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Más gente cree en Dios

Durante los últimos años hubo un aumento en la proporción de gente que manifestaba creer en Dios. ¿Por qué…?

“Dios ha muerto” afirmó el filósofo alemán
Nietzche, en el siglo XIX, y a partir de allí, durante toda la modernidad,
diversas corrientes intelectuales manifestaron que las religiones irían
acabándose.

Pero lo cierto es que los angustiantes tiempos de
la posmodernidad hicieron resurgir la fe en Dios. Según una encuesta
independiente, en 20 años la creencia en Dios subió de un promedio del 90 por
ciento a un 95 por ciento.


Si bien la crisis económica que se vive en una gran
cantidad de países pareciera ser la causa que moviliza la búsqueda de una
salvación que no pase por lo económico, expertos de varios campos manifiestan
que, en realidad, no son tanto los aspectos económicos como si espirituales los
que se ponen en juego para dar cuenta de esta renovada fe.

Sucede que, según señalan estos expertos, uno de
los factores que lleva a la angustia en los tiempos de la posmodernidad, es una
sociedad excesivamente racionalista y deshumanizada, sin certezas y en donde el
vacío parece llenarlo todo, con lo que, en busca de la trascendencia y de un
sentido para sus vidas, mucha gente se vuelca hacia la fe en Dios, en la
búsqueda por lograr superar estas cuestiones, más allá de las dificultades
económica que puedan, o no, tener.

Cambio de aires

Durante las décadas del 60 y el 70, se pudo
evidenciar una importante caída de la fe en Dios. Eran los tiempos de Jean Paul
Sastre y su apuesta al hombre como creador del todo, sin nada ni nadie que lo
precediera.

Muchas personas comenzaron a adherir a esta teoría,
pero algo sucedió para que se evidencie una regresión a los valores del pasado,
al punto tal que hoy en día lo religioso ya forma parte de la agenda de la
mayoría de las personas.

Muchos especialistas en sociología señalan además
que ya no existe tanto temor por parte de la gente a manifestar su creencia,
tal como sucedía en el pasado, cuando esto era visto como algo que marchaba en
contra de la natural evolución de las sociedades. Por eso mismo, señalan,
también creció la oferta religiosa.

Según señalan los especialistas, este mayor fervor
religioso todavía no se trasladó a lo institucional, y de hecho muchas veces
las personas no pueden establecer una relación armónica entre su fe y las vías
institucionales para llevarla a cabo.