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Mi perro está gordo

¿Recuerda cuando su perro era un tierno cachorrito que se podía alzar con una sola mano? Esos tiempos parecen haber quedado bastante lejos, y hoy en día su mascota podría estar sufriendo serios problemas de salud. Conozca cuales pueden ser estas enfermedades, y como tratarlas

Si su
perro sufre de
obesidad, no debe hurgar demasiado para conocer las razones de este problema, ya
que todo tendrá relación con dos factores: la mala nutrición que reciba el
animal, y su baja actividad física.

Al hablar de obesidad, se
suele hacer referencia a la gordura. Sin embargo, un animal con un cuerpo
“pesado”, no tiene por que ser obeso, ya que se puede tratar simplemente de un
perro con una mayor masa muscular, que le otorgue un aspecto más robusto.

La obesidad,
concretamente, es un exceso de acumulación de grasas dentro del cuerpo del
animal. No importa que su aspecto no resulte desagradable a la vista de las
personas, o que le de una apariencia “graciosa”: esta enfermedad siempre será
nociva para el perro.

Si tiene dudas sobre el hecho de que el animal padezca o no
obesidad canina,
debería concurrir a un veterinario para que éste le realice un estudio en los
tejidos adiposos, y, teniendo en cuanta la talla y el peso de la raza del
animal, efectúe su diagnóstico.

Además, es fundamental que concurra lo antes posible al profesional, ya que si
se deja pasar este problema durante mucho tiempo, podría ser muy difícil de ser
combatido exitosamente. Por otra parte, un exceso de grasa puede alterar el
metabolismo del cuerpo, predisponiendo al animal a diferentes enfermedades, y
disminuyendo su periodo de vida.

Causas y orígenes

En muchos casos, la
obesidad canina no tiene relación con una sobrealimentación del animal, sino con
una mala alimentación, que incluye golosinas o dulces, alimentos verdaderamente
nocivos para los animales, que pueden desequilibrar toda su alimentación.

Tampoco el hecho de que el animal consuma muchas grasas saturadas provoca, de
forma directa, la obesidad. Por ejemplo, si el animal realizara una gran
actividad física, serían muy necesarias para todo su metabolismo, para poder
compensar todas las calorías perdidas.

También podría darse el caso de que el
perro no consuma una excesiva cantidad de grasas, pero que su sedentarismo le
impidiera “quemarlas” como es debido.

Según las estadísticas, uno de cada cuatro perros que sufren de obesidad, tienen
problemas de hipotiroidismo. Los perros castrados pueden llegar a tener una
mayor tendencia a sufrir de obesidad, sobre todo por su gran sedentarismo, antes
que por los problemas hormonales.

Riesgos
de enfermedad

Aquellos perros que sufran de obesidad canina, pueden volverse mucho menos
activos, sobre todo por su movilidad reducida. Pero esto no es un gran problema,
o por lo menos no tan importante.

El hecho, es que los perros gordos, pueden
padecer trastornos motrices, artrosis, lesiones de articulaciones,
complicaciones cardiovasculares, dificultades en el aparato digestivo, o
problemas con el aparato reproductor (lo que les puede provocar infertilidad),
así como diabetes y otro tipo de trastornos.

Pasos para combatir la obesidad canina

Los dueños de un perro
deben estar atentos a tratar la obesidad de su perro cuanto antes. Para esto,
solo deben seguir una serie de pasos, que comienzan por la consulta a su
veterinario de confianza, controlando además la cantidad y calidad de alimentos
que se le ofrecerá durante el día, (bajos en calorías, naturales, sin aditivos
ni conservantes, y por su puesto, nada de dulces y golosinas), intentando que el
perro beba muchos líquidos, incentivándolo para que realice mucha actividad
física, y controlando cuidadosamente su peso, sin dejar en ningún momento de
mantener esta sana rutina.