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La paradoja de la justicia

La proposición “se hará justicia” sólo puede ser verdad par alguien que está convencido de que es falsa. Encuentre la explicación de esta paradoja.

La
paradoja de Dives y Lázaro, de Milner, es la que propone este epigrama.

Se
basa en los personajes de una parábola del Nuevo Testamento en la que Dives, un
hombre rico, y Lázaro, un mendigo que pide a su puerta, mueren.

Dives
es enviado al cielo, pero el mendigo es recibido en el “seno de Abraham”. El
rico, al ver este cambio de sus respectivas fortunas terrenales, pide merced a
Abraham.

Este,
sin embargo, se niega diciendo:

“Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al
contrario, sus males; ahora, pues, es él aquí consolado y tú atormentado”.

Como
último recurso, Dives implora a Abraham que envíe a Lázaro a prevenir a sus
cinco hermanos lo que les espera, y “no vengan también ellos a este lugar de
tormento”.

Pero
su ruego es rechazado:

“ Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán
aunque un muerto resucite”.

Supongamos,
sin embargo, que este ruego ha sido aceptado. Supongamos, de hecho, que se ha
encontrado alguna manera de convencer a los vivos, sean ricos o mendigos, que se
hará justicia en una vida futura.

Entonces,
surge una interesante paradoja. Porque si que la infelicidad que
sufro en este mundo será recompensada por felicidad eterna en el próximo
mundo, seré infeliz en este mundo. Pero al ser feliz en este mundo ya no
calificaré, por decirlo de algún modo, para la felicidad en el otro mundo.

Por
lo tanto, si hay tal recompensa esperándome, su existencia parece involucrar el
hecho de que no debo estar, al menos, totalmente convencido de su existencia.

Puesto
en forma de epigrama, parecería que la proposición “se hará justicia” sólo
puede ser verdad para alguien que está convencido de que es falsa.

Para
uno que está convencido de que es verdad, la justicia ya ha sido hecha.

La
paradoja de Hintikka

Aunque
parezca claro que lo obligatorio debe ser posible y que lo imposible por tanto
no debe ser obligatorio (burócratas abstenerse), ¿podemos decir que lo que es
imposible no es ni siquiera permitido?

Las
intuiciones morales de la mayoría de la gente no tienen nada que decir al
respecto, pero el siguiente razonamiento de Jaako Hintikka sugiere que lo que no
esp posible posiblemente está prohibido.

Parece
claro que:

1- Hacer algo que no puede hacerse sin que se haga algo incorrecto, será en
sí mismo incorrecto. Pero

2- Lo que no puede hacerse de ninguna manera no puede hacerse, hágase o no
algo incorrecto; si X es imposible e Y es incorrecto, no puede hacerse ambos X e
Y ni hacerse X pero no Y. Pero, por 1, si Y es incorrecto y hacer X pero no Y es
imposible, es incorrecto hacer X. Por lo tanto

3- Si es imposible hacer X, es incorrecto hacerlo.

Fuente:
Círculos viciosos y paradojas, de P. Hughes y G. Brecht, Zugarto Ediciones.