Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Las letras del alfabeto, IV

Minúscula “c” : el egoísmo


Cada letra minúscula del alfabeto posee significación especial que ayuda a la
comprensión profunda del inconsciente del escribiente: es la llave para penetrar
en su intimidad y profundizar en los rasgos de su personalidad.

Su
análisis nos permite saber cómo se desempeña el escribiente saber cómo se
desempeña el escribiente en el área que cada letra representa con sus
posibilidades, limitaciones, obsesiones o compensaciones.

 La
“c” minúscula nos permite conocer las aptitudes del escribiente para brindarse,
la capacidad de generosidad o de egoísmo en la entrega y también sobre su
decisión de encerrarse en sí mismo como auténtica elección de vida. 

La
forma de la “c” nos aporta datos sobre el grado de sociabilidad, sobre la
efusividad o cohibición en los contactos y sobre el nivel de egoísmo en el
contacto con los demás.


Por ejemplo, la “c” en espiral o anillada habla de un egoísmo marcado y es muy
común en los niños con sus celos, sus tendencias posesivas, su actitud
narcisista , sus deseos de guardar todo para sí y ocupar un lugar preferencial.

En grafismos de adultos, esta “c” nos indica egocentrismo acentuado con una
amplia gama  de posibilidades de diagnóstico psicológico.

El
arpón inicial en la “c” brinda un rasgo temperamental: es propio de las
personalidades hiperactivas y combativas que se autorreconocen egoístas  y que,
por lo tanto, suelen granjearse la simpatía de los demás

 La
coexistencia de “c” pequeñas y grandes en la misma palabra muestra una actitud
contradictoria: la “c” pequeña muestra el olvido de sí mientras que la “c”
grande compensa este sentimiento con una actitud egocéntrica.

La
coexistencia de “c” altas y bajas en la misma palabra muestra el afán de figurar
y los desvelos reales para paliar la realidad  circundante (esta coexistencia 
se encuentra frecuentemente en grafismos de personas que realizan obras de
beneficencia y nos permite saber si la vocación de servicio es sincera o lo
hacen sólo para figurar).

 La
“c” minúscula aporta datos valiosos sobre  aspectos profundos de la personalidad
que, en general, se disimulan y/o ocultan porque no son bien considerados por la
sociedad.