Cómo enseñar a tu hijo a comer con buenos modales
Enseñar a tus hijos buenos modales en la mesa depende de ti, y puedes comenzar a hacerlo mucho antes de lo que crees...
 
             
  Si hay una lección que debes haber aprendido como padre, es que cualquier cosa puede suceder en el momento menos oportuno. Y muchos de estos eventos desafortunados ocurren en la mesa.

En consecuencia, cuando tu hijo diga o haga algo que hagan ver a tu marido y a ti como dos completos maleducados, repite para tus adentros: “No te preocupes, es mi rito de paso como padre”.

Teniendo esto en cuenta, debemos empezar por hacernos la idea de que nuestros hijos nunca son demasiado jóvenes para aprender modales. Al menos los básicos.

La mesa de la cena será el escenario de muchos eventos importantes en la vida de tu hijo. Podría ocurrir, algún día, que la mesa sea el escenario del primer encuentro con los padres de su novia, que la mesa sea testigo de un almuerzo con un potencial empleador, o que sobre una mesa firme el contrato comercial más importante de su vida.

No importa cuál sea la ocasión, saber cómo comportarse en la mesa será algo tremendamente beneficioso para tu hijo.

La mayoría de los chicos dominarán estos modales de mesa a la edad de cinco años, pero puedes —y debes— comenzar a enseñárselos a partir de los dos años.

Por supuesto, habrá algunas excepciones para esto, pero a medida que tu hijo vaya creciendo y madurando, será más difícil que aprenda y asimiles estas reglas del buen comportamiento.

Cosas que tu hijo nunca debe hacer en la mesa

Enseña a tu hijo que nunca debe:

· Comenzar a comer hasta que todos se hayan servido.

· Chupar el cuchillo. Los objetos filosos nunca deben ser llevados a la boca —está de más decir que los apósitos para tapar heridas no funcionan bien en la lengua—.

· Hacer tambalear la silla sobre sus patas traseras.

· Comer con la boca llena.

· Masticar con la boca abierta. Tampoco se debe comer haciendo ruidos.

· Poner más en su boca de lo que puede tragar. Enséñale a comer de a pequeños trocitos. La comida nunca debe ser arrojada sobre el plato una vez que ha sido masticada.

· Interrumpir a otros mientras están hablando.

· Apuntar los cubiertos hacia otras personas.

· Dejar la silla afuera cuando se levantan. Ésta siempre debe ser empujada hacia dentro cuando uno sale de la mesa por cualquier motivo.

· Tomar el último bocadillo de la fuente sin ofrecerlo a los demás primero.

· Hablar sobre temas groseros o decir improperios.

· Levantarse antes de que todos hayan terminado de comer.

· Poner los codos sobre la mesa.

Traspiés a la hora de la cena

Éstos son sólo algunos de los modales que debes enseñar a tus hijos desde pequeños. Procura simplemente usar tus buenos modales, y ellos aprenderán al verte, y luego te imitarán.

· Tu servilleta debe ubicarse sobre tu regazo una vez que te sientas. Ésta debe ir desdoblada sobre tu regazo, y nunca sobre la mesa.

Si alguien inadvertidamente toma tu servilleta, no grites: “¿Quién tomó mi servilleta?” Tranquilamente pide que te traigan una nueva.

Muchos padres preguntan si está bien colocar la servilleta en el cuello del chico para evitar derrames o salpicaduras en la parte superior de la ropa. Podrás hacer esto siempre que tu hijo tenga menos de cinco años.

· Los pies deben estar apoyados sobre el piso (si es que llegan a posarse sobre éste) y la espalda recostada contra la silla. Es decir, debe mantenerse una buena postura.

· Sostén el vaso con las dos manos si es necesario. Si los vasos son más formales, como pueden ser las copas, podrás tomarlas desde el pie con una mano y prevenir así derramamientos.

· Si una canasta de pan u otro alimento llega hasta ti, recuerda continuar pasándolo hacia la derecha. Si la fuente está en tus proximidades, antes de comenzar a pasarla, ofrece a la persona que está a tu izquierda y luego inicia la ronda pasándosela a quien esté a tu derecha.

· Si debes toser o estornudar, vuelve tu cabeza hacia tu hombro y cúbrete la boca con tu servilleta o con tu mano —siempre es preferible hacerlo con la primera—.

· Siempre límpiate la boca con la servilleta antes de beber un sorbo. Los labios grasosos dejarán marcas desagradables sobre el cristal de la copa.

· Si debes usar el baño, simplemente di: “Con su permiso…” y levántate. Si hay invitados en la mesa, no necesitas contarles a todos adónde estás yendo. Con excusarte ante el más próximo será suficiente.

· Siéntate y levántate de la silla desde el costado izquierdo de la misma.

Bendecir la mesa



Cualquiera sea la forma en que una familia maneje el tema de los agradecimientos, puede resultar intimidante para un niño, sobre todo cuando se trata de algo que nunca ha presenciado.

Tú puedes preparar a tu hijo para estas situaciones instruyéndole a imitar lo que hacen los demás. No es necesario que digan algo. Con sólo inclinar la cabeza y cerrar los ojos durante la oración, se mostrará el respeto debido.

Si sabes que vendrá a visitarte una familia con niños, y acostumbras a dar las gracias antes de comer, pon en aviso al padre o a la madre de los niños visitantes —al menos, desde luego, que ya conozcan tus costumbres—.

Así, los padres podrán hablar con sus hijos y prevenirles, de modo que no se genere confusión ni sorpresa. Poner a la otra familia en conocimiento de tus costumbres es un simple asunto de cortesía.

Protocolo de bebidas

Los chicos aman declarar su independencia y son grandes amantes de la frase “puedo hacerlo por mi cuenta”. En lo que se refiere a las bebidas, hay sólo unos pocos conceptos a tener en cuenta.

En primer lugar, no deberán interponerse a otras personas para alcanzar una bebida. En cambio, en forma educada, deberán pedir un refresco —siempre recordando decir por favor y gracias—.

Si la juguera o la jarra son demasiado pesadas o difíciles de sujetar, deberán usar ambas manos para sostenerlas. Con una mano pueden sostener la botella mientras que con la otra tienen un costado de la misma. Recuérdale siempre que es apropiado pedir ayuda para servirse bebidas.

Beber en forma atropellada es algo que no está bien en la mesa. Recuérdales a los chicos que deben beber tranquila y pausadamente.

Asimismo, ellos deberán masticar la comida, tragarla, y después limpiarse la boca antes de sorber un trago de su vaso o copa. Por supuesto, si tu hijo tiene algo picante o caliente en su boca, un trago corto le será permitido.

A medida que tu hijo va creciendo, y va incorporando nuevos modales a su galería de las buenas costumbres, puede comenzar a ofrecer bebidas a aquellos que estén a su lado en la mesa.

La práctica de los buenos modales hará que la experiencia de cenar junto a tus hijos —cuando sean niños, jóvenes y adultos— sea una experiencia agradable para el resto de las personas. Hazles un favor desde pequeños, y permíteles que copien tus buenas formas.

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