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¿Eres muy susceptible y te ofendes con facilidad?

Qué hacer cuando todo comentario tiene la capacidad de ofenderte

Son reacciones casi inevitables, que nos llevan a mostrar nuestro peor costado y, a veces, a comportarnos como niños.

El sentimiento de ofensa, tan intrínsecamente humano, es normal y suele presentarse cuando nos sentimos menoscabados o despreciados. Sin embargo, muchas veces, nos ofendemos por cosas que no valen la pena. 

¿Quiénes se ofenden y por qué?

  • Las personas hipersensibles

Los individuos hipersensibles han existido desde siempre, aunque su número se ha incrementado a raíz del despertar de la “corrección política”.

¿Qué quiere decir esto? Que ellos se ofenden porque ven la vida como un conjunto de reglas que no deben ser quebrantadas. Así, todo lo que se salga de sus esquemas resultará ofensivo.

Por ejemplo, un chiste sobre algo que la persona hipersensible crea que no debe bromearse. Todo debe estar planificado y decir lo que primero viene a la mente puede ser un pecado mortal. 

· Personas que creen que todos los comentarios van dirigidos a ellas

Todos conocemos a este tipo de personas, cuya característica principal es el egocentrismo. Suelen ser sujetos neuróticos, pero es algo más lo que les hace pensar que el mundo gira exclusivamente en torno a ellos.

La mayor parte del tiempo, ellos se ofenden por comentarios que podrían no estar dirigidos a ellos, y esto ocurre porque creen que todos están hablando de ellos durante todo el tiempo. Todo comentario debe tener algo que ver con ellos.

Éstos son los sujetos a los que no se les puede hacer un chiste sobre gallegos porque una vez un pariente pensó alguna vez en visitar Galicia. 

· Personas que no entienden correctamente

Pongámoslo de esta manera: siempre es necesario leer el artículo entero. Si no lees hasta la última letra, entonces no te quejes. Es ilógico que alguien se ofenda antes de terminar de leer el artículo.

No obstante, muchas veces suelen ser personas razonables, solo que fallan a la hora de tomarse un segundo de más para comprender si han entendido lo que acaban de leer, y, en cambio, comienzan a dar sermones sin justificación alguna. 

· Todo y nada

Si lo nombras, ofenderás a alguien. Con mi suerte, seguramente estaré en una fiesta quejándome del tránsito —un tema sobre el que la mayoría de la gente suele estar de acuerdo—, sólo para encontrar que estoy hablando con un sujeto que trabaja en la Secretaría de Transportes.

Podría decir: “Sí, el tránsito está bravo, y estamos trabajando para mejorarlo”, o simplemente reírse ante la triste realidad del excesivo caudal de autos. Sin embargo, no lo hará. Él elegirá darte una perorata de dos horas acerca de lo poco que entiendes la complejidad del problema “tránsito”. 

· “Razones personales”

Es una realidad: no podemos saber todo de todas las personas. Si hubiera sabido que tu hermana perdió un ojo abriendo una botella de champagne, posiblemente no hubiese hecho esa broma.

Pero, simplemente, no lo sabía. Siempre hay algún individuo por allí que se enfurece por razones personales —incluso cuando tus comentarios difícilmente hayan contenido algo de malicia—. 

· Temas delicados

Sexo, relaciones, racismo, religión, muerte, y política son todos temas serios, y suelen ser boletos de ida hacia conflictos y ofensas —lo que es muy malo—.

Deberíamos ser capaces de hablar sobre estas cosas, pero, los sujetos que se ofenden con facilidad, cuando alguien ofrezca un punto de vista diferente, harán lo posible por terminar la conversación.

Y una cosa más: hacer una broma a alguien que ha perdido un pariente, definitivamente, es algo inapropiado, pero hacer una broma sobre la muerte no debe ser un tabú, ya que —nos guste o no— todos llegaremos allí. 

Haz clic aquí para saber cómo tomar las cosas con más calma y no darte siempre por ofendido