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Mayor y homosexual: un doble desafío

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Pocos son los que piensan en gente adulta cuando se habla de gays y lesbianas. Pero ellos están allí y tienen sus propias historias por contar.



Los homosexuales adultos tienen problemas extras a los heterosexuales de su
misma edad. Muchos potenciales beneficiarios de seguros de vida, no consiguen
sin embargo ninguna ayuda financiera del gobierno, a diferencia de los viudos/as
de parejas del sexo opuesto.


En la mayoría de los países, las administraciones
de Seguridad Social no reconoce a las parejas del mismo sexo, y no otorgan
ningún tipo de beneficio a sus “viudos”.


Para colmo, muchas de estas personas deben también entablar una amarga lucha con
los familiares del difunto, que no reconocen la relación de la pareja e intentan
que los gays, por ejemplo, les dejen las casas de sus ex parejas, ya que
legalmente puede corresponder a la familia del fallecido.


Y como si esto fuera poco, deben lidiar con toda una sociedad atestada de
prejuicios, que en la mayor parte de las oportunidades no duda en ponerse en su
contra.


Pocas publicaciones de homosexuales incluyen a los grupos mayores en sus
temáticas. Un periódico de Estados Unidos, por ejemplo, enumera 18 grupos de
autoayuda para gays y lesbianas jóvenes, y solo dos para mayores de 40 años.

Y
en internet esto no es muy diferente, ya que se pueden encontrar docenas de
sitios webs, con todos sus recursos, para homosexuales jóvenes, pero realmente
muy pocos para adultos mayores, al punto tal que nosotros no pudimos hallar en
ninguno en castellano.


Según afirmaron los adultos homosexuales consultados, uno de los problemas más
grandes a los que hacen frente es el aislamiento.

"Muchas personas gays o
lesbianas no tienen la ventaja de disfrutar de su vida adulta como les gustaría
hacerlo… simplemente deben enfrentar barrera tras barrera, y no pueden
conectarse fácilmente con otros miembros de su comunidad", afirma Luis M., de 52
años, residente en Buenos Aires.


Las estadísticas de los Estados Unidos señalan que la población adulta gay y
lesbiana continuará creciendo: cada año, se agregan 400.000 gays y lesbianas
mayores de 50 años ese país, y proporcionalmente, en toda América Latina es muy
probable que suceda lo mismo.

Y como cada vez  más gente puede vivir con Sida
gracias a las nuevas combinaciones de drogas, podremos ver a un aumento
dramáticamente creciente dentro de la próxima década.


Pero incluso así, el retiro sigue siendo un misterio para la mayoría de los
gays
y las lesbianas. Luis afirma que "ya pase los 50 y todavía no tengo ni una pista
de donde o cómo debe jubilarse un adulto gay.

¿Alguien lo sabe? Sé que el
combate del SIDA y el HIV han tomado mucha de nuestra energía, pero que iremos a
hacer si, después de superar esta enfermedad, llegamos a una edad adulta sin
jubilación?"


Lidia C., de 60 años y de Barcelona, en conversación con EnPlenitud.com, afirma
que "las lesbianas han estado tratando esto de una mejor forma que los hombres.

Posiblemente la razón por la que los hombres gays no han pensado mucho en esto,
es porque muchos de ellos han muerto, con lo cual la gran mayoría no llego a
vivir el momento en el que tendrían que enfrentar las leyes y regulaciones
estatales para adultos".


Por supuesto que también los
heterosexuales
deben preocuparse por su seguridad
financiera y salud, pero los adultos homosexuales justamente carecen de las
protecciones sociales que se conceden sin mayores dificultades a los
heterosexuales.


La carencia de derechos de matrimonio con sus consecuentes beneficios sociales,
afirma Luis, es determinantemente duro en la población adulta homosexual.

Por
ejemplo, cuando una pareja muere, a la otra parte no se le permite permanecer en
el hogar que estuvieron compartiendo. El derecho de tomar decisiones para una
pareja enferma, o aún hospitalizada, también es una gran preocupación.


Mientras que muchas compañías ahora está proporcionando beneficios para las
parejas homosexuales de los empleados, esas ventajas han llegado demasiado tarde
para la mayoría de los homosexuales adultos, y muchos de ellos están sin
cobertura aunque sus parejas gocen del mejor sistema de salud.


El problema de la seguridad económica es particularmente duro para los
homosexuales, -especialmente las lesbianas-, de clase baja.

Históricamente, las
mujeres han ganado menos dinero que los hombres, y esto se refleja en sus
ventajas de retiro. "Un amante puede a veces suplir eso", dice Lidia, "pero
igualmente no es mucho. Las ganancias de dos mujeres no son iguales a las de un
hombre y una mujer".


Los especialistas señalan además que el sida es un problema muy serio entre los
adultos, aunque no suele prestársele atención. "Muchos programas y servicios
para combatir el sida son manejados con frecuencia por gente más joven.

En las
terapia de grupo, por ejemplo, muchas de las temáticas son para personas más
jóvenes, y los adultos se sienten excluidos", señala la Dra. Elisa Mesa, quien
se especializa en temas relacionados con el sida.


Otras discapacidades pueden también hacer la vida más difícil para los adultos
gays y lesbianas. Según Lidia, su artritis la mantiene ausente de los viajes de
excursión de mujeres de los que ella solía participar; incluso los festivales de
música para lesbianas son demasiado complicados para ella. "Me debo quedar en mi
casa: ¿cómo voy a encontrar entonces una amante? Pareciera que estoy destinada a
quedar confinada"


Algunos días, los adultos gays y lesbianas jubilados pueden sentir cierto
aislamiento. Por eso, en Estados Unidos, más precisamente en New York y San
Francisco, se están creando algunos emprendimientos comerciales para combatir
este problema, como discotecas y bares especiales para adultos gays.


Luis incluso señala que se siente extrañado de que no existan muchos más
emprendimientos: "Seguramente existe todo un mercado para las comunidades de
jubilados gays y lesbianas. No tengo ningún problema con alguien que gana
gracias a mis deseos. Si mis expectativas de consumo no se resuelven, algún otro
va a ganar dinero conmigo de todos modos".


En Estados Unidos, ya han comenzado a montarse muchas redes informales de
retirados. En Fort Lauderdale, Florida, donde hay una gran clase media
homosexual adulta, se ha montado “Sage” un club con cerca de 200 miembros, lo
que lo transforma en uno de los centros más grandes del mundo.


Lidia coincide con Luis y agrega que siempre tuvo el deseo de fundar un
geriátrico especial para lesbianas, ya que "la gente que ha vivido sus vidas de
un modo diferente, no va a ir a parar finalmente a una clínica de reposo
común…".


Pero si estos proyectos muy posiblemente crezcan en el futuro, la realidad
también marca que en el presente, las lesbianas y los gays adultos no encuentran
muchas opciones, salvo en alguna parte de algún determinado pub.


Como hemos observado, cientos de miles de homosexuales adultos pueden sufrir
sensaciones de aislamiento, si es que la sociedad en su conjunto, comenzando por
las autoridades políticas, no toman en cuenta a este segmento de la población.

Sea a través de ámbitos sociales, de partidos políticos, o de programas
sociales, es necesario que comience a haber un quiebre.

"Esta es una población
que será cada vez mayor", afirma la Dra. Elisa Mesa, "¿estamos preparados como
sociedad para ese desafío?".