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Flores de Bach: la enfermedad es la última etapa de una causa

Todo síntoma, toda enfermedad es la última etapa de una causa mucho más profunda y que se encuentra en la mente…

Sofocar las emociones trae sufrimientos innecesarios,  más de lo imaginable. Negarlas o esconderlas permite que ellas, con su energía mórbida se alojen por tiempo indefinido en la mente como en el organismo estableciendo limitaciones al potencial personal y bloqueos que NUNCA resultan gratuitos a la salud.

Estos procesos son fácilmente demostrables y explican, entre otras cosas,  la  gama cada vez más sofisticada de remedios destinados a tomarse“de por vida”.

Las Flores de Bach pueden traer resultados milagrosos si se las sabe utilizar

El trabajo de investigación que imponen los tratamientos a base de Flores de Bach siempre es un beneficio para la persona que consulta.  Es una oportunidad de progreso y una parte considerable del progreso depende de uno.

Contribuir con el progreso personal es una responsabilidad que debe asumirse dado que de la certeza en su respuesta sincera depende su futuro emocional si se aboca a la toma de la esencia que surge del rastreo.

Es posible que tiempo después uno observe que sus propias respuestas ya no son las mismas; sus propias observaciones podrán parecerle ajenas a uno, incluso opuestas y así resulta que es uno mismo la primera persona agradablemente sorprendida.

Pero para que  ello ocurra, el ingrediente que no puede faltar es la sinceridad y la aplicación personal.

Hemos diseñado un método para detectar sus emociones actuales no solamente para librarse de ellas, sino —y especialmente—, a fin de que con fuerzas mentales y el tipo de energía que busca cada sistema, la persona pueda usted sacarles el máximo provecho y avanzar hacia una vida plena en logros, alegrías y gratificaciones.

Tratándose de emociones involucradas el mecanismo es sensible por lo que se enfatiza la importancia de ser sinceros con uno mismo y responder a los cuestionamientos abiertamente y sin prejuicios.

Es la manera más fácil y segura de comprobar que la intervención de una energía de Bach siempre se traduce en beneficios de múltiples características. 

Pero hay que ser cautos. Hay que evitar todo juicio de valor en torno de las emociones y sentimientos. La humanidad recorre caminos tortuosos de emoción.

Todas las personas sanas sienten todas las emociones humanas en el momento justo en que deben sentirlas y no antes, de modo que cuando llegan hay que darles la bienvenida puesto que traen sorpresas, indican un camino interno a recorrer, un sendero de crecimiento personal que hará posible  la concreción de ese sueño,  de esa reparación,  de esa ambición que asoma y machaca con justicia ya sea en pensamientos vívidos o mediante  síntomas que desestabilizan, confunden, deprimen. Enferman.   

Emociones como las de miedo, duda, envidia, arrogancia  sufren en nuestra sociedad la condena del prejuicio. Resulta más aceptable admitir que se sufre de “baja autoestima” que de envidia.

El que se sufra de nerviosismo, de celos, de miedo es casi una moneda corriente; no causará el rechazo que causaría la confesión —por cierto, infrecuente— de que se sufre de arrogancia, de ansias de poder, de avidez, de ambición. 

La persona con estos padecimientos no relata su problema en estos términos, comete distorsiones y le asigna a su dolor una etiqueta diferente.  Formidable error teniendo en cuenta en cuántos casos estamos refiriéndonos a la misma raíz de un padecimiento humano.

Formidable error la del consejero cómplice de esta distorsión, consintiendo en no llamar a las cosas por su nombre. 

“En el principio fue el verbo” no es asunto menor si entendemos que ese “verbo del principio” es “la palabra” que principia todo lo demás. Tenga respeto por la palabra justa, pronúnciela sin distorsiones,  y comenzará a  notar cambios en usted. 

A lo largo de su vida, el hombre se mueve buscando completarse, el motor de esto es la emoción sentida, la incomodidad. Sus aspiraciones y aversiones son su brújula y de él depende el que la utilice para desafiar sus límites o que las niegue interrumpiendo su progreso.

Las culturas deben su progreso a emociones socialmente inaceptables como el miedo, la inseguridad, el orgullo, la envidia, la arrogancia, el egoísmo, la rebeldía, la impaciencia, la terquedad, las ansias de desafiar la muerte o la vejez.

Las torpezas y la sensación de fracaso de los hombres han servido como indicadores para desempeñarse hacia lo que desean y también hacia lo que quieren evitar.

Gracias a estas energías sentidas, el hombre moviliza su mente su cuerpo, consume y adopta; evoluciona y perfecciona (información, objetos, estilos de vida). La silla donde está usted sentado ahora mismo, es producto de una emoción sentida por alguien , el resultado de una frustración y de una ilusión hecha realidad.  

Del rastreo que proponemos marque con entusiasmo las emociones que detecta en usted. Encontrarlas es un motivo de celebración. Sea duda, orgullo, envidia, celos, vergüenza, miedo, no lo niegue, no se incomode, no se enfade. Márquelas y avance profundo en esta indagación. 

Considere tanto a su emoción como esta indagación como oportunos visitantes trayendo señales valiosas que merecen observarse a conciencia y seriamente: ellas plantean acciones que por falta de energía o por cerrazón mental, no se han tomado todavía pero que resultan imprescindibles.

Es posible que se vea a usted mismo poniendo en práctica algunos comportamientos todavía no frecuentados por usted y que surgen naturalmente como consecuencia de haberse dado cuenta a medida que fue respondiendo.

Notará que este material de consulta es altamente revelador. Que no se trata de un cuestionario standard de Flores de Bach, sino del resultado de años de experiencia trabajando con técnicas combinadas relacionadas con la conducta y las emociones humanas.

Cuando se tope con sus más duras emociones, recuerde que ellas son la contracara de todo su potencial oculto: la negrura de su propia luz y le están planteando un desafío y una oportunidad.

De no tratarlas con sabiduría,  una parte de su vida se obscurecerá sin lugar a dudas. Cuando alguien siente algo de esto es señal de que se siente incompleto, de que hay una especie de bache en su interior con el que tropieza una y otra vez.

Esta falta le sobreviene a todo el mundo con vistas a mejorarse. La tarea de las esencias es llenar ese bache y alisar su camino. Por lo tanto, valga la recomendación de tratar abiertamente sus flaquezas emocionales.

Tomando renovado impulso con la energía adecuada, conseguirá atravesar las más duras emociones y ver más allá de ellas y de ese telón mental que imponen.

Recuerde: únicamente permitiendo que la luz ingrese en la conciencia es posible dar comienzo a ese formidable espectáculo, a ese nuevo escenario  que a todos los hombres asoma y resulta magnifico, excitante,  digno de vivir pero que desde una corriente emocional débil no es posible siquiera imaginar. 

Hay un destino luminoso en todas las personas, hay cambios que todos pueden hacer pero ellos no se hacen visibles a las mentes que se encuentran innecesariamente nubladas por emociones en conflicto. Libere sus emociones con este método y fíjese lo que cuenta en un lapso de tiempo corto.

La humanidad entera debe buena parte de sus sueños personales a hombres como aquél que, sintiendo sincera envidia por las aves, inventó un vehículo extraordinario marcando un antes y un después en los tiempos humanos y ampliando los sueños de todas las personas.  

“Todo síntoma, toda enfermedad es la última etapa de una causa mucho más profunda y que se encuentra en la mente”

Liliana Dercyé
http://www.aflorarte.com/servicioconsultas.htm
[email protected]

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