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Delegar, el secreto de un negocio propio

Para tener un negocio propio, delegar es imprescindible. Si no lo logras, no serás más que un empleado de ti mismo



¿Negocio propio o autoempleo?


En esta categoría están las personas que son dueñas de un negocio, que desean
poder generar su propio ingreso no siendo dependientes de nadie  “ser su propio
patrón”, y prosperar del mejor y más rápido modo posible.


El problema es que en la inmensa mayoría de estos casos, estos mini empresarios,
hacen funciones de director de orquesta, pero al mismo tiempo tocan los
instrumentos, lo que se traduce en un gran y agotador esfuerzo personal,  del
cual se sienten orgullosos y realizados, pero que muy difícilmente, los
conducirá al éxito que se han propuesto. 


Esta forma de actuación no les permite en la mayoría de los casos, – salvo que
se organicen-  que su empresa prospere, y algún día lograr que esta pueda
funcionar sin su directa intervención.


En este grupo- de autoempleo– están también los profesionales independientes,
así como  algunos técnicos que han logrado destacar, y cuya característica
común, es la ser muy orgullosos y celosos de la calidad de su trabajo, y
sentirse seguros de no  tener que enfrentar el fantasma, de que los puedan
despedir algún día del trabajo.


No todos ellos, aspiran a ser empresarios, pero los que lo pretenden, comúnmente
incurren en el error de convertirse en “todistas”, es decir, los que se encargan
de todo, porque piensan que nadie lo puede hacer mejor que ellos mismos.


Es necesario en ese caso, que cambien este concepto, y tomen la decisión de
orientarse por el camino correcto, que comienza necesariamente por una adecuada
planificación, que permita identificar claramente los objetivos previstos, y el
modo como se piensa lograrlos, lo que en términos militares se denomina 
“estrategia” y “táctica”.

Esta planificación, les permitirá avanzar de una
manera más segura, y con un importante ahorro de tiempo.


Al margen de esta  particular situación, en cualquier caso, siempre los
comienzos de  un negocio propio son difíciles, y riesgosos, fundamentalmente por
falta de experiencia o de capital, o de ambas cosas.


El porcentaje de fracasos de este tipo de negocios es sumamente alto, ya que
antes de los diez años, han fracasado el  80 % de estas iniciativas
empresariales en el Perú y en el mundo Lo fundamental para evitar estos
traspiés, es estar preparado, para lo cual hay necesidad de invertir algo de
tiempo y dinero.

Esta capacitación está referida no solo a lo que es el objeto del negocio, sino
a como poder manejarlo exitosamente.

Pero en ningún caso debemos desalentarnos
por un fracaso, ya que como decía Winston Churchill  “El éxito es la capacidad
de ir de fracaso en fracaso sin perder entusiasmo”


Ayuda mucho al éxito, asociarse con las  personas adecuadas, así como tener
identificadas a las organizaciones, cuyo apoyo puede ser fundamental. 


Es clave igualmente en el camino hacia el logro de las metas y objetivos
deseados, las relaciones personales que se puedan tener y conseguir,
especialmente en todo aquello que esté vinculado con la actividad empresarial en
la que se están desarrollando.

Cualquier esfuerzo que se haga para incrementar estas relaciones, será bien
recompensado, por lo que hay que tomarlo en cuenta.

Y finalmente hay que
aprender a delegar, ya que no es posible organizarse convenientemente,
para tener tiempo para lo que es verdaderamente importante, si no se tiene
personas en quien delegar las tareas.

Al referirse a este tema dice Steven  R Covey   “…delegar en otros con
efectividad, es tal vez, la actividad que por si sola, potencia mas nuestra
fuerza”. Este es tal vez uno de las decisiones más difíciles del empresario
novato.


Por Enrique Quiroga


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