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Hoy por hoy, todo vale

Moda en la postmodernidad

Susana
Saulquin, en Moda en Argentina, describe y explica el fenómeno de la
posmodernidad en la moda, que ella sitúa entre los años 1976-1990.

Afirma
que asistimos como nunca antes a la presentación de algunos principios de la
posmodernidad:


hedonismo,


tendencia a la democratización,


vacío existencial,


fragmentación,


vuelta al pasado,


lo efímero como constante,


el desmesurado consumismo.

El
hedonismo se encarna en el culto exagerado al cuerpo, la mejor vida.

La
igualdad está simbolizada en la androginia. La tendencia es el todo vale”,
inspirado en el pasado.

Cada
cual tiene su estilo, cada grupo cultiva una estética diferente que cree la
mejor. Las modas son efímeras. El consumismo, exagerado.

La
moda encarna los opuestos y muestra las contradicciones posmodernas: en una época
de planchas automáticas, los géneros se usan arrugados; con una avanzada
tecnología, las terminaciones son desprolijas; con excelentes tinturas, los géneros
van desteñidos y manchados; todo vale: roturas, ruedos descosidos, mezcla de
texturas…

Se
desarrolla el concepto de prendas que pueden ser usadas en diferentes contextos,
renovando detalles y accesorios.

El
pret-a-porter empieza a trabajar con el concepto de ”línea” (como variación
temática sobre la base de un mismo diseño) tanto masculina como femenina, que
caracteriza la organización de las colecciones.

Cada
línea abarca un conjunto de situaciones diferentes en una misma colección:
alto sport, deportiva, de montaña, urbana, casual, ejecutiva, juvenil.

De
esta manera, se amplían las posibilidades para los consumidores, ya que se los
acostumbra a diferentes situaciones, que hacen necesario el consumo, donde el
”todo vale” actúa como la característica primordial.

El
nuevo estilo de vida responde a un proceso que apunta al libre desarrollo de la
personalidad. Gilles Lipovetsky (reconocido autor de diferentes obras, entre
ellas La era del vacío y El imperio de lo efímero) señala que, a partir de
este momento, el ideal moderno de subordinación de lo individual a las reglas
colectivas ha sido pulverizado.

Hoy
por hoy, todo vale.

Fuente: Mujerbonita