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A cargo de nuestros padres

Llega un momento en que resulta evidente que nuestros padres ya no pueden vivir solos, y debemos comenzar a ocuparnos de ellos. En esta nota, algunas sugerencias para hacerlo de la mejor manera posible.


¿En que momento nuestros
padres dejaron de ser lo que fueron? Parece casi increíble que esas débiles
personas sean los mismos seres todopoderosos en los cuales usted depositaba
toda seguridad, y la confianza de que siempre estarían allí para ayudarlo.


De un día para el otro, esos padres
tan grandes y temidos, pueden ser ya personas viejas o enfermas, necesitadas de
ayuda incluso para ir al baño.


Desde el momento en que
se asume esta cruda realidad, bien se podría suponer que se hace
imprescindible tomar el cuidado de ellos, como alguna vez ellos han tomado el
cuidado de usted.

Aquí surgirán dos opciones: una clínica de reposo o llevarlos
a vivir a su propio hogar. En el primero de los casos, será necesario hacer una
gran erogación mensual, y se deberá aceptar que se ha dejado de lado cierto
compromiso con el padre, desde el momento en que se lo “obliga” a vivir con
extraños y en un ambiente que nunca logrará la calidez de una casa de familia.


Por eso, si usted ya ha
tomado la segunda opción, deberá comenzar a hacer planes y reestructurar
su vida, para que de ahora en adelante vuelva a convivir con sus padres,
pero siendo usted el encargado del cuidado.


Cambio de vida


Si es posible, la primera
cosa que debe hacer, es charlar con sus padres, para considerar qué planes han
hecho ellos con respecto a su futuro.


A nadie le gusta estar viejo o
enfermo en un lugar donde nadie tome el cuidado de su salud, pero a veces, los
padres son muy reacios a admitir su estado actual, o bien no quieren molestar a
sus hijos, y es por eso que podrá encontrarse con que se resisten a pensar en
una mudanza.


Pero cuando sienta que sus padres
corren peligro por vivir solos, será hora de parar y tomar un decisión
unilateral al respecto, para evitar males mayores, aunque sin dejar de sentarse
a hablar con ellos sobre su futuro.


Formúleles las siguientes
preguntas ¿Han previsto de qué manera tomaran el cuidado de sí mismos, sus
enfermedades, y todos los trastornos que conlleva la vejez?
¿Se dan cuenta del peligro que resulta para su salud física y mental arriesgarse
a seguir haciendo un estilo de vida para el que ya no están preparados?


Pero antes de formularles esta
pregunta, pregúntese a usted mismo si está dispuesto a ser totalmente
responsable de su bienestar en el futuro. Recuerde, una vez que tome la
decisión, no podrá volver atrás.


Luego, tenga una charla
de familia, con su pareja e hijos, sobre sus planes futuros, para que cada uno
sepa dónde están parados, ellos mismos y los demás. Una vez que haya tomado la
decisión de que tomará el cuidado de sus padres mayores o enfermos, deberá
comenzar a preparar su nueva vida frente a esta nueva circunstancia, pues
hacerse cargo del cuidado de sus padres va a ser un gran cambio para usted y su familia.


Desde el momento en que
sienta que ellos están en una edad o condición donde es imprescindible que otro tenga que tomar su cuidado, deberá comenzar a preparar su nueva casa y
vida. Mudar a sus padres a su hogar significará muchos y
grandes cambios para cada uno de quienes lo habitan. Por eso, deberá también
hablar con su familia sobre los cambios físicos y de rutina que deberán hacer, para preparar la casa
para la llegada de sus padres.


Cada habitante de la casa
necesitará prepararse anticipadamente al cambio, por lo que la decisión no puede
ser de un día para el otro. La preparación deberá ser emocional, pero también en
el plano de espacios: puede ser que necesite realizar ciertos cambios para obtener más espacio, o crear lugares íntimos y
privados para que pueda vivir más gente en su casa.


De hecho, será
fundamental que el espacio que les otorgue a sus padres, tenga un adecuado
aislamiento, para que ellos sufran menos el cambio de vida, y no se sientan
invadidos por el hecho de mudarse a una casa ajena.


Tenga muy en cuenta
también que su habitación se encuentre cerca del baño, y que el camino
al mismo sea fácil de realizar. Es posible también que en el comienzo le
convenga temporalmente alojar a sus padres en una clínica de reposo, para no
dejarlos más tiempo solos, ante que llevarlos a vivir con usted antes de que la
casa y la familia estén preparados para este gran cambio.


Averigüe detalladamente las
diferentes alternativas de casas de reposo, ya que más allá del hecho de que la
estadía será temporal, querrá asegurarse de enviarlos a un lugar en donde usted
y ellos pueden sentirse cómodos y seguros. No espere hasta último momento, para
mandarlos luego al primer lugar que encuentre.


Comience cuanto a antes a
evaluar cuál podría ser el lugar más adecuado para resolver todos los requisitos
anteriormente descriptos. Si sus padres deben ir a vivir con usted debido a una
enfermedad, comience ambientando su casa de modo que les resulte lo más cómoda
posible para vivir con su enfermedad.


Por ejemplo, si necesitan usar
sillas de rueda para salir a la calle, tenga en cuenta hacer una entrada amplia
o con rampa, si es que tiene escalones. En todos los casos, comience los
preparativos con el mayor tiempo posible, y no cuando ellos ya hayan llegado a
su hogar.


Tener un lugar especial
para alojar todo el equipo que deberán utilizar para sus necesidades médicas
(bastones, sillas de rueda, jeringas,) hará también su estadía más cómoda y
sana.


Planear seria y anticipadamente
todos estos cambios, será la mejor manera para que cada miembro de su familia se
ocupe de asimilar gradualmente los cambios que experimentará su vida y la de los
demás.


Los niños no deben quedar al
margen de la planificación, ya que ellos también podrían opinar qué es lo que
creen más conveniente para no sentirse invadidos. Por ejemplo, si deben ceder
alguno de sus cuartos a sus abuelos, podría compensárselos construyendo algún
mueble agradable en su nueva habitación, como un escritorio con armario
incorporado.


La aceptación de que un
padre no puede cuidar de sí mismo, es dura tanto para el padre
como para el hijo. Encontrar que los padres, tan grandes y poderosos en el
pasado, se encuentran tan viejos o enfermos que deben contar con la asistencia
de un tercero, puede ser una de las cosas más duras que puede experimentar un
hijo en su vida, pero siempre será mejor que reprocharse por no haberlo hecho,
luego de algún incidente grave.


En sus ojos, usted desea
ver siempre sus padres jóvenes, activos y lúcidos, incluso en la adultez mayor,
pero desafortunadamente esto no sucede en una gran cantidad de caso. Por eso,
cuanto antes se acepte esta nueva realidad, menos problemas se experimentarán,
desde ambas partes.


Comience a hacer frente a esta
situación desde el mismo momento en que sea necesario, y no más tarde. Casi
todos los padres necesitan de sus hijos en un determinado momento de sus vidas,
y esto es algo que ambas partes deben saber desde un primer momento, para no
esconder situaciones que puedan estallar en un futuro.


Una vez que se acepte esto, será
el momento de comenzar a preparar su vida para tomar el cuidado de sus padres,
por todo el tiempo que le sea posible.


Sepa también que este es uno de los
más grandes actos de amor que puede realizar un hijo por sus padres, y una forma
de devolver todo el cariño, amor y cuidado, que sus padres le dieron durante su
infancia.


Tomar el cuidado de sus padres
podrá llegar a resultar molesto en un principio, y posiblemente en varios
momentos de su nueva convivencia, pero seguramente le hará sentir muy lleno
espiritualmente, y si usted tiene niños, será un muy buen ejemplo para todos
ellos:


Quién sabe, algún día, puede ser
que ellos tengan que tomar la decisión de mandarlo a una clínica de reposo o
hacerse cargo del cuidado de usted…

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