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Las ideas que construyen nuestro mundo

El mundo que nos rodea es un reflejo de nuestros pensamientos e ideas. En este árticulo Ud. podrá encontrar algunas sugerencias acerca de cómo mejorar su realidad modificando su sistema de valores y creencias.

Vivimos en un mundo moldeado por nuestras ideas
y
creencias. Son éstas las que dan forma a nuestro entorno, creando aquello a lo que erroneamente denominamos “mundo externo”. Mediante el mecanismo de “proyección” trasladamos hacia ese espacio “exterior” las imágenes que configuran nuestros deseos, temores y creencias.

Lo que vemos no es mas que un reflejo de nuestro psiquismo, una pura ilusión sostenida en la creencia en la separación entre un mundo interno y otro externo.

Cuando comprendemos que en verdad no existe tal separación y que aquello que repudiamos en el exterior es en realidad una parte no reconocida de nosotros mismos, podemos comenzar a entender que es preciso responsabilizarnos de nuestra propia existencia y que es posible entrenar la mente de modo de modificar nuestra percepción del mundo hacia una visión mas amorosa y consciente de la unidad.

A lo largo de su existencia, nuestra especie ha quedado atrapada en la creencia de que la verdad se halla en el mundo material que observamos por medio de nuestros sentidos y que es allí donde debe centrarse la búsqueda de la realización y la felicidad.

Esta creencia nos ha conducido al estado actual de nuestra vida sobre el planeta, caracterizada por una profunda crisis global que amenaza la continuidad de nuestra supervivencia.

Debemos urgentemente ampliar nuestra visión dando lugar a aquellos aspectos no materiales que hemos descuidado en nuestra evolución. Este cambio debe ser generado desde cada uno de nosotros en el nivel de nuestras vidas cotidianas.

Es necesario revisar nuestro sistema de creencias y nuestras percepciones del mundo de manera de imprimir cambios en nuestras vidas, incorporando valores espirituales como el compromiso, la integridad, la paz interior, la responsabilidad hacia el todo mayor del que somos parte, la compasión, el amor universal y la alegría.

En la medida en que comenzamos a focalizar nuestra percepción hacia estos aspectos, comenzamos a sentir el efecto multiplicador de esta nueva visión.

Sintonizando con las virtudes de que dispone el mundo, ellas se pondrán en contacto con nosotros, el amor comenzará a fluir libremente en nuestra vida y los seres que nos rodean comenzarán a compartir con nosotros esta visión.

De esta manera, nuestro eje interno estará cada vez mas alineado con el Universo y el resultado será un profundo sentimiento de protección y bienestar.