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Cómo encontrar la pareja perfecta… en el tenis

Encontrar un compañero que nos complemente con su raqueta suele ser más fácil que encontrar al amor de nuestras vidas. Aunque todo cuesta trabajo: los elementos que nos pueden ayudar a una mejor elección, en esta nota.

Para disfrutar
plenamente de un partido de dobles, se debe tener piel con el compañero. No hay
un solo aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir pareja. La personalidad
cuenta tanto como la afinidad, el nivel de amistad o la buena técnica tenística
de la persona que estará a nuestro lado.
 

Contar con alguien que
nos complemente es lo ideal, siempre dependiendo de cómo queramos encarar
nuestro juego. Por ejemplo, si nuestro fuerte es la volea y no el saque, nuestra
búsqueda deberá orientarse hacia alguien que tenga un servicio potente. Del
mismo modo, si tenemos tendencia a protestar todos los puntos y chocar con
nuestros adversarios de turno, alguien más calmo y reflexivo puede ayudar a
equilibrar la ecuación.
 

Es fundamental llevarse
bien con el compañero desde un punto vista personal. Lo que no quiere decir, si
tomamos en cuenta los ejemplos anteriores, que las personalidades de los dos
integrantes deban ser idénticas. En esto tiene un rol muy importante la
comunicación que mantengan ambos tenistas, tanto durante el juego como fuera
del court.
 

En este sentido, a veces
no conviene elegir al mejor amigo o a alguien del círculo más íntimo como
pareja para el tenis. El hecho de frecuentarse excesivamente en otros ámbitos,
ya sea por cuestiones laborales o de amistad, puede jugar en contra a la hora de
relacionarse durante un partido. La experiencia demuestra que es mejor que una
pareja de “desconocidos” traslade la química desde dentro del court hacia
afuera, y no al revés.
 

Si ninguna de nuestras
amistades juega tenis o desarrolla un interés en el deporte, a no desesperar.
Siempre se puede recurrir a clubes o escuelas de tenis, que ponen en contacto a
alumnos o socios mediante torneos de amateurs o jornadas de práctica del tenis.
Las arriba mencionadas parejas de “desconocidos” suelen formarse allí, y
muchas veces se transforman en la oportunidad ideal para conocer gente nueva, más
allá del tenis.
 

También hay que tomar
en consideración que tanto compañeros como oponentes deben estar en un nivel
parecido técnicamente hablando para disfrutar de los partidos. Una dupla de
jugadores experimentados no la pasará bien contra dos debutantes… ¡y mejor
ni mencionar lo que pensarán del otro lado cuando los peloteen sin piedad!
Tampoco una “pareja despareja” (en cuanto a nivel tenístico) es una fórmula
feliz.
 

Este tipo de situaciones
son caldo propicio para el aburrimiento, el desinterés, las desconcentraciones
o, lo que es peor, los roces o agresiones entre rivales y compañeros.
Definitivamente no es lo que uno busca cuando se decide a pasar un rato
disfrutando del tenis.
 

Si lo que se busca es
ponerle un poco de “pimienta” al juego, se puede incrementar el nivel de
exigencia apostando algo en cada partido (puede ser el mismo alquiler de la
cancha, si no se quiere pensar en nada extravagante). Los hombres, sobre todo,
suelen sacar afuera su lado competitivo al volcarse a los deportes, y el tema de
las apuestas se ha vuelto muy común.
 

También es cierto que
hacer mucho hincapié en este aspecto es una potencial fuente de problemas. Es
sabido que a nadie le gusta perder, y menos cuando hay dinero u otro incentivo
de por medio. Por eso siempre es bueno aclarar las cosas antes de empezar a
jugar, para evitar malos entendidos que arruinen el buen rato.
 

Otra manera de innovar
es propiciando la inclusión de mujeres para jugar dobles mixtos. Si bien
algunos argumentan que de este modo el juego pierde algo de competitividad
(siempre y cuando no toque en suerte una Navratilova en potencia), suele ganar
en diversión y variedad. No siempre el prejuicio de que las mujeres no pueden
competir en igualdad de condiciones con los hombres se condice con la realidad.
Muchas veces, incluso, las mujeres están en mejor condición física que los
hombres, lo que puede actuar como incentivo para que ellos se superen.
 

En
resumen, si dedicamos un mínimo de tiempo a buscar la pareja adecuada en el
tenis, seguramente haremos la experiencia mucho más disfrutable para nosotros y
el resto de los involucrados