobre todo si alguna vez piensas invitar a comer a alguien—.

Por su parte, los toiletes de los hoteles importantes suelen destacarse por su limpieza y pulcritud.

En consecuencia, si alguna vez tienes una necesidad y andas cerca de un hotel, estarás ante una buena posibilidad de evacuar tus problemas.

Para no ser pilladas en un baño público

Existe una razón por la que a las mujeres no les gusta ir solas al baño de damas.

Los expertos en seguridad afirman que los baños públicos son el segundo lugar donde las mujeres son más frecuentemente atacas y robadas —o algo peor—. El primer lugar son los estacionamientos.

Mantente siempre atenta a lo que te rodea, y procura que tu billetera esté siempre a tu lado.

Si estás sola, elige la caseta más cercana a la puerta, y asegúrate de que tu compañero/a de viaje esté esperándote del otro lado. Inicia conversaciones con extraños simplemente para hacer que los posibles atacantes no crean que estás sola.

Si el baño está oscuro, deja tus negocios para más tarde y busca un baño con mejores condiciones.

Lleva monedas

En muchos lugares de Europa, los baños pagos son todavía algo común. En consecuencia, procura llevar siempre algunas monedas para poder acceder a los toiletes.

Modera tus expectativas sobre los baños públicos

Si viajas más allá de las fronteras de tu cultura normal, no esperes que el mundo se configure según tus necesidades.

Si las personas que viven en ese sitio aceptan distintos estándares sanitarios a los que estás acostumbrado, no te sientas aturdido cuando no los veas irritados ante un baño sucio o un dispensador de toallas de papel vacío.

Simplemente contén la respiración, cuenta hasta diez, y concéntrate en el gel antibacteriano que te espera en tu bolso de manos.

Simplemente haz lo que tengas que hacer y vete. Después de todo, viajar es siempre una aventura.

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