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Cómo regalar libros a un niño

El libro que reciba un niño puede incentivarlo al maravilloso hábito de la lectura… o no. Sugerencias para elegir el más conveniente para cada uno.

Regalarle un libro a un niño, puede ser una manera de
abrirle la puerta a un mundo de fantasía y emociones, incentivándolo al mismo
tiempo a adquirir un muy saludable hábito que lo acompañará, y nutrirá, durante
el resto de su vida.

Sin embargo, para estar
seguro de lograr estos objetivos, será fundamental hacer una elección acertada,
o, en el caso contrario, posiblemente comience a asociar a los libros con la
confusión y el aburrimiento.

En este sentido, será muy
importante saber qué es lo que puede llegar a provocar un libro en un niño, en
las diversas etapas por las que atraviesa.



Comenzar desde temprano

Los niños pueden empezar
a entrar en contacto con los libros a partir del mes y medio. Por supuesto, los
mismos deberán ser de plástico, (lo cual será lo ideal, pues también serán muy
útiles para que los puedan llevar a la bañadera), de tela, o de cartoné, es
decir hojas y tapas duras.

En cuento a su contenido,
se debe saber que, para este momento, la historia que cuenten no será los más
importante. Los mejores son los libros-objeto interactivos, que suelen venir
con ventanitas, solapas, y acordeones, así como también con dibujos pequeños y
sencillos.

Uno y dos años

Para cuando ya hayan
cumplido el año, una de las principales funciones que tendrá el libro será el
desarrollo de la motricidad. Por eso, son recomendables los que cuenten con
manija, así como también troquelados y apliques de distintos materiales, para
que los niños puedan reconocer las texturas.

En cuanto a su contenido,
será importante que estos libros ya empiecen a contar historias, aunque sean
mínimas, con ilustraciones y un cuidado en el diseño, las imágenes, y los
textos que allí se incluyen. Por supuesto, el adulto deberá jugar un rol activo
mostrándolo, leyéndolo, y comentándolo.

Tres y cuatro años

A partir de esta edad, es mucho más fácil conseguir libros
adecuados, pues las editoriales saben que es en este tiempo cuando muchos
padres se deciden a comprar un libro, más allá de que, como vimos, el mes y
medio puede ser un buen punto de partida.

En estos casos, se debe tener en cuenta que a los niños ya
les encanta que les cuenten, pero también le expliquen, las historias,
especialmente antes de dormir, como así también que será muy útil estimular el
lenguaje del chico, por lo que será bueno que abunden los dibujos de todo tipo,
incluyendo personajes, objetos, y animales.

Cinco y seis años

Ya a los cinco o seis años muchos niños leen con alguna
fluidez, por lo que será bueno encontrar los libros que tengan argumentos más
ingeniosos y atractivos, -siempre acompañados de bellas imágenes-, aunque
también simples y fáciles de entender. Asimismo, las letras deberán ser
grandes, y en lo posible mayúsculas.

A partir de los siete años

Luego de cumplir los siete años, gran parte de los niños
tendrá la capacidad de efectuar una lectura fluida, sobre todo si se los ha
incentivado al hábito de la lectura desde muy chiquitos.

De la misma forma, a medida que cumplan años, sus
bibliotecas evolucionarán dependiendo de los tipos de lectura, y otros
incentivos, que hayan tenido a lo largo de su vida. Así y todo, una gran
cantidad de chicos mayores de diez años suele inclinarse por las historias de
terror y leyendas folclóricas antes que por los libros románticos.

Una cuestión de contenido

Finalmente, algunos consejos con respecto a los temas a
elegir: 

1.  Terror:
Las historias de terror suelen fascinar a los niños, especialmente aquellas
relacionadas con cuentos folclóricos y leyendas. Y como las mayoría de las que
se incluyen en los cuentos para chicos están muy cuidadas, no se desaconseja
adquirirlas. 

2.  Personajes
y dibujos animados: Los libros que incluyen a personajes de dibujos animados
son textos que suelen carecer de valor literario, y presentan dibujos
estereotipados, por lo que los especialistas los desaconsejan. 

3.  Didácticos:
Los libros didácticos son útiles, siempre y cuando no sean la única lectura.
Los libreros aconsejan elegir los que contienen sencillos experimentos de
química y física, juegos sobre escritores, trucos de magia, y crímenes para
resolver.