Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Leptospirosis, el nuevo fantasma que nos acecha

La prevención no comienza por el miedo, sino por el conocimiento. A continuación, todo lo que usted debe saber.

¿Qué
es?

Es
una enfermedad infectocontagiosa y aguda producida por una bacteria del género Leptospira, de la que existen unas 200 variedades.

¿Cómo
se presenta?

Comienza
por lo general en forma súbita, y los síntomas más comunes son fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular (sobre todo en
muslos y pantorrillas), y conjuntivitis (en forma de ojos enrojecidos).

En
ocasiones, la fiebre puede ser fluctuante y aparecer síntomas respiratorios,
erupción cutánea, ictericia (coloración amarillenta de la piel), confusión
mental, insuficiencia hepática y renal, anemia hemolítica, hemorragia en piel
y mucosas y meningitis.

¿Es
grave?

La
enfermedad es autolimitada en el 90% de los casos, en los cuales después del
cuadro agudo de síntomas y signos comienza a mejorar; pero en un 10 % de los
casos es potencialmente mortal por la producción de falla renal, hepática o
neumonitis grave.

La
gravedad varia según la persona afectada, la “dosis” de bacterias
recibidas, y la variedad de germen involucrada.

¿Cuánto
dura?

La
enfermedad puede durar de unos pocos días a tres semanas o más.

¿Cómo me puedo contagiar?

Para
infectarse
, es necesario haber estado en contacto con agua, vegetación, suelo húmedo
o barro contaminados con orina de animales infectados, o directamente con orina
o tejidos de animales infectados.

La
bacteria puede encontrarse en áreas rurales, suburbanas o urbanas y no se
limita sólo a las zonas más pobres, pues se han registrado casos en zonas
urbanas de clase media o alta.

¿Cuáles
son los animales involucrados?

La
leptospirosis puede ser transportada por animales domésticos o salvajes:
cerdos, ganado, perros y, sobre todo, ratas. Es rara en los gatos.

En
los animales, la infección se aloja en el riñón y el germen es eliminado con
la orina. Los animales, si bien lo transportan, suelen no presentar síntomas de
la enfermedad.

Cortes
o raspones en la piel, o salpicaduras de líquidos infectados en los ojos
aumentan el riesgo de enfermarse.

En
ocasiones, el germen es inhalado al manipular fluidos contaminados, o puede ser
ingerido al consumir alimentos contaminados con orina de ratas infectadas.

Los
brotes masivos suelen deberse a la contaminación con orina de animales
infectados de ríos, canales, lagos o cualquier otra fuente de agua o barro con
la que tomen contacto grandes cantidades de gente.

¿Cuánto
tiempo puede pasar hasta que aparezcan los síntomas?

El
periodo de incubación es usualmente de 10 días, pero puede ir de 4 a 19 días.

 ¿Se
contagia entre personas?

Raramente.
La bacteria se elimina por orina por lo general hasta un mes después de
aparecidos los síntomas (y aunque ya hayan desaparecido), pero puede persistir
hasta 11 meses.

¿Qué
hacer?

Una
vez que se presentan los síntomas se
debe realizar un diagnóstico preciso. Hay que descartar otros cuadros que
pueden dar cuadros semejantes, como dengue, influenza, hepatitis vírica, fiebre
hemorrágica epidémica, hantavirus, septicemia.

Para el
diagnóstico se utilizan pruebas serológicas (análisis de sangre específicos),
las mismas que se utilizan para realizar screenings de población y de esa forma
determinar el serotipo o tipo de cepa circulante.

Las
pruebas serológicas permiten resultados tempranos, a través de la determinación
de IgM, y mas rápidos que el aislamiento de la bacteria (que tarda más). Sin embargo, este debe intentarse en todos los pacientes ya que aporta un
dato epidemiológico de valor permitiendo
identificar la variedad circulante.

Cómo
prevenirse