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Amigos sexuales

La falta de compromiso y la posibilidad de experimentar nuevas sensaciones sin lastimar a nadie parecen buenos argumentos a favor de tener un ‘amigo sexual’. ¿Y las desventajas y peligros…?


Aunque nadie decide cuándo y de qué modo se enamorará del otro, los amigos con
derecho a roce tienen muy en claro que no pueden darse el lujo de caer en las
redes del amor ya que una de las premisas fundamentales en la que se basa la
práctica de esta modalidad que cada vez está más de moda, es en comportarse
solamente como amigos, que únicamente comparten
sexo ocasional.


Los sentimientos en este tipo de relaciones brillan por su ausencia. El
romanticismo no tiene cabida en esta clase de encuentros y si comienza a surgir
una sensación parecida al amor, los protagonistas saben que no deben volver a
verse si lo que desean es seguir viviendo la vida con libertad y sin compromisos
afectivos.


El intercambio sexual que se establece no es exclusivo ya que cada integrante de
esta pareja eventual puede satisfacer sus necesidades con quien quiera y en el
momento que así lo considere conveniente.


Otra señal de alarma es cuando se comienzan a sentir celos porque se está con
otra persona. Hay que ser muy consciente y maduro para realmente saber priorizar
lo que se quiere y no dejarse llevar por la confusión ya que ninguno de quienes
practican esta clase de relación está exento de encontrar el amor de un momento
a otro.


La sinceridad entra ambos es muy importante para saber a qué se atiene cada uno.
Lo que no se puede hacer es haberse enamorado y no decirlo ya que es una de las
peores traiciones que se pueden cometer.


La sinceridad es clave para que el intercambio sea lo más productivo posible.


Detalles a considerar antes de buscar un amigo sexual


1.- Es importante saber que la relación puede terminar de un momento a otro. Al
no haber un compromiso afectivo, los encuentros pueden desaparecer sin previo
aviso.


2.- Controlar la frecuencia de los encuentros: si se ve al “amigo especial” de
un modo muy seguido, será lo más parecido a una relación de pareja tradicional.


3.- Se debe sentir una atracción sexual muy intensa para que la aventura
realmente valga la pena. Aunque muchas personas estén dispuestas a relacionarse
de este modo, no deja de ser un riesgo ya que compartir la cama con una persona
puede dar lugar a malos entendidos o ayudar a que afloren sentimientos
verdaderos que puedan ser perjudiciales para que esta clase de vínculo se
desarrolle y prospere.


4.- Elegir correctamente al
amigo con el que se desea tener sexo. Tiene que
existir una atracción personal, pero nunca amorosa. No es necesario conocer a
fondo a la persona.


De este modo no se le atribuirá ninguna virtud que puede llevar al inevitable
enamoramiento. Solamente basta con que sea un individuo divertido, saludable y
respetuoso.

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