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La actualidad en Italia muestra parecidos con lo peor que pasa en la Argentina.

La columna política de hoy, firmada por el editor de LA REPUBBLICA, es muy importante : sobre la base de un hecho gravísimo de las últimas 48 hs. registrado en el parlamento,


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Ezio
Mauro resume muy bien el espíritu de la coalición  de centro derecha
"que comanda" desde mayo 2001, con el liderazgo de "Forza
Italia" liderada por Silvio Berlusconi, el hombre más rico del país,
propietario de la principal red privada televisiva y por ser gobierno,
administra los recursos y contenidos de la radio y tv públicas – RAI – ; en
dicha coalición confluyen los ex mussolinianos de "Alleanza
Nazionale" entre otros.

El
artículo en síntesis, explicita la denodada lucha del partido gobernante
por anular todos los frentes de tormenta para el premier (Il Cavalliere
Berlusconi), el conflicto de intereses (por ser el propietario de la mencionada
red tv privada), y varios procesos penales pendientes y en curso.

A
pesar de no haber comprendido  racionalmente cómo la mayoría votó un
candidato prontuariado (sí en cambio sé qué cosas subyugan emocionalmente a
los italianos medios), existe in-fine una pequeña diferencia con el parlamento
y raza política argentina, sea durante el período Menem, como durante el ciclo De la Rúa con el
ventilado caso de las coimas a senadores para aprobar leyes (nunca
resuelto, o si

El
último párrafo del editorialista establece los límites entre uno y otro
sistema
, el
italiano y el argentino

“Es
solo hoy aquí un problema de leyes, de división de poderes, de autonomía mútua,
de respeto a las políticas que no pueden ser usadas como un instrumento privado
aún por aquellos que tienen la mayoría . Y esta es una simple liberal de la
democracia.

Tan simple que con un silencio cómplice general, Berlusconi ha
tenido que entenderla . El
Caballero ha tenido que retroceder y por consiguiente no todo es posible para
quien sea que tenga el poder. Esta es la lección de ayer , y no es poco "

Visión
desde Buenos Aires:

Es
muy llamativa la coincidencia de la política argentina y la italiana. Ni
hablemos de la corrupción y las mafias comunes sobre las que aún aguardamos
aquí nuestro propio “mani pulita”.

Pero
no nos debe extrañar, ya que el alto porcentaje de inmigrantes italianos en el
siglo pasado, ha hecho que los argentinos hayamos heredado sus virtudes y
defectos.

Que
Menem acaba de adquirir canal 9 TV, es casi copiar a Berlusconi.

Las
actitudes de los políticos de allí, no le van en zaga a los de aquí.

A
continuación el artículo completo publicado en el diario La República de donde se han extraído los sintéticos conceptos de más arriba que he
traducido al español, aunque todos podemos entender bastante al italiano.

El
titulo: “ Si la política se vuelve un instrumento privado” también resume
el actual drama argentino.

Creo
que en las últimas décadas ser político argentino ha significado asegurarse un buen ingreso para sí mismo, sus amigos y familiares y un horario de trabajo liviano con vacaciones, viajes y otros lujos. Todo bajo una enfática e hipócrita declaración
de irrefrenable “vocación de servicio”.

Mientras
el pueblo no tomó conciencia hasta el grado de rogar que “se vayan todos”, esa corporación fué muy feliz.

Hoy
las cosas han cambiado y ni siquiera pueden circular por lugares públicos o
viajar., por
temor a un “escrache” seguro.

Tampoco
sus familiares pueden declarar con orgullo que tienen un pariente senador,
diputado ni juez, y menos camarista, bajo pena de sufrir un profundo rechazo social.

Para
peor debemos tantos, tantos impagables dólares, que llevará mucho tiempo
recuperar nuestra independencia y orgullo nacional atomizados con la contribución
de un famoso ex Ministro de Economía, Domingo Cavallo, que se gana la vida dando conferencias en los EE.UU antes
miembros del FMI que según el diario La Nación admiran a nuestro ex
funcionario y creen
que si está ahora libre para poder brindarles su sabiduría, es un gran mérito de la justicia argentina.

COMMENTO
su REPUBBLICA
Se la politica
diventa
uno strumento privato
di
EZIO MAURO