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Evite que la rabia y la frustración se vuelvan contra usted

La rabia, el enojo y al frustración, son emociones autodestructivas, pero que se puede aprender a controlar y revertir en beneficio propio.

Entendiendo el enojo

El enojo es una emoción, así como una
reacción frente a una amenaza verdadera o percibida. Nuestra respuesta natural
a esta emoción, es la rabia. Orgánicamente, aumenta el ritmo de nuestros
latidos cardiacos, y podemos también sentir que las mejillas se ponen
coloradas y existe un impulso de apretar las mandíbulas.

Algunas personas, pueden también
responder al sentimiento de cólera dando portazos, confrontando duramente a la
persona que, se cree, puede haber causado el enojo, o en estos tiempos tecnológicos,
enviar un poco apropiado correo electrónico.

Aquellas personas cuyo temperamento puede
más que su faceta racional, están generalmente al tanto de estas tendencias y
deben tomar los pasos necesarios como para reaccionar de una manera diferente y
más especifica frente a las situaciones adversas.

La importancia de
controlar el enojo

Como mínimo, el enojo puede herir
sentimientos. También puede hacer que un trabajador sea menos productivo en su
trabajo, causando asimismo un estrés que en muchas oportunidades lleva a la
enfermedad y al ausentismo. En situaciones severas, como vimos, el enojo y la
rabia también pueden llevar a la violencia física.

De hecho, es cada vez más común oír
casos de empleados que perdieron sus trabajos por no poder controlar este tipo
de impulsos. Asimismo, el nivel de violencia en los lugares de trabajo ha estado
aumentando durante los últimos años.

Por lo tanto, es fundamental, sobre todo
en estos tiempos, saber como manejar su cólera antes de que sea demasiado
tarde. Y esto es especialmente importante en el ámbito laboral, donde perder la
paciencia puede tener como resultado el despido. Sobre todo, porque muchos
saben que cuando entran en cólera, pueden tornarse muy violentos y encontrarse
frente a una situación legal incómoda.

No es ninguna novedad que el enojo puede
írsele de las manos. Muchas veces la cólera nos ciega y se
pierde de vista, incluso, cual es el foco de ese enojo. Más de una vez habrá oído
o dicho la frase “estaba loco de bronca, directamente no podía ver”.

Pero en este sentido, es esencial que
aprendamos a utilizar la energía creada por nuestro mismo enojo, de una manera
positiva. Sin dudas, mucho antes que permitirle que nos quite el control de
nosotros mismos, deberíamos hacer que este enojo nos brinde la posibilidad de
detectar lo que está mal, para así cambiarlo de una forma efectiva. 

Esto
significa tornar nuestro enojo en la posibilidad de un cambio y no en agresión.


Manejando el enojo en
beneficio propio

Cuándo encare una situación que le
enoja, o incluso le pone los nervios de punta, es importante ser proactivo al
tratar consigo mismo. Antes que permitir que la cólera nos gane, debemos
obtener lo mejor de ella, para lo cual será esencial tomar los pasos necesarios
como para mantener nuestro enojo bajo control. Si esto no es posible, debemos
ser capaces de aceptarlo y comenzar a solucionar esta dificultad.

Frente al enojo de
los otros


El enojo genera enojo, lo cual sin dudas
lleva a conflictos. Por lo tanto, al momento de encarar una persona con ira,
justificada o no, no sería mala idea saber, primero cómo tratar con uno mismo,
para intentar calmar toda esa ira. 

Sobre todo en nuestro ámbito de trabajo,
donde más de una vez debemos encarar a clientes hostiles. Es esencial
recordar esto, sobre todo por el hecho de que, aunque el ataque del cliente se
pueda dirigir contra usted, el objeto de su ira es probablemente la organización
a la que, ante él, usted representa.

Para el caso que tenga un rol directivo en
su empresa, también podría ser forzado a tratar con la cólera de sus
subordinados. Nuevamente, el objeto de la cólera puede ser su organización y
no su persona.

Por eso, sería muy importante que aprenda
cómo determinar las causa de ese enojo, para luego poder operar sobre él y
desactivarlo, de forma tal que no llegue a ser un problema mayor al que
representa en ese momento.

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