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Cómo combatir y prevenir el dolor de cuello

El trabajo continuo en posición inadecuada, la tensión de la vida laboral y los problemas de la vida cotidiana pueden producir dolor de cuello o cervical. Sepa cómo evitarlo


 La
contractura
es un estado patológico del músculo
donde el tono está aumentado, es una contracción involuntaria de uno o más
grupos musculares.

Mientras
que el término
cervicalgia (dolor
de cuello) se refiere a aquellos
dolores frecuentes que afectan los músculos del cuello, donde a la palpación
se evidencia un aumento del tono y una limitación en los movimientos del
cuello.

Hay
diferentes causas que pueden producir la cervicalgia: las
contracturas-síndrome
de Barre Liéou, síndrome del escaleno, osteofitosis, discopatía, etcétera.

En
este artículo nos vamos a referir exclusivamente a las contracturas, es
decir al dolor producido por la contracción sostenida de los músculos y la
constricción concomitante de sus arterias nutricias que puede resultar en
isquemia (falta de oxígeno en las células) dentro del músculo, ya que hay
trastornos metabólicos que provocan dureza muscular y miofibrosis reversibles.

Esta
dolencia se localiza en la región frontal y más frecuentemente en la
suboccipital con irradiación hacia los músculos dorsales superiores, está
acompañada de una sensibilidad localizada en el cuero cabelludo, y se siente como
si uno tuviera un clavo en el vértice craneal. 

La mayoría de estos dolores son
debidos a excesiva tensión, una vida profesional y familiar repleta de
angustia, o trabajos en oficinas con mobiliario inadecuado, lo cual lleva a tener
posturas
incorrectas.

Así
como hay personas que canalizan sus tensiones desarrollando una gastritis, otras
fuman cigarrillos. Estas últimas son las que más posibilidad tienen de
producir contracturas en su cuello y espalda.

Las
contracturas pueden ir acompañadas de cefaleas
que son dolores de cabeza por tensiones o cansancio, generalmente acontece hacia
el final del día, aparecen en forma gradual (no súbitamente) y pueden durar
entre una o varias horas, se localizan en ambos lados del cráneo (no son
hemicraneales) y son difusos. Son Mareos
que pueden impedir las actividades de la vida diaria.

Las
formas de tratamiento
:

Es
necesario diferenciar en el tratamiento a las contracturas asentadas o crónicas,
de las moderadas o agudas. En las primeras el tratamiento es más prolongado, y
se obtienen buenos resultados aplicando las siguientes posibilidades:

Compresas
calientes (hotpacs-hydrocollator).

Onda
corta.

Ultrasonido.

Iontoforesis.

Electroanalgesia.

Hoy
por hoy, los métodos fisioterapéuticos
más usados son la magnetoterapia y la láserterapia, que han demostrado producir
resultados óptimos.

Desde
el lado del tratamiento kinésico se
utiliza la masoterapia, que consiste en una serie de ejercicios posturales, de
relajación, elongaciones musculares, movilizaciones y técnicas específicas.

En
caso de padecer contracturas agudas, se aplican cremas o geles
antiinflamatorios y medicación específica, además de realizar el tratamiento
kinésico correspondiente.

Lo que hay que tener en
cuenta:


Realice alguna actividad física, ya sea una caminata diaria de treinta minutos,
o de natación, yoga, etcétera.


Adopte buenas posturas en el trabajo, procure que la silla sea lo más anatómica
posible y que le dé un buen apoyo a la columna.


Trate de dormir bien. Utilice colchones firmes, es importante que cada tanto los
dé vuelta para impedir que se deformen. Provéase de almohadas ni muy altas ni
muy bajas.

Tenga cuidado al levantar objetos pesados, asegúrese de flexionar las
rodillas y mantener la espalda recta.

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