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Mantenga su memoria en forma 

¿Quién dijo que los “jueguitos” son sólo para niños y adolescentes? 

Todas las personas, al llegar a cierta edad, experimentan
pérdida de la memoria a corto plazo. Normalmente comienza a ocurrir entre los
cuarenta y cincuenta años de edad, y se manifiesta inicialmente como episodios
periódicos de pérdida de memoria. 

Esto suele ocurrir casi al mismo tiempo en
que las personas comienzan a experimentar también problemas en la vista como
visión borrosa, por ejemplo al leer o trabajar con la computadora. Este
problema, denominado presbicia, está vinculado a la edad y afecta a gran parte
de la población después de los 40 años. Tratarlo es tan fácil como usar lentes
de contacto o anteojos.

Pero lamentablemente no existen “lentes” o “anteojos” que
ayuden a prevenir o a mejorar los problemas relacionados con la capacidad
mental. Aunque pruebas recientes demostraron que existen algunos hábitos que
reducen este problema.

Lo que sigue a continuación son algunos de los ejercicios
sugeridos por los especialistas para mantener su cuerpo y mente en forma, de
modo que usted pueda continuar funcionando y viviendo independientemente sin la
ayuda de nadie hasta los ochenta o noventa años de vida.

Usar su memoria en grado moderado puede ayudar a mantener
los circuitos del cerebro “aceitados”. La clave está en la moderación, puesto
que demasiada  tensión (física o mental)
puede disminuir su capacidad de memoria. Se recomiendan los rompecabezas, jugar
al ajedrez, o aprender una nueva habilidad. Estos “ejercicios” pueden ayudar a
la mente a tener el entrenamiento que necesita.

El ejercicio físico es tan importante como el ejercicio
mental para mantener la mente en forma. Diversos estudios han demostrado que
los individuos que tienen por lo menos 30 minutos de ejercicio aeróbico cinco
días por semana mejoran notablemente en las pruebas de cognición y de memoria.

Controlar la presión arterial es crucial para conservar las
habilidades mentales. Las investigaciones disponibles han encontrado que la
presión arterial alta (más de 140 / 90) es un contribuyente principal en la génesis
de algunos de los tipos de afectación cerebral más comunes. Medidas como el
ejercicio y la reducción de sal en las comidas, la pérdida de peso pueden
ayudar a disminuir la presión arterial elevada.

Algunos medicamentos pueden afectar negativamente la memoria
y la capacidad mental. Algunos de ellos son: antidepresivos, antihistamínicos,
medicaciones contra la ansiedad, alcohol, pastillas para dormir, y otras.

Dormir lo suficiente sueño es también importante  para mantener la memoria y la capacidad
mental. La mayoría de las personas necesitan ocho horas de sueño por noche para
funcionar bien durante el día. Una buena prueba es notar si al levantarse a la
mañana usted se siente cansado. Si le es difícil despertarse sin un
despertador, o si usted se siente agotado, es necesario dormir más. 

A mayor estrés, menos memoria. Mientras cierto estrés es
necesario para mantener nuestro cerebro alerta y despierto, el aumento de la
tensión pueden reducir la capacidad de memoria dramáticamente.

Practique atención al detalle. El poder almacenar cosas en
la memoria para luego recuperarlas depende de: 
a) ser motivado para prestar atención
a la información, 
b) almacenar la información deliberadamente (vía repetición,
algún dispositivo mnemónico, o pura concentración) y 
c) “etiquetar” la
información mentalmente para poder “llamarla” cuando sea necesario. Todo esto
requiere un esfuerzo deliberado. Es también de ayuda organizarse escribiendo
las cosas, usando planificadores o agendas, o haciendo listas.

¿Y los “jueguitos”?

Diferentes estudios han encontrado que cualquier actividad
que requiera resolver problemas -como armar rompecabezas- o jugar juegos de memoria
retardará la declinación de la capacidad mental  dependiente de la edad y consolidará las habilidades adquiridas.

Hay juegos para computadoras que ayudan a ejercitar la mente. Estos juegos
requieren de aprender nuevas habilidades; implican la utilización de la
memoria, solución de problemas, reconocimiento de cosas, detectar y evitar colisiones,
y habilidades fundamentales de coordinación de la mano y la vista (mouse/cursor
y propiedades básicas del teclado).

Estas son las mismas habilidades fundamentales que usted
utiliza al realizar tareas rutinarias como conducir un coche en una calle
transitada, estacionarlo, embalar o desempaquetar comestibles, cargar o
descargar un lavarropas, o hacer trabajos manuales. Y como con cualquier
actividad, la práctica y la repetición mejorarán su funcionamiento.

Un
objetivo secundario es aprender nuevas habilidades o tareas, quizás la mejor
manera de mantener un alto nivel de función cognoscitiva – el proceso del
saber, de percibir y de pensar-.


Pero no lo olvide: el objetivo primario de esos juegos es mejorar el puntaje,
mientras se está divirtiendo.

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