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El lenguaje de los ojos

Desde tiempos remotos se afirma que los ojos comunican muchas cosas sobre nuestro interior. A continuación descubra qué es aquello que revelan los movimientos oculares.

Los
ojos
han sido llamados, reiterada y acertadamente, las ventanas del alma. Con
esta metáfora se busca resaltar la propiedad que se les ha reconocido de
reflejar algo del interior de la persona en cuestión.

Seguramente en este punto no faltará quien se pregunte ¿existe un
correlato real en el cual se sustente tal afirmación o es tan sólo un exceso
de romanticismo lo que nos conduce a la misma?

La
respuesta es que, si bien este supuesto forma parte de la cultura popular, y es
conocido desde antes de que se desarrollen investigaciones sobre el tema, hoy
existen diversos estudios que arrojaron como conclusión que hay efectivamente
una fuerte asociación entre la dirección a la que se dirigen nuestros ojos y
el tipo de información que procesamos.

Esta
correlación no se presenta en toda la población, pero sí en un alto
porcentaje y puede resultar muy útil conocerla en algunas oportunidades.

El
principio básico es que cuando una persona concentrada en sus pensamientos
mueve los ojos hacia la izquierda procesa información del pasado, es decir,
recuerdos, y cuando los mueve hacia la derecha la información en juego es
construida o inventada.

Por
otro lado, los movimientos oculares también poseen correlación con los
sistemas de representación.

Así,
cuando dirigimos nuestros ojos hacia arriba, procesamos información visual,
auditiva cuando estos se mantienen en la línea media y
kinestésica
cuando se
dirigen hacia abajo.

Si
combinamos ambos patrones obtenemos lo siguiente:


Izquierda

Derecha

Arriba

Visual
recordado

Visual
construido

Medio

Auditivo
recordado

Auditivo
construido

Abajo

Diálogo
interno

Kinestésico

¿Cuál
es la utilidad de todo esto?

Usted
no sólo podrá conocer el tipo de información que procesa su interlocutor sino
que además podrá usar este conocimiento para ayudarse a usted mismo a recordar
y crear.

Por ejemplo, si quiere
recordar la melodía de una vieja canción, este proceso se facilitará si
dirige sus ojos al medio y a la izquierda. Si desea inventar un gráfico, será
más sencillo para usted si su vista apunta arriba y a la derecha. Compruébelo
usted mismo, verá que puede ser a la vez útil y divertido.