Hay mujeres a las que un día las
atrae un hombre y caen profundamente enamoradas. Pero luego al otro día les
pasa lo mismo con otro hombre, y así van cambiando de pareja o de objeto de
amor constantemente.
¿Qué es lo que buscan en realidad?

Son muchas las mujeres que se
pasan la vida enamoradas. Siempre existe algún hombre que les mueva el piso y
por el cual sufren y se enamoran. Para ellas el amor es lo más importante que
tienen en la vida y sin él las demás cosas que las rodean no funcionan.
Muchas pueden enamorarse de alguien y a la semana sienten lo mismo pero por
otra persona.

En el primer momento del enamoramiento se pierde el sentido de ciertas cosas y
se produce un proceso de idealización de esa persona a la cual se ama. Luego,
con el paso del tiempo, se agregan el compañerismo y el respeto, además de una
“mirada” más objetiva sobre la pareja.

Pero las que viven enamoradas siempre se mantienen en la primera etapa, por eso
cuando sienten que ese sentimiento se está perdiendo buscan sentir lo mismo por
otra persona.

Además, son proclives a
desencuentros con su pareja, ya que tarde o temprano dejan de concordar sus
etapas de enamoramiento.
Siempre al principio de una relación uno de los dos está más enamorado que el
otro, pero el desengaño de no ser correspondidas puede llevarlas a una gran
desilusión y depresión. 

Ellas siempre afirman al conocer a alguien que es el amor de sus vidas, y lo
continúan repitiendo mientras pasan los años: “esta vez va en serio”.

Muchas juegan también a dos
puntas, es decir sienten el mismo amor por dos hombres y no se arrepienten en
decirlo.

En otras, es la obsesión por lo
imposible lo que genera tanta atracción. Y entre estas mujeres que viven
enamoradas se encuentran las fanáticas de cantantes y artistas que jamás
conocerán en sus vidas.
Esta devoción lleva a no fijarse en alguien que realmente tengan a su alcance y
con quien tengan realmente posibilidades.

Estar en un estado de
enamoramiento constante es una forma de descubrirse a uno mismo según los
psicólogos, y saber para qué se está en el mundo. 
Muchas veces es la insatisfacción
personal lo que alimenta el amor por otra persona.

Otras veces, lo que se juega es el miedo a la concreción. Hay un gran temor de encontrar
la propia satisfacción, y así aparecen los amores imposibles o platónicos, otra
variante de las mujeres “eternamente enamoradas”.



Por último, suele suceder también
que el enamoramiento tenga la función de ocultar algunas falencias como la
dificultad de relacionarse seriamente con alguien.

Pero, en todos los casos, pierden de vista que el amor, en realidad, es algo de
a dos y lleva tiempo.
Y que vivir permanentemente enamorado no lleva a nada… salvo, quizás, a
quedarse solas.

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