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Manteniendo la dieta pese a las tentaciones

Todos los que hemos hecho una dieta sabemos que, más allá de la voluntad que tengamos de seguirla fielmente, hay días buenos y hay días malos. Unos consejos para superar esos días malos.

Las dietas son,
principalmente, una prueba a nuestra fuerza de voluntad. No es fácil, día tras día,
mantenerse en la buena senda, no dejarse desviar por lo que en realidad desearíamos
comer.

Y todos sabemos que
cualquier desviación es, en realidad, una forma perfecta de perdernos y que
muchas veces con sólo irnos una vez alcanza para ya no poder volver a ponernos
en camino.

Quienes hemos seguido
dietas sabemos qua hay ciertos días en que nos ponen a prueba, momentos en que
todo nuestro cuerpo nos pide, nos ordena que rompamos nuestra dieta y comamos
algo en particular (algo que, lamentablemente, nunca está dentro de las cosas
que podemos comer).

En estos días es cuando más
importante es mantener la dieta, ya que la diferencia entre desperdiciar todo
el esfuerzo que hemos hecho y seguir correctamente es mínima y suele depender
de tan sólo la capacidad de controlar un impulso.

Lo más seguro es que no queremos
que eso nos pase. Si nos hemos estado matando con una dieta, forzándonos en
forma horrorosa para no comer algo que deseamos, manteniéndonos lejos de
nuestros platos preferidos durante tanto tiempo, seria tonto desperdiciar tanto
esfuerzo por un momento de debilidad. Momento de debilidad que, además, puede
ser superado.

Para ayudarte a evitar el
peligro, te traemos consejos sobre la mejor manera de sobrellevar estos
momentos difíciles de una dieta, unas cuantas ideas de cómo soportar la
desesperación y algunos mecanismos que nos permitirán olvidarnos de la ansiedad. 

1)  Pensar en
nuestro estómago y en cuanto se necesita realmente para llenarlo. Podemos comer
de más, pero ¿lo necesitamos realmente?
 

2)  Paremos a
pensar por dos segundos si realmente vale la pena, por un minuto de sentir un
sabor agradable, desperdiciar todo el esfuerzos realizado hasta el momento.
 

3)  Si los malos días
y la desesperación son continuos, tal vez sea una buena idea revisar nuestro
plan de comidas, ya que, evidentemente, no se ajusta a nuestros gustos y
necesidades. Agreguemos algunas comidas que nos resulten más satisfactorias.
 

4)  Un día de
premio puede no ser una mala idea. Esto es, un día en el que podamos comer algo
que realmente nos guste y que esté fuera del plan alimentario de todos los días.
 

5)  La dieta no
debe ser lo más importante en nuestras vidas. Tratemos de encontrar otras cosas
en las que podamos enfocar nuestra mente, que nos permita olvidarnos un poco
del esfuerzo que estamos haciendo y, principalmente, de cómo romperlo.
 

6)  Muchas veces,
cuando aparecen estos sentimientos de desesperación, es porque se acerca una
gran baja de peso, es porque pronto notaremos realmente en la balanza el fruto
de nuestro trabajo. Por supuesto, esto no sucederá si nos dejamos dominar por
la desesperación, así que debemos mentalizarnos en evitarla cueste lo que
cueste, ya que puede ser tan sólo el preludio deun gran triunfo.
 

Una vez que hemos superado el mal día, tanto si fallamos un poco como si
pudimos mantenernos firmes, debemos continuar con nuestra dieta, ponernos
nuevamente en carrera, y no permitir que un desliz arruine todo nuestro
trabajo.

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