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Picaduras de insectos en verano

Durante el verano llegan los días de piscina y playa. Todo se vuelve más dinámico y vital en esta etapa estival, pero no todo es color de rosas, ya que las jornadas cálidas predisponen a la aparición de insectos. ¿Cómo prevenir las picaduras de insectos tan molestas?



Así como todos “despertamos” y renovamos energías, también los insectos
despiertan y conviven con mayor protagonismo en el ambiente y en nuestro hogar.
Esto no significa que durante el resto del año estén ausentes o no nos piquen,
pero puntualmente en esta etapa de calor son más activos. De allí que las
picaduras de mosquitos,
abejas, tábanos, avispas y arañas son más molestas y
dañinas.


Para tomar las precauciones necesarias y disfrutar en forma cómoda y sin
molestias del
tiempo al aire libre, sólo tenemos que ser previsores y utilizar
productos adecuados para evitar el “ataque”, pero si ya fuimos “víctimas” de
ellos, es favorable saber cuál es el modo correcto de aliviar su acción.


Si tenemos programado estar durante mucho tiempo expuestos al aire libre, nos
aplicaremos un repelente en crema, gel o aerosol. Se puede utilizar en todo el
cuerpo, incluso sobre las prendas, tratando de evitar las zonas de los ojos, la
boca y fosas nasales y renovando su uso cada cinco o seis horas.


Recuerde lavarse las manos inmediatamente después de cada aplicación.


¿Cómo proteger a los niños

de las picaduras de insectos
?


Los adultos no deben dejar que los niños menores hagan uso de estos productos.
Un adulto deber ser el encargado de proporcionarlo.


Si los niños son menores de dos años, no deben aplicarse ningún tipo de producto
sobre su piel ya que son más susceptibles a las picaduras y por eso tenemos que
saber cómo actuar para prevenir la cercanía de insectos.


Algunas alternativas son: el uso de mosquiteros para los cochecitos, cunas,
catres o camita. Son una efectiva barrera para detener el avance de insectos. Se
pueden colocar también, en puertas y ventanas, ramilletes de romero o eucalipto
puesto que son buenos bloqueadores.

Las velas aromáticas de lavanda o limón también los mantienen alejados. Es
conveniente tratar de evitar el uso excesivo de colonias, perfumes o jabón, ya
que atraen insectos.

El vinagre y las bolsas trasparentes con agua son efectivos para repeler
insectos. La albahaca y el tomillo son hierbas recomendadas para plantar en
nuestro jardín y espantar a estos invasores.


¿Quién es quié
n
en el mundo de los insectos
?


Para reconocerlos y saber a quienes estamos atacando, haremos una clasificación
sintética de estos invasores:


1- En el grupo de los hematófagos están las moscas, mosquitos y tábanos.


Las moscas realizar un pequeño “mordisco” imperceptible y nos deja la picadura.
En el caso de los mosquitos y tábanos, al atacar succionan la sangre,
introduciendo saliva y  provocando la sensación de picazón y ardor.

La forma adecuada de tenerlos alejados es manteniendo la casa limpia, rociar con
insecticida el interior del hogar cuando no haya ningún integrante de la familia
cerca y mantener la basura bien cerrada.


2-Las abejas, avispas y hormigas están dentro del grupo de los himenópteros.
Poseen un veneno más potente y en ocasiones provocan reacciones alérgicas. Dejan
un pinchazo muy doloroso con muestra de hinchazón e inflamación. Por lo general
depositan su aguijón y nos generan urticaria y un edema en la zona. Estos
insectos suelen acercarse a las comidas dulces y lugares con agua.


3-En el último grupo están los arácnidos. Sus picaduras también dejan un dolor
inmediato que puede presentar distintas dimensiones e incluso un color
llamativo.


¿Qué debemos hacer si ya nos ha picado alguno de estos insectos?


En primer lugar evitar rascarse para no irritar aún más la zona afectada, lavar
con abundante agua y jabón neutro o de glicerina, aplicar un antiséptico y
observar si la piel se inflama o enrojece.


Una opción rápida y efectiva es aplicar limón o aloe vera sobre la piel. Esto
hará que baje la hinchazón.


Es muy útil también aplicar hielo o gel frío. Si el dolor persiste se puede
ingerir un analgésico, sin dejar de lado la consulta a un profesional.