Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

El abrigo de entretiempo o media estación

Reglas para elegir y vestir con elegancia un abrigo que sirva para dos estaciones

Al legar la primavera, el abrigo de invierno parece de improviso deprimente y anticuado. Estamos impacientes por sustituirlo con una prenda más liviana, más "joven", adecuada tanto para los paseos al sol como para las tardes aun frías. 

Es el momento del abrigo de entretiempo: de peso medio, de carácter mas o menos "sport", de colores clásicos o brillantes.  

Lo volveremos a encontrar también en otoño; nos ayudará siempre a superar con elegancia el cambio de estación, protegiéndonos contra los primeros fríos y devolviéndonos, con su aspecto "joven", una ilusión de primavera. 

Cómo elegirlo 

Para que responda a su doble función de prenda primaveral y otoñal, el abrigo debe estar, por decirlo así, a mitad de camino entre las exigencias de las dos estaciones.

Hay que evitar los colores pastel (rosa, celeste, amarillo), que estarían muy bien en primavera pero que desentonarían en las neblinas otoñales, y también los colores "hoja muerta", perfectos en abril, pero menos adecuados en primavera. 

Lo mismo puede decirse para el modelo, la tela y la línea. 

Veamos, pues, cuales son las reglas clásicas para un abrigo para dos estaciones: 

• La línea: es preferible la línea recta, siempre de moda. La amplitud debe ser moderada, con pliegues o sin ellos en el centro de la espalda. 

• Los hombros; pueden ser raglan o clásicos, caídos, o en la medida justa. Con pespuntes en relieve el abrigo adquirirá un declarado tono deportivo. 

• Las mangas: tanto en el modelo reglan como en el de mangas montadas, las mas elegantes son las de largo normal, que se estrechan ligeramente hacia el borde. Evite las vueltas que hacen pesada la línea. 

• La solapa: no tiene que ser vistosa, sino pequeña, clásica, con puntas apenas marcadas. 

• Los bolsillos; aplicados, ni demasiado grandes, ni demasiado pequeños, o interiores, con corte vertical. 

• Un cinturón o medio cinturón en la espalda: añadirá una simpática nota de "sport" y servirá para variar la línea del abrigo, puesto que ambos se pueden quitar. Son más indicados para la mañana que para la tarde. Evítense en las ocasiones elegantes. 

• El forro: sugerimos hacer dos, cambiables. Uno de seda para primavera (unicolor, del mismo tono del abrigo), el otro de lanilla ligera (por ejemplo escocesa, que haga juego con la tela del abrigo).

Una buena distribución de botoncitos o broches disimulados permitirán la sustitución en el momento oportuno. 

• Las telas: es muy importante la elección de la tela, porque de ella dependerá el mayor o menor uso que se podrá hacer del abrigo. 

El "bouclee" calido y ligero, el paño liviano, la lana "pied-de-poule" son las más apropiadas. La lana "pied-de-poule dará al modelo un tono exclusivamente de "sport".

Si, por el contrario, se escoge un paño o una lana de un solo color, el carácter del abrigo lo darán los accesorios que lo acompañen: así el abrigo será verdaderamente una prenda "para todo el día". 

• Los colores: los cuadritos blancos y negros, blancos y azules, blancos y marrones, etc. Los escoceses (sobre todo para las más jóvenes) estarán muy bien para el abrigo exclusivamente de "sport".  

El azul, en sus tonos medios y oscuros, algunas tonalidades oscuras del rojo, el verde brillante, son por el contrario tonos clásicos que se prestan tanto para las horas de la mañana como para las de la tarde. 

Cuándo y cómo usarlo 

El abrigo clásico de entretiempo, confeccionado en una tela suave de un solo color, puede llevarse prácticamente de la mañana a la noche. 

Es la prenda mas adecuada para completar un conjunto sencillo, práctico: estará bien llevarlo sobre una falda de la misma tela y completado con accesorios de "sport". 

Por la tarde, evitar el cinturón, o el medio cinturón de la espalda (en caso de haberlo será mas elegante acompañado por un equipo sencillo, de buena línea, y por accesorios apropiados). 

A veces basta un pequeño detalle para cambiar la índole de toda la prenda: un "foulard” de seda, una fantasía o un bonito broche en la solapa (sobre todo cuando el abrigo es de color "apagado"). 

Otra solución elegante es acordar la ropa que se llevará debajo con la tela del forro de lana -por ejemplo, escocés-, o si no bastara un bonito "echarpe" para reavivar el conjunto.

Y si quieres aprender a resaltar tu belleza, inscríbete ahora en nuestro curso gratis de Maquillaje, haciendo clic aquí.